Los presos independentistas saldrán este miércoles a las 12.00 horas de prisión. Lo harán tras tres años y medio encarcelados por un delito de sedición que sentenció el Tribunal Supremo después de que la Fiscalía buscara condenarles por rebelión, y en un contexto donde el conflicto catalán persiste. El Consejo de Ministros ha aprobado hoy en un reunión de tres horas los indultos a los nueve reclusos del procés en favor de la convivencia pero el perdón afecta solo a la pena de prisión ya que la medida de gracia mantiene la inhabilitación para ejercer cargos públicos y es reversible, condicionada a que no vuelvan a cometer delito en un determinado plazo que oscila entre los tres y los seis años.

En una breve declaración institucional, sin preguntas ni redactores en las escalinatas de La Moncloa, Pedro Sánchez ha reivindicado la “utilidad pública” de la decisión en aras de la concordia para abrir una etapa de diálogo pero sin concretar cuál es la oferta del Estado al independentismo. El “nuevo proyecto de país” al que hace referencia el líder socialista carece aún de contenido. Desde el Govern se reclama el derecho al referéndum de autodeterminación, pero el Gobierno español no parece ir más allá de una mejora del autogobierno refrendada en las urnas.

Encontraremos dificultades en el camino, pero merece mucho la pena intentarlo. Por nuestros hijos y nuestras nietas, la sociedad entera se lo merece. Queremos cerrar de una vez por todas la división y el enfrentamiento. Es el momento de volver a la política”, ha reiterado Sánchez en un discurso similar al que pronunció el martes en el Liceu de Barcelona ante una concurrencia convencida. Nada que ver con el escenario que se respira en otros feudos y frente a una derecha que redacta ya los recursos contra los indultos. “El Gobierno ha tomado esta decisión porque es lo mejor para Catalunya, para España, y conforme con el espíritu de concordia y de convivencia de la Constitución”, ha añadido antes de aseverar que la sociedad española quiere una Catalunya “europea, próspera, plural, solidaria y con un alto grado de autogobierno”. En ese sentido, el presidente español ha precisado que “Catalunya sin España ni sería europea, ni próspera ni plural (...ni sería Catalunya)” y “España sin Cataluña simplemente no sería España. Retórica, sin profundizar en cómo buscará seducirse mutuamente.

Sánchez ha recalcado que esta medida no exige que los beneficiados por ella cambien sus ideas ni ansias independentistas. “No esperamos tal cosa. De hecho, las personas encarceladas jamás fueron sancionadas por sus ideas, sino por sus actos contrarios a la legalidad democrática”, ha destacado para poner en valor el fallo que emitió el Supremo. Por ello, ha manifestado que “una democracia fuerte como la española no pide a nadie que renuncie a sus ideas, pero exige que "todas las ideas se defiendan en el marco de la legalidad y con respeto a los derechos de todos”. Además, ha insistido en que los indultos no solo benefician a los nueve dirigentes soberanistas sino a “cientos de miles de catalanes y catalanas que se sienten solidarios con quienes están presos, y a muchos otros en Catalunya y en España que no respaldaron sus actos pero que creen que ya han cumplido suficiente castigo”. El líder del PSOE ha indicado que es una buena ocasión para que demuestren su grandeza aquellos que cuestionan el indulto. “Es el momento de la política, de pasar página, de concentrar fuerzas y mejorar la vida de nuestro pueblo en estos tiempos de dificultades y de muchas esperanzas”.

PERIODO DE REVERSIBILIDAD

El periodo más alto -de seis años- en la reversibilidad del indulto se impone al exvicepresident Oriol Junqueras y a los exconsellers Joaquim Forn, Josep Rull y Jordi Turull; seguidos de los líderes sociales Jordi Cuixart y Jordi Sànchez, quienes no podrán volver a reincidir en cinco años. Al exconseller Raül Romeva y a la expresidenta del Parlament Carme Forcadell se le fijan cuatro, mientras que en el caso de Dolors Bassa ese periodo es de tres años. Según los informes, la diferencia responde a “una individualización” de los perdones concedidos y a que no todos los condenados tienen el mismo comportamiento, pues algunos han exteriorizado su “contumacia” en la vía unilateral, así como la participación activa en el debate político.