- Pablo Iglesias se despidió ayer del Gobierno español. El ya exvicepresidente segundo participó en su último Consejo de Ministros antes de dar el salto para competir como candidato en las elecciones a la Comunidad de Madrid del 4 de mayo, un salto que ha dado un año después de haber mantenido un pulso épico con el socialista Pedro Sánchez defendiendo su entrada en el gobierno que ahora abandona. En un vídeo en las redes sociales, y tras un mandato caracterizado por la tensión pública con sus socios del PSOE, Iglesias evitó la autocrítica, cargó contra la “oligarquía” que trata de condicionar desde fuera la actividad del Ejecutivo y, aunque admitió las “limitaciones y contradicciones” del pacto con los socialistas, añadió que Unidas Podemos ha demostrado que “no se le compra”.

En un vídeo grabado en el ministerio que ahora abandona, Iglesias dijo que ante el Gobierno hay “oligarquías” que ejercen su “inmenso poder político, económico y mediático” para que sus instituciones “sigan defendiendo sus intereses, y no los intereses de su mayoría”. “Hemos demostrado que, a pesar de todo, las cosas se podían hacer mejor, que no se nos compra y somos capaces de producir mejoras para la mayoría social”, dijo. Iglesias no compareció ante la prensa.

Iglesias se va antes de lo previsto (quería apurar hasta mediados de abril, probablemente hasta el día de la proclamación de la república), y sin resolver la pugna de la regulación de los alquileres con el PSOE, o la Ley Trans. Ayer quiso sacar brillo a su papel en la Vicepresidencia de Derechos Sociales, que ha sido el de “reconstruir el sistema de dependencia” con la aprobación en el Consejo de Ministros de más de 238 millones para financiar este servicio entre las autonomías. Dijo que, cuando asumió la responsabilidad de dirigir este departamento, la situación de la atención a la dependencia era “absolutamente dramática” por los “recortes” del PP, y que, con diálogo, ha construido un plan de choque que revierte dichos recortes en un “solo año”. Iglesias se va con la aprobación del Ingreso Mínimo Vital bajo el brazo, aunque lleva meses en desarrollo y sin despegar del todo.

El liderazgo de Unidas Podemos pasará a la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, que será vicepresidenta tercera. Por su parte, el Ministerio de Derechos sociales lo ocupará la secretaria de Estado Ione Belarra. La portavoz del Gobierno español, María Jesús Montero, aseguró que la interlocución con Díaz “dependerá” del papel que Unidas Podemos “delegue” en ella.

Por su parte, Pedro Sánchez compareció por la tarde para anunciar el alcance de la remodelación del gobierno, que fue mínima y no aportó novedades con respecto a lo ya anunciado. Además, el presidente español cerró filas con Iglesias y le agradeció los servicios prestados. Realizó una cerrada defensa de la unidad y el feminismo que evidencia, a su juicio, el gabinete de coalición. En una comparecencia en el Palacio de La Moncloa, nombró vicepresidenta tercera a Yolanda Díaz, ascendió a la vicepresidencia segunda a Nadia Calviño, e hizo ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030 a Ione Belarra. Ratificó la nueva estructura que había pactado para mantener “intacto”, según dijo, el acuerdo suscrito con Unidas Podemos.

Sánchez agradeció a Iglesias su labor en el Gobierno español después del acuerdo al que llegaron para “sacar a España del bloqueo y ofrecer un camino de estabilidad política necesaria para el país y de progreso para el conjunto de la sociedad española”. Sánchez señaló que, desde las diferentes visiones y propuestas de PSOE y Unidas Podemos, en el Gobierno de coalición siempre ha prevalecido la unidad, la responsabilidad y el interés general. “Desde la máxima lealtad a España vamos a continuar en nuestro empeño con humildad, discreción y mucha determinación para abordar los desafíos que tenemos por delante”, dijo. Añadió que su Ejecutivo deja de ser paritario para tener más mujeres que hombres entre sus miembros, además de cuatro vicepresidentas. De Díaz y Belarra destacó su actitud constructiva y su apuesta por el diálogo.

Precampaña madrileña. El candidato del PSOE a la presidencia de la Comunidad de Madrid, Ángel Gabilondo, culpó ayer a la presidenta Isabel Díaz Ayuso, del PP, del crecimiento de la pandemia del coronavirus por su “mala gestión”, además de haber alentado un “efecto llamada” al turismo de borrachera. En un encuentro virtual con alcaldes socialistas, Gabilondo lamentó que el virus esté avanzando en la comunidad, que esté bordeando ya la cuarta ola, y piensa que hay que tomar medidas efectivas para que esto no ocurra. “La libertad no es este desmadre, y el virus está fuera de control. Mientras los sanitarios trabajan sin descanso, Ayuso ha hecho un efecto llamada. Ayuso es la responsable del efecto llamada en Madrid”, lanzó, mientras el Gobierno español pide también a la popular que no se ponga de perfil y asuma su responsabilidad en el alto nivel de contagios en la comunidad que lidera.