Son ya unas cuantas campañas electorales a sus espaldas. ¿Se acostumbra a esta vorágine?

–Más que vorágine, las campañas son una oportunidad. El trabajo institucional te come mucho. Y no es que no estemos en la calle, porque me relaciono constantemente con los sectores que son de mi responsabilidad en el gobierno. Pero las campañas te permiten estar más cerca de la gente, contar lo que has hecho, las propuestas que quieres llevar a cabo y convencerla de que, con todo lo que nos ha costado poder votar, quedarse en casa es herir toda la lucha por la igualdad que ha habido a lo largo de los siglos.

¿Cuál ha sido hasta ahora su momento más difícil dentro del gobierno foral?

–Cuando tuvimos que cerrar la Diputación y seguir prestando servicios sin saber muy bien cómo lo íbamos a hacer, porque no había pasado nunca antes. Cuando veíamos que en las residencias no podían entrar los familiares a ver a sus seres queridos que estaban dentro. Cuando había que tomar medidas del sábado al lunes, veías los informativos y se iban llenando muchas cajas fúnebres. Ese inicio de la pandemia ha sido el peor momento de la legislatura a diferencia de muchos.

"Más que vorágine, las campañas son una oportunidad. El trabajo institucional te come mucho. Pero las campañas te permiten estar más cerca de la gente"

¿Y el logro del que se siente más orgullosa?

–Que haya 6.000 personas más trabajando en Álava y que se hayan recuperado tanto el sector turístico como el cultural con la fuerza que lo han hecho después de la pandemia.

"Cuando había que tomar medidas del sábado al lunes, veías los informativos y se iban llenando muchas cajas fúnebres. Ese inicio de la pandemia ha sido el peor momento de la legislatura"

¿Alguna espina clavada?

–Me hubiera gustado que el parque de Lamuza hubiese estado acabado en esta legislatura. También haber hecho antes las operaciones de compra en el complejo de Quejana. Aunque ya se ha iniciado el proceso.

La encuesta de EITB Focus le otorgó un 4,9 de valoración. ¿Decepcionada o no le da mucha importancia?

–Un 4,9 es casi un 5 (ríe). Para los momentos en los que estamos en la política, es casi un suficiente. No hay ningún problema. Estoy a punto de pasar el examen y espero pasarlo con nota en la repesca, que será el día 28. – C.M.O.