- Donald Trump no pagó impuestos federales sobre ingresos en 10 de los últimos 15 años, principalmente porque el multimillonario hizo todo tipo de tratas de dudosa legalidad que ayer sacó a la luz The New York Times. Según este diario, como presidente de Estados Unidos solo pagó 750 dólares (unos 644 euros) en 2016, el año que fue elegido para liderar el país, y la misma cantidad al año siguiente. Además, supuestamente no pagó impuestos entre 2000 y 2010. La filtración en su segunda campaña electoral retrotrae a las turbias informaciones sobre su vida privada que le salpicaron en la primera.

En 2016, prácticamente todas las encuestas daban a la candidata demócrata Hillary Clinton como ganadora de las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Desde fuera del país norteamericano, la simple idea de que la alternativa fuese un personaje como Donald Trump parecía aún más lapidaria para el resultado y la reputación del Partido Republicano. Más si cabe a medida que la campaña avanzaba y se iban sucediendo las filtraciones sobre escándalos sexuales, excentricidades en la vida privada y excesos empresariales por parte del magnate durante la campaña. No obstante, su victoria contra todo pronóstico demostró que todo aquello daba igual. Ahora, ¿cuál es el alcance de la noticia que deben juzgar los votantes estadounidenses?

En primer lugar, las informaciones demostrarían que Trump ha logrado estar exento de pagar más impuestos puesto que declaró más pérdidas que ingresos durante la entrada del nuevo siglo. Este hecho, apunta The New York Times, no le ha impedido al republicano de disfrutar de un costoso estilo de vida al “deducir impuestos sobre lo que algunos considerarían gastos personales”, como el uso de sus residencias, aviones y 70.000 dólares en peluquería para acudir a televisión y sesiones de maquillaje para su hija Ivanka Trump.

El extenso informe expone que Trump logró reducir la cifra de impuestos a pagar “con medidas cuestionables”, incluyendo un reembolso de casi 73 millones de dólares, que está siendo investigado por el Servicio de Impuestos Internos, equivalente a la Hacienda española. Asimismo el republicano habría utilizado casi 430 millones de dólares que obtuvo con la venta de su imagen y con su reality showEl Aprendiz, para financiar sus otros negocios, principalmente sus campos de golf, cuyas pérdidas millonarias se cuentan por decenas “año tras año”. Todo ello convertiría a Trump en responsable directo de una deuda de 300 millones de dólares, que vence en los próximos cuatro años y podría poner en peligro la viabilidad de una segunda legislatura, tras una primera plagada de incógnitas por ser el primer presidente de Estados Unidos con finanzas totalmente opacas.

En una rueda de prensa celebrada minutos después de que se dieran a conocer, Trump se apresuró a calificarlas de “noticias falsas” y acusar al IRS de tratarle indebidamente. “Todo se revelará, porque pago mucho en impuestos estatales sobre la renta”, aseguró Trump. El mandatario volvió a insistir en que hará públicos todos los detalles de sus gravaciones una vez el IRS termine de investigarle, a pesar de que el procedimiento legal no le impide en ningún caso mostrar sus cuentas.

En ese sentido, Alan Garten, abogado de la Organización Trump, el emporio empresarial de la familia del presidente, señaló que la información publicada por el diario “si no toda, la mayoría parece ser inexacta”, y exigió al diario entregarle los documentos en los que se basa. Sin embargo, el Times ha rehusado la orden para así defender los intereses de sus fuentes, que han asumido “enormes riesgos personales para ayudar a informar al público”, explicaron los periodistas.

En vísiperas del primer debate electoral, esta por ver si el escándalo tiene algún efecto significativo en las previsiones para las elecciones del 3 de noviembre. Más que en la propia victoria, otorgada al demócrata Joe Biden por la mayoría de medios, el vuelco podría analizarse desde el mismo electorado trumpista, porque ya parecía tener decidida su papeleta dado que los sondeos consideraban la campaña un mero trámite sin apenas votantes indecisos.

Miércoles a partir de las 3.00, hora peninsular. El candidato a la reelección por el Partido Republicano, Donald Trump, y su rival del Partido Demócrata, Joe Biden, se enfrentan hoy cara a cara por primera vez en campaña durante un debate que se espera beligerante y lleno de duros ataques que podrían entrar en el terreno personal. La cita es en Cleveland, en el estado clave de Ohio, a partir de las 21.00 hora local (3.00 horas del miércoles en la península Ibérica) y durará 90 minutos sin pausas publicitarias. Se trata del primero de tres debates de estas elecciones telemáticas, marcados hasta ahora por las acusaciones, por parte de Trump, de un futuro fraude.

Evasión. Trump no pagó impuestos federales en 11 de los 18 años examinados, y en 2016 y 2017 solo 750 dólares por año.

Tajada de la crisis. Recibió una devolución de 73 millones de dólares por los impuestos pagados entre 2005 y 2007, tras acogerse en 2010 a una medida creada para la crisis de 2008.

Pérdidas. El republicano evitó pagar impuestos trasladando pérdidas de otros años, especialmente entre 1985 y 1994, que lo convirtieron en uno de los mayores declarantes de pérdidas en EEUU.

Inmobiliarias. Por medio de la cesión de su nombre a proyectos inmobiliarios o de otra índole, Trump ganó 427 millones de dólares entre 2004 y 2018.

421 millones de deuda. El multimillonario tiene deudas personales por valor de 421 millones de dólares, cuyos pagos tendrá que afrontar en los próximos cuatro años.

Gastos personales. Trump reducía su base imponible añadiendo gastos como 70.000 dólares en cuidado del cabello o 100.000 en el estilismo de su hija Ivanka.

Propiedad protegida. El político utiliza la declaración de conservación de espacios naturales en un campo de golf, así como en la gigantesca mansión de Seven Spring que además declara como inversión en lugar de vivienda, pese a que su hijo Eric la utiliza, con lo que ahorra en pago de impuestos.

Enchufismo. Trump podría haber pagado a su hija Ivanka 747.622 dólares por trabajar como consultora de una sociedad declarada como Organización Trump, con lo que la contratación podría ser fraudulenta.

Sin declarar. El presidente habría recibido más dinero extranjero a través de sus negocios hoteleros y campos de golf de lo que se sabía hasta la fecha.

Desgravaciones. Gran parte de sus ingresos por negocios en el extranjero, la mayoría por ceder su nombre a propiedades, llevaban vinculados altos gastos en consultoría, con lo que Trump reducía el beneficio y, así, el monto imponible.

Torre Trump. Varios hoteles son un sumidero de pérdidas y su propiedad más rentable, la Torre Trump, pronto podría obligarle a pagar una hipoteca de 100 millones de dólares antes de 2022.