Hace casi un mes, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, exigió a los compradores internacionales de gas hacer sus pagos en rublos, una medida claramente destinada a sortear las sanciones, pero cuya aplicación se ha venido aclarando con el tiempo. Un informe del Instituto Brueguel de Bruselas, especializado en cuestiones económicas, detalla cómo pretende Moscú evitar las sanciones con esta medida para seguir accediendo a estos fondos.

Los importadores europeos pagan el gas ruso a través del banco Gazprombank, que se ha librado, al menos de momento, de las sanciones de la Unión Europea como represalia a la invasión rusa de Ucrania dada su importancia para mantener vivo el comercio de gas entre la UE y Rusia.

El Banco de Rusia, sin embargo, sí está sancionado por la UE, lo que implica la congelación de todos los activos extranjeros en poder de Rusia, incluidos los ingresos por la venta del gas, y si estas sanciones se siguen aplicando, el Estado ruso no podrá acceder a los pagos.

El motivo de ello es que aunque el Estado ruso tenga fondos en euros o en dólares en Gazprombank gracias a la venta de gas, no puede utilizarlos, porque cualquier intercambio que el Estado ruso pudiera intentar con estas monedas, ya sea a través de los mercados o del Banco de Rusia, tendría que tramitarse a través los sistemas de liquidación internacionales (Target 2 en el caso europeo o FedNow en el estadounidense) y el dinero sería capturado por las sanciones.Atascado en Gazprombank

De este modo, en la práctica las sanciones suponen que el flujo de euros o dólares que pagan los importadores de gas queda atascado en Gazprombank, como ocurrió con todas las reservas internacionales que tenía Rusia al lanzar la invasión de Ucrania, que quedaron congeladas con las primeras sanciones aprobadas por la UE y Estados Unidos.

Para eludir las sanciones y seguir accediendo a estos ingresos por la venta de gas, de manera que puedan seguir financiando los gastos corrientes del Estado ruso, el 31 de marzo Putin ordenó que las exportaciones de gas a Europa se paguen en rublos, y no en euros o dólares, como establece la gran mayoría de los contratos.

Ello ha obligado a los importadores europeos de gas a abrir cuentas en Gazprombank, además de en euros o dólares, en rublos, para que sus ingresos en dólares o euros se cambien luego a la moneda rusa para efectuar el pago final. Tras ingresar el importador de gas su pago en euros o en dólares en su cuenta en divisas, pide a Gazprombank que cambie el pago a rublos, algo que el banco ruso hace tomando prestados rublos del Banco de Rusia, aumentando así las reservas del banco central ruso.

A continuación, Gazprombank transfiere los rublos que ha tomado del Banco de Rusia a la cuenta en rublos del importador de gas, y así puede, en nombre del importador de gas, pagar en rublos al Estado ruso recurriendo a sus depósitos en el Banco de Rusia. Con este procedimientro, las transacciones por gas con las entidades sancionadas no se hacen ni en euros ni en dólares y, por tanto, no hay necesidad de ninguna liquidación en euros en el sistema Target 2 o en el FedNow que implique a una entidad sancionada, respetando así las sanciones.

Además, como el precio del gas se fija en euros, Gazprombank puede cobrar una tasa al importador de gas como comisión por la operación de cambio de divisas, lo que incide en un encarecimiento adicional del precio del gas. Cuando Rusia invadió Ucrania, el precio del petróleo aumentó y el rublo se devaluó, posiblemente por el impacto de las sanciones, pero la moneda rusa se ha recuperado y la orden de Putin de que el gas se pegue en rublos parece haber contribuido a su fortalecimiento.