- La perseguida minoría chií hazara de Afganistán volvió a ser víctima ayer de un atentado en Kabul, que causó al menos 30 muertos y cerca de 80 heridos, por la explosión de una bomba en la entrada de una escuela secundaria femenina.

La explosión se produjo a primera hora de la tarde en el área de Dasht-e-Barchi en el oeste de la ciudad, frente a la puerta de entrada de la escuela secundaria femenina Sayed-ul-Shuhada, justo en el momento en el que las jóvenes abandonaban las aulas.

“El número de muertos ha aumentado a 30”, dijo en un comunicado el portavoz del Ministerio de Interior, Tariq Arian. Además los heridos se elevaron también a 79, que fueron ingresados en varios hospitales, explicó por su parte el portavoz del Ministerio de Salud Pública, Dastagir Nazari, que aseguró que “un gran número de los heridos y muertos son niños”.

“Varias personas heridas se encuentran en estado crítico y nuestros médicos están tratando de salvarles”, dijo Nazari.

Las imágenes del atentado pronto comenzaron a inundar las redes sociales, en las que se ven menores en el suelo con quemaduras frente a lo que parece la puerta principal del centro educativo, además de otros niños ensangrentados siendo tratados en un hospital. “Nuestros niños no merecen esto. Ningún niño merece esto. Esto es terrorismo internacional”, lamentó en Twitter la reconocida activista afgana Wazhma Frogh.

El atentado se produjo en un área habitada sobre todo por la minoría chií hazara, objetivo habitual de ataques islamistas, como el que sucedió el pasado octubre en ese barrio contra otro centro educativo, que dejó 24 muertos y 57 heridos.

En aquella ocasión el estallido se produjo cuando los guardias de seguridad del centro identificaron a “un atacante suicida a pie”, que detonó los explosivos que portaba al serle negado el paso.

Aunque el atentado de ayer aún no ha sido reivindicado, todo parece apuntar al grupo yihadista Estado Islámico (EI), que suele reclamar este tipo de ataques contra los hazara, a los que considera apóstatas.

Los talibanes, que se distanciaron del atentado en un comunicado, condenaron el ataque contra civiles, y culparon a “siniestros círculos que, en nombre del EI, operan bajo las alas y la cobertura de los servicios de inteligencia de la Administración de Kabul”.

Sin embargo, en un cruce de acusaciones, el presidente afgano, Ashraf Ghani, culpó directamente en otro comunicado a los talibanes, que “al intensificar su guerra ilegítima demostraron una vez más que no solo no están dispuestos a poner fin a la crisis actual por medios pacíficos, sino que complican la situación saboteando la actual oportunidad de paz”.