Vitoria, 5 jun (EFE).- El Ararteko ha hecho un llamamiento a las administraciones públicas vascas para que continúen con el esfuerzo realizado durante el periodo de confinamiento y que las personas que viven en la calle sigan disponiendo de un alojamiento adecuado y de una atención social.

En esta recomendación de carácter general, el Ararteko recuerda los compromisos asumidos y las directrices recogidas en la Estrategia Vasca para Personas Sin Hogar (2018-2021), que se elaboró en cumplimiento de un mandato del Parlamento Vasco.

Se une a ella otras orientaciones, como la de la Relatora Especial de las Naciones Unidas sobre el derecho a una vivienda adecuada, que, entre otras propuestas, recomienda que se garantice un alojamiento a las personas sin hogar antes y después de la pandemia.

El Ararteko hace una reflexión sobre el deber en un Estado Social y de Derecho de combatir la desigualdad social y la vulnerabilidad que padecen ciertos colectivos. Menciona como horizonte social "el derecho a la dignidad y al bienestar social, integrante necesario de una sociedad más justa y solidaria".

Según la defensoría del pueblo en Euskadi, la atención a las personas que viven en la calle no puede ser únicamente responsabilidad de los servicios sociales, sino también del sistema sanitario, del formativo-educativo, del de vivienda, de garantía de ingresos y de empleo, porque "sus necesidades son singulares pero similares a las del resto de la población".

"El confinamiento ha supuesto un aprendizaje y una inversión social que debe tener una continuidad", ya que la intervención social que se ha realizado durante estos casi tres meses "tiene un valor más allá del económico que debe ser rentabilizado favoreciendo procesos de inclusión social y evitando que los avances que se han realizado se malogren y frustren cuando ya no concurra una obligación de confinamiento".

El Ararteko recuerda que los sintecho han estado alojados en recursos deportivos, culturales o sociales que tienen una finalidad diferente a su atención, por lo que tendrán que ser desalojados de estos espacios en breve y las administraciones se pueden encontrar con que no hay plazas suficientes.

En opinión del Ararteko, una vez que se deje sin efecto el estado de alarma resultaría "cuestionable éticamente y una pérdida en términos de eficacia en la intervención" que estas personas sin hogar dejen de ser atendidas en recursos adecuados.

"Estas personas van a seguir entre nosotros y van a demandar atención social, por lo que se trataría de evitar la interrupción en el proceso de inclusión social ya iniciado, ya que el trabajo realizado, los vínculos creados y los avances observados deben tener una continuación para evitar un uso poco eficiente de la inversión social realizada en este ámbito", sostiene el Ararteko.

Concluye su recomendación general con la idea de que la sociedad posCovid-19 "deberá ser más solidaria y empática con las personas que más sufren".