- La izquierda abertzale no va a encontrar ninguna comprensión en el resto de fuerzas políticas a la hora de defender los actos de recibimiento de los presos de ETA. Estos actos vuelven a generar debate tras las exhibiciones en plena calle en Bilbao por la salida de Agustín Almaraz. En sintonía con la posición que ya ha mostrado de manera reiterada Podemos Euskadi en el Parlamento Vasco, esta formación volvió a rechazar ayer de manera clara y sin medias tintas los ongietorris a los presos en la vía pública porque hieren a las víctimas. “Sortu se equivoca. Hay que caminar en la dirección contraria y dejar de hacer piruetas para sostener algo que es insostenible”, zanjó su coordinadora, Pilar Garrido, en Onda Vasca. La izquierda abertzale no se ha encontrado un mensaje más amigable en Podemos aunque sea el partido vasco con quien mantiene mayores vías de acuerdo y colaboración a nivel local en varios ayuntamientos, o incluso a nivel estatal, donde el exvicepresidente Pablo Iglesias fue el principal valedor de Arnaldo Otegi, líder de EH Bildu, como interlocutor en Madrid. Este pronunciamiento añade presión social a la izquierda abertzale.

Podemos se expresó de esta manera un día después de que Sortu justificara estos actos y viera un intento de imponer “un único relato de vencedores y vencidos”. EH Bildu también trató de quitar hierro a la controversia, aunque con menos dureza, por boca de Bakartxo Ruiz. Diferenció entre meros recibimientos y actos de enaltecimiento con mensajes explícitos de odio, una segunda opción que tampoco apoyaría y que cree que no es el caso. EH Bildu ha evitado un rechazo sin paños calientes a estos actos. La coalición incluye a partidos con una trayectoria inequívoca en contra de cualquier violencia como EA, de quien ya se conoce su desmarque de cualquier mensaje que trate de justificar los homenajes, aunque Iker Ruiz de Egino también diferencia entre ongietorris y homenajes. EH Bildu ha argumentado todo este tiempo que no hay enaltecimiento del terrorismo, sino simplemente una muestra de alegría de los familiares y amigos al recuperar a un allegado tras años de cárcel, pero el problema para el resto de partidos radica en que estas exhibiciones, si se hacen en la vía pública y con un pasillo a los presos, hieren a las víctimas. El Foro Social recomendó que se trasladen a un ámbito privado.

Ya en octubre de 2019, cuando este asunto se llevó al Parlamento Vasco, PNV, PSE, Elkarrekin Podemos y el PP rechazaron desde un punto de vista ético los ongietorris porque la ostentación en público daña la convivencia. EH Bildu votó en contra. El Gobierno Vasco sitúa el debate en el terreno de la exigencia ética y no del delito porque la jurisprudencia es clara y no hay infracción si no se produce un llamamiento explícito a ejercer la violencia.

Pilar Garrido insistió en Onda Vasca en que una cosa es recibir a un preso, y otra distinta es ocupar el espacio público. La coordinadora de Podemos Euskadi opinó que estas manifestaciones “sí hacen daño a las víctimas”. “Decir otra cosa no es verdad, porque así se siente”, zanjó. A su juicio, “una cosa es recibir al familiar, al amigo que ha estado en la cárcel y poder abrazarlo, y otra cosa es ocupar el espacio público y homenajear o poner en valor el pasado terrorista de una persona. Eso no se puede consentir”, sentenció. Por esa razón, opinó que Sortu se equivoca.

Este debate tiene una segunda derivada. La derecha pone la lupa en cualquier tropiezo de EH Bildu para endosarle por extensión la responsabilidad a Pedro Sánchez y asegurar que el presidente español se sirve de sus votos para sacar adelante algunas iniciativas, con la intención de desgastarlo. De hecho, al margen de la crítica del PP de la CAV, que volvió a repetirse ayer, la polémica ha dado el salto a los portavoces de los partidos a nivel estatal. El PP ha registrado una petición de comparecencia del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, para que explique su posición en el Congreso y tome medidas. También quiere que impida la marcha de Sare en Arrasate, que el PP se empeña en identificar como un homenaje a Parot aunque sus promotores aclaran que su propósito es criticar la legislación excepcional.

Tampoco es un debate que beneficie a EH Bildu, que lleva meses tratando de normalizar su interlocución con los socialistas y ha mantenido encuentros con sus portavoces y con ministros. Pero estos discursos suponen una losa para el PSOE y frenan el avance de la izquierda abertzale, que no consigue homologar su discurso en materia de convivencia. Otro flanco que tiene abierto es reconocer que la violencia de ETA fue injusta, como piden otros partidos.

El delegado del Gobierno español en suelo vasco, Denis Itxaso, negó en la Cadena Ser que se busque “imponer ningún relato” a Sortu, sino que únicamente se pide “un poco de empatía” con las víctimas y que “no se idealice” a quienes cometieron asesinatos. Dejó ver que no hay herramientas legales para prohibir estos actos y situó el foco “en la presión social”.

El presidente del PP de la CAV, Carlos Iturgaiz, culpó a Sánchez de que Otegi campe “a sus anchas, intentando tumbar nuestra democracia, ensalzando a los verdugos en homenajes humillantes para las víctimas”. “Sánchez ha llegado a Moncloa blanqueando a Bildu y convirtiendo a quienes justifican a ETA en socios preferenciales”, dijo Iturgaiz en Twitter.

El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, apoyó al exdiputado socialista Eduardo Madina en su “rechazo a los asesinos”, manifestado también en Twitter. El vicesecretario general de C’s, Edmundo Bal, tildó de “nefastas” e “inaceptables” las palabras de Bildu.

“Sí hacen daño a las víctimas. Decir otra cosa no es verdad, porque así se siente”

Coordinadora de Podemos Euskadi