Desde que se encuentra en excedencia de su plaza como presidente de la Sección Penal de la Audiencia de Araba, Jaime Tapia se dedica a exclusiva a perfilar el nuevo modelo penitenciario vasco. Es su función desde que fue nombrado asesor para Instituciones Penitenciarias con rango de viceconsejero en el departamento que dirige Beatriz Artolazabal.

Tapia trabaja con un premisa. "No se trata de cumplir una condena sino de cambiar a una persona", ha afirmado con anterioridad. Explica que en el futuro modelo vasco de Instituciones Penitenciarias, cada preso debe contar con un tratamiento personalizado que le ayude a superar sus dificultades. "El preso debe realizar actividades, trabajar y formarse, de manera que cuando cumpla su condena haya cambiado su perspectiva y pueda ganarse la vida honradamente", dice.

El asesor del Gobierno vasco reconoce que el suyo puede parecer un "discurso buenista", pero afirma que el objetivo último es que haya el menor número posible de presos que piensan en reincidir cuando abandonen la prisión. "Es difícil cambiar a personas que llevan mochilas la infancia o la juventud. En las cárceles está la exclusión de la exclusión. Personas desfavorecidas socialmente, que han sufrido en la infancia maltrato y abandono. Y a eso, en muchas ocasiones, se añaden problemas de salud mental y adiciones. Cambiar esto cuando llevas 25 años de retraso es difícil. Pero hay que ofrecer esa oportunidad", mantiene.

PRESOS DE ETA

Tapia explica que un preso de ETA debe obtener los mismos beneficios penitenciarios que un preso común una vez que ha cumplido con la declaración de arrepentimiento y haya asumido la responsabilidad civil, que marca la legislación. Niega que los presos de ETA vayan a vivir en un paraíso una vez que el Gobierno vasco asuma la competencia de gestión de las Instituciones Penitenciarias. Además, recuerda que estos presos son un porcentaje mínimo del conjunto de personas que ocupan las prisiones vascas, y que no se puede "practicar desigualdad" con ellos.

El asesor del Gobierno vasco recuerda que se ha tardado 40 años en cumplir con esta transferencia contemplada en una ley orgánica como es el Estatuto de Gernika. Dice que a partir del próximo mes de octubre cuando se asuma la competencia de prisiones será necesaria mantener la misma colaboración institucional que se da en otras materias, pero dice que "a partir del 1 de octubre la relación será de igual a igual".

MENORES DE EDAD

Tapia niega que los menores de edad condenados por delitos graves no reciban penas acordes con sus faltas. Recuerda que por muchos de los delitos graves a los menores se les aplica un régimen de internamiento cerrado. "La única diferencia con una cárcel es que se les somete a un tratamiento socioeducativo obligatorio. Pero pueden estar encerrados hasta 10 años en un etapa de la vida fundamental en la que construimos todas nuestras perspectivas vitales", dice el experto, que considera que en muchas ocasiones se banaliza con lo que significa la privación de libertad que "después de la vida es lo fundamental".