- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, insistió hasta el último momento de la campaña electoral en que no aceptará una victoria demócrata de buenas a primeras. El presidente ha pasado de calificar su hipotética derrota de “fraude electoral”, cuando se anunció el voto por correo ante la imposibilidad de llevar a cabo unos comicios al uso por el coronavirus, a sembrar la duda cada vez que le preguntan por si ha variado su postura al respecto.

“Tendremos que ver qué pasa”, declaró ayer en referencia a las circunstancias en las que el candidato demócrata, Joe Biden, podría llegar a la Casa Blanca. De este modo, Trump dejó entrever la posibilidad de que no abandone la presidencia a pesar de no ser avalado por el sistema democrático de Estados Unidos.

Con la de ayer, son cuatro en seis semana las veces que el multimillonario ha acusado en público explícitamente al Partido Domócrata de pucherazo: “Los demócratas están cometiendo fraude en estas elecciones”, dijo el 8 de agosto; “La única forma en la que podemos perder estas elecciones es si comenten fraude”, aseguró el 17 de junio; “Los demócratas van a tratar de cometer fraude porque esa es la única manera con la que pueden ganar”, afirmó el 13 de septiembre; “El gobernador demócrata de Nevada, que supervisa el proceso electoral en ese estado va a cometer fraude con los votos, no tengo la menor duda”, concluyó el 16 de septiembre.

Probablemente por el carácter provocativo de la manera de hacer política de Trump, todas estas declaraciones no han sido tomadas muy en serio por los medios de comunicación, pero sí que han recibido críticas de ámbitos tan diversos que han alcanzado su propio partido. El senador republicano Mitt Romney, candidato a la presidencia por ese partido en 2012, calificó las palabras del presidente de “inaceptables”. El líder de los republicanos en el Senado, Mitch McConnell, también llevó indirectamente la contraria al presidente al afirmar que “el ganador de las elecciones del 3 de noviembre jurará el cargo el 20 de enero” y “habrá una transición bien organizada”, tal y como “lleva haciéndose desde 1792”.

No obstante, el presidente recordó ayer su llegada al poder en 2016 para criticar que en aquella ocasión “no hubo una transición pacífica”, a pesar de que el protocolo del traspaso de poder de Barack Obama a Donald Trump fue el mismo que siempre.

En cualquier caso, Trump negó que esté planeando alzarse vencedor de las elecciones del próximo martes antes de que los resultados confirmen su victoria. “Es una información falsa”, sentenció el presidente ante los periodistas en el aeropuerto de Charlotte, en Carolina del Sur, tras haber dado un mitin. El gobernante se refería a la información publicada ayer por el diario digital Axios, según el cual Trump ha dicho a “personas de su confianza” que se subiría a un podio a declararse vencedor el martes por la noche “si parece que está encabezando” los recuentos.

El medio, que cita tres fuentes anónimas “familiarizadas con sus comentarios privados”, aseguró que la intención de Trump de declararse ganador se produciría “incluso si el resultado aún depende de una gran cantidad de votos no escrutados en estados clave como Pensilvania”.

“En 2016 no hubo una transición pacífica ; ¿ahora esperan que nosotros la hagamos?”

Presidente de Estados Unidos