Un total de 106 páginas resumen los dos años de gestión del coronavirus en la comunidad autónoma vasca. El lehendakari, Iñigo Urkullu, ha depositado este viernes el documento Dos años de Gobernanza y Gestión de la pandemia en Euskadi, lecciones aprendidas para el futuro, en el Archivo Histórico ubicado en Bilbao. Hace un repaso por los principales hitos de esta etapa que, hasta el momento, ha dejado 6.200 pérdidas humanas, un esfuerzo económico que pone en valor el Ejecutivo vasco, y aprendizajes que tampoco se ocultan, como la apuesta por reforzar la atención sanitaria primaria. Pero este documento deja una reflexión que adquiere plena actualidad en puertas de la Conferencia de Presidentes que tendrá lugar este domingo en La Palma y en la que va a participar el propio Urkullu.

El lehendakari hace un balance con "algunas luces y bastantes sombras" de estas reuniones de presidentes autonómicos convocadas por Pedro Sánchez. Solicita una nueva metodología que respete el reparto competencial, de manera que los acuerdos que se adopten tengan la consideración de recomendaciones. También lamenta la falta de diálogo previo para preparar estas conferencias, lo que supondría incumplir incluso el reglamento ya vigente.

Esa ausencia de trabajo previo fue una constante durante la alerta sanitaria, aunque ante la cumbre del domingo, en un clima propiciado por la necesidad de proyectar unidad ante la guerra contra Ucrania, sí ha habido comité preparatorio, hay un borrador (genérico) de condena y para impulsar medidas para los refugiados o el precio de la energía, y las comunidades pueden enviar alegaciones hasta este sábado.

Urkullu admite la necesidad de colaborar, pero pide una cogobernanza real. En el orden del día que puso en circulación Sánchez para la cita de La Palma, se contempla una reflexión sobre la metodología (este viernes no se ha abordado en la reunión preparatoria), en la que lleva meses trabajando la ministra de Política Territorial, Isabel Rodríguez. Urkullu revela que, en la propuesta de reforma que le envió el Estado en noviembre de 2021, no se planteaba una metodología más participativa o adoptar solo recomendaciones.

LA PARTE POSITIVA Y LA NEGATIVA

LA PARTE POSITIVA Y LA NEGATIVAAntes del estallido de la pandemia, estas cumbres de presidentes se habían convocado únicamente seis veces, no se había explorado este terreno y ni siquiera estaba regulado. El lehendakari recuerda que no cuentan con un "soporte normativo claro" ni están recogidas en la Constitución o el Estatuto de Gernika. Pero, de la noche a la mañana, pasaron a ser una constante para abordar la crisis sanitaria. En dos años de gestión del coronavirus (la emergencia sanitaria en Euskadi se declaró el 13 de marzo de 2020), se han celebrado 19 cumbres. Pero, por esa falta de regulación, el documento del Gobierno vasco recuerda que los acuerdos que pudieran alcanzarse en ese foro quedan "en una indefinición competencial".

"El Gobierno vasco había defendido, desde el primer momento, que este órgano debía tener un carácter de foro de coordinación, deliberación y recomendación", sostiene. Añade que, "en todo caso, lo que parece evidente es que esta Conferencia de Presidentes ni puede sustituir los ámbitos de decisión propios de los distintos órganos ejecutivos y legislativos de las comunidades autónomas, ni puede distorsionar la distribución competencial de un Estado descentralizado porque no tiene atribuidas funciones ni constitucionales ni estatutarias para ello".

Este documento recuerda que la única referencia normativa es su reglamento, publicado en orden ministerial del 23 de marzo de 2017, y que estipula que las conferencias deben celebrar un comité preparatorio para trabajar en el orden del día, y que pueden tomarse, "por consenso, acuerdos y recomendaciones". El Gobierno vasco añade que el balance de estas conferencias ha tenido una parte "positiva" porque han permitido conocer la posición de cada gobierno autonómico. Pero lamenta que "no se compartieron decisiones". "No hubo propuestas trabajadas en un Comité Preparatorio, ni se dispuso con suficiente antelación de documentación escrita", zanja.

"RECENTRALIZACIÓN"

Recuerda que, muchas veces, Sánchez se limitaba a comunicar decisiones ya tomadas o incluso previamente filtradas a los medios de comunicación, y los presidentes autonómicos intervenían en una sucesión de monólogos sin opción de réplica o debate. Por ello, Urkullu planteó una metodología de "cogobernanza real" o que, como mínimo, se cumpliera el reglamento en la preparación de las conferencias con un trabajo previo entre las partes.

El documento relata que el Gobierno vasco recibió una primera propuesta de reforma en noviembre de 2021. El Ejecutivo vasco constata que solo recogía cambios formales, pero no de fondo: no había "una metodología más colaborativa y participativa" ni se planteaba "el carácter de recomendación que deberían tener los acuerdos para respetar los ámbitos competenciales".

El documento del Gobierno vasco constata, además, "un cierto olvido de la distribución competencial". "Ha podido percibirse una tendencia recentralizadora, más preocupada en reafirmar un liderazgo del Sistema Nacional de Salud, que en reconocer que gran parte de la solución a los problemas estaba en la gestión autonómica de los recursos sanitarios".

BILATERALIDAD

Sánchez pretende institucionalizar la figura de las conferencias de presidentes, de las que hace gala como una muestra de cogobernanza, aunque las críticas que plantea Urkullu se escuchan también por boca de presidentes del PP o desde Catalunya, que además comparte con Euskadi la apuesta por la bilateralidad. En el caso vasco, la bilateralidad tiene engarce en el régimen foral con órganos como la Comisión Mixta de Concierto. También está la Junta de Seguridad.