- Rosa Lluch se siente estos días reconfortada por el recuerdo que estos días vuelve a suscitar la figura de su padre, en jornadas que evocan la memoria y atraen la atención de los medios de comunicación.

Veinte años ya de aquel asesinato. ¿Los aniversarios redondos son más dolorosos?

-A medida que se acerca el aniversario las sensaciones van volviendo a aparecer. Es cierto que en un aniversario redondo como este, sobre todo porque hay más demanda por parte de los medios de comunicación, sí que es verdad que las cosas se incrementan, pero por otra parte no deja de ser muy reconfortante y muy positivo ver que hay tanto interés todavía en la figura de mi padre, que sigue suscitando curiosidad, ganas de conocerle o de plantear qué pasó y por qué fue asesinado.

Se trata de seguir viviendo sin demasiados condicionamientos, y al mismo tiempo levantar la bandera de su recuerdo y pensamiento.

-Seguir con la vida es lo más importante, porque la vida es maravillosa , es lo mejor que tenemos. Hay que seguir intentando jugar con todos estos elementos, y que estén todos funcionando.

Cosa que no parece fácil. O que a veces puede resultar más sencillo y otras más dificultoso.

-Bueno, el tiempo siempre va bien, te permite ver las cosas con distancia, hay cosas que nunca se superan, pero así como en un principio recuerdas al ser querido que ya no está con lágrimas, luego aprendes a recordarle con sonrisas, y esto es muy positivo. Creo que es lo que hacemos todos cuando pierdes a un ser querido. Claro, cuando lo pierdes porque alguien lo ha decidido y le ha quitado la vida asesinándole, se generan otra serie de sensaciones, pero a la larga lo que queda es que esa persona no está.

Sobre su padre se subraya que era un hombre de diálogo, además de una persona con vocación por la enseñanza y el conocimiento. Usted, dedicada también a la enseñanza universitaria, ha seguido sus pasos.

-Cuando a él le asesinaron yo estaba ya con una tesis doctoral muy avanzada y tuve muy claro que el camino tenía que seguir siendo el que yo tenía trazado. Mi padre era profesor de universidad, mi madre es profesora de universidad. Con lo cual, sí he seguido unos pasos que me eran muy cercanos hacia el que me sigue pareciendo el mejor trabajo del mundo.

Su padre era profesor tras haber pasado por la política. Socialmente se reconoce que la gente vuelva a su profesión de origen y no se instale en la política.

-Sí, es una de las características de determinada generación, tener un trabajo y una forma de ganarse la vida. De hecho mi padre siempre enseñó, y solo en momentos muy puntuales dejó de estar implicado en la universidad. Él fue un universitario toda su vida, incluso mientras se dedicaba a la política. Yo creo que la universidad se lleva en la sangre y no se puede dejar; no es cerrar la parada y dedicarse a otra cosa.

Pero la política es tan intensa que parece que no deja tiempo a cultivarse demasiado.

-Sobre todo es muy rápida, no te da tiempo da plantearte las cosas con calma, valorarlas con tranquilidad, intentar ver distintos puntos de vista... todo es muy inmediato.

Es inevitable imaginar cuáles serían las posiciones de su padre en estos momentos. No sé si ese ejercicio se lo pedimos los periodistas o usted lo hace habitualmente.

-Me lo piden sobre todo los periodistas. Yo soy poco partidaria de imaginar qué hubiera pasado si, me sorprende esta gente que afirma categóricamente Lluch pensaría esto, porque al final evolucionamos. Hombre, yo creo que estaría muy preocupado por la situación actual, y que seguiría pensando que hay que buscar soluciones que favorezcan a la mayoría.

¿En qué sentido estaría preocupado?

-Hombre, por ejemplo por los insultos que estamos recibiendo determinadas víctimas del terrorismo porque tenemos por costumbre pensar por nosotras mismas y no pensamos lo que aquellos que dicen que nos defienden, quieren que pensemos. Es un fenómeno sorprendente, por decirlo suavemente, y que digan que nos defienden cuando realmente están ofendiéndonos e incluso humillándonos.

Se puede pensar que esos insultos afortunadamente son de cuatro fanáticos.

-Sí, se podría pensar, pero parece que no siempre es así. Yo creo que habría que tener muy claro que las víctimas del terrorismo no somos un colectivo unido. Lo único que nos une es que hemos sido víctimas del terrorismo, por tanto una característica que ninguna de nosotras hemos elegido. Cada una de nosotras podemos pensar de formas muy distintas en algunos temas y muy cercanas en otros. Pero en cualquier caso, seamos o no víctimas del terrorismo, las opiniones de los demás hay que respetarlas. Siempre.

¿Siente a veces el riesgo de instrumentalización?

-Creo que no es un riesgo, es una realidad que en estos momentos hay algunos partidos políticos que dicen que nos defienden, pero en realidad, a los que no pensamos como ellos quieren, nos están atacando. Prefiero que no me defiendan si me tienen que atacar. Preferiría que entendieran que tengo todo el derecho de pensar como pienso, exactamente igual que ellos tienen todo el derecho de pensar como piensan, pero yo no les insulto ni les falto al respeto.

ETA hoy no existe, y hay una conciencia de que política y socialmente las cosas van cambiando a medida que pasa el tiempo.

-Y que tenemos que seguir viviendo. La vida tiene que continuar siempre, si nos quedamos encerrados en un bucle no nos permite avanzar, y realmente lo que tendríamos que estar hoy es muy felices de pensar que ETA ha desaparecido, que se la derrotó, que dejó las armas, y que ya no hay violencia, como tan a menudo o casi diariamente había en el País Vasco. Es una gran noticia que tenemos que estar celebrando, no preocupados de que no exista ETA, sino contentos.

Se insiste en la necesidad de que desde EH Bildu se den más signos de empatía con víctimas de ETA.

-Mientras alguna víctima lo necesite me parece bien, pero si las cosas siguen así, igual otras víctimas tendremos que pedir empatía y reconocimiento a otros partidos políticos.

Se presenta a las próximas elecciones en Catalunya en la lista de los Comuns. Su concepción política está más a la izquierda que la de su padre.

-La concepción política de mi padre acabó ahora hace 20 años y creo que una de las cosas que le gustaría es que su hija pensara por ella misma y escogiera la opción política que me parece que en estos momentos puede contribuir mejor a una solución de los problemas que hay en Catalunya o donde sea.

"Algunos partidos políticos dicen que nos defienden, pero a los que no pensamos como ellos, nos atacan"

"Las víctimas del terrorismo no somos un colectivo unido, lo único que nos une es que hemos sido víctimas"

"Tendríamos que estar muy felices de pensar que ETA ha desaparecido, que se la derrotó y dejó las armas"