- El ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, se reunió ayer por primera vez con el secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, en los márgenes del Consejo Ártico, encuentro que se produce en un momento en el que las relaciones bilaterales se han deteriorado significativamente. La reunión fue la primera entre los jefes de las diplomacias rusa y estadounidense y tuvo lugar después de la cena de trabajo del Consejo Ártico. También precede a la que están planeando mantener, posiblemente en junio, los presidentes ruso y estadounidense, Vladímir Putin y Joe Biden.

El encuentro se celebró en una ciudad con valor simbólico para ambos países, dado que en la capital islandesa se reunieron en 1986 el entonces presidente estadounidense Ronald Reagan y el último líder soviético, Mijaíl Gorbachov.

En la agenda de su cita entre Lavrov y Blinken, con quien ya había hablado por teléfono, trataron temas bilaterales e internacionales, como la actual escalada bélica entre Israel y las milicias palestinas en Gaza, y las negociaciones sobre el acuerdo nuclear con Irán, del que EEUU se salió en 2018.

“Un impulso político derivado de los contactos entre los más altos diplomáticos de Rusia y EEUU ciertamente sería muy importante y muy necesario ahora” para alcanzar un compromiso sobre la implementación del acuerdo y la vuelta de EEUU al mismo, dijo ayer el viceministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov. Los dos también abordaron temas relacionados con el Ártico, después de que EEUU acusara a Rusia de intentar militarizarlo y de presentar “reivindicaciones marítimas ilegales”, y Moscú expresara su preocupación por la “ofensiva” de la OTAN en la región, y defendiera su derecho a asegurar que la costa rusa sea segura.

Pero la parte más complicada de la reunión fue el aspecto bilateral de las relaciones, que se encuentran en su punto más bajo en muchos años después de un comienzo de lazos con la nueva administración de Joe Biden todo menos suave. Lavrov y Blinken trataron el control de armas y la estabilidad estratégica, porque tras la renovación hasta 2026 del tratado de desarme nuclear Nuevo START aún no hay una agenda clara para retomar el diálogo.

La diplomacia rusa considera “destructiva” la política aplicada en los últimos años por EEUU, dado que abandonó en 2002 el tratado antimisiles, en 2019 el de eliminación de misiles nucleares de corto y medio alcance (INF) y en 2020 el de Cielos Abiertos, un acuerdo multilateral que garantiza la transparencia en el control de armas.

En la víspera Lavrov pidió a EEUU hechos y no palabras, y Blinken reiteró que Washington quiere tener una relación más estable y más predecible con Rusia en la que hay “importantes áreas” en las que ambos países pueden colaborar.