vitoria. La txapela es uno de los signos distintivos de una figura tan emblemática como Celedón. En su cabeza, este gorro cobra un simbolismo casi mítico, que consigue que su figura se levante como un arquetipo de identidad para todos los vitoranos, conscientes de la importancia que tiene su pasado, en su futuro.

Con el paso de los años, las sucesivas ediciones de las fiestas de La Blanca hicieron necesario que se pasara el testigo, el deber, de representar a este personaje, y así fue como Iñaki Landa, Celedón desde el 1980 hasta el 2000, 20 años nada menos, cedió la responsabilidad a Gorka Ortiz de Urbina, nuevo, flamante, y orgullosos aldeano.

Este acto, este traspaso de poderes, estaba incompleto hasta el día de ayer, cuando el actual Celedón le fue entregada la nueva txapela, signo de prosperidad y de un futuro por escribir.

"Que por lo menos se la ponga diez años más, que pasan volando", comentó Landa mientras Ortiz de Urbina se calzaba la nueva boina, consciente de la importancia específica de ésta en su atuendo, quizás más representativo que ninguna otra prenda, sin despreciar el paraguas y la blusa.

"El día cuatro que me dejen la txapela tranquila, que me gustaría poder guardarla", pidió Ortíz de Urbina con una sonrisa, haciendo alusión a la marea humana que querrá tocarlo, participar de la alegría, ese día tan importante de la fiesta.

Los encargados de ceder la txapela no podían ser otros que la asociación sin ánimo de lucro TaxaBai, que, como su propio nombre indica (viene de txapela bai) tiene como objetivo fomentar el uso de este característico tocado en la vida cotidiana del territorio, especialmente entre la población más jóven, que es donde más se está perdiendo su uso.

"Es una labor, entre comillas, difícil, pero estamos consiguiendo que la txapela se popularice un poco", expresó José Manuel Otero, más conocido como Korta, miembro fundador de la asociación.

Así, Korta lamentó que "en los años 50 se fabricaban un millón y medio de boinas, y ahora no llega a los 200.000". Además, a esta alarmante cifra de desertores de vestuario, hay que sumar que muchas de ellas estás destinadas para el uso del Ejército y la Ertzaintza.

"Es un tema de costumbre, muchos blusas la llevan, pero sólo por fiestas", reflexionó sobre este tema el actual Celedón. "La txapela no es de gente mayor; es un hábito, como todo".