Recientemente, Ane Larrinaga ha ofrecido una charla en Vitoria para hablar sobre la falta de interés por la política en los jóvenes. La formación ofrecida en Hei Eskola-Escuela de la Ciudadanía del departamento municipal del Gobierno Abierto y Centros Cívicos del Ayuntamiento de Vitoria se ha basado en una investigación sobre participación política juvenil realizada dentro del grupo de investigación PARTE HARTUZ de la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea. PARTE HARTUZ centra su estudio en la interface entre la democracia y la participación ciudadana. Desde su constitución, el grupo ha analizado la dimensión participativa de la democracia desde miradas transversales como el género, el territorio y la comunidad y desde diversas escalas y sectores (tercer sector, urbanismo, soberanía y nacionalismo, etc.).

¿Las nuevas generaciones tienen cada vez menos interés en la política actual? 

–Si nos remitimos a la multitud de encuestas que se ha realizado a diversas escalas en los sistemas democráticos liberales del mundo occidental, las generaciones más jóvenes declaran tener cada vez menor interés en la política, y sentirse cada vez más alejadas del mundo político. Pero no todas las personas jóvenes han dejado de interesarse por la política o de participar políticamente. En el seno de eso que llamamos juventud existen múltiples colectivos que viven una gran diversidad de situaciones sociales y que desarrollan diferentes prácticas políticas. Sin embargo, si que es cierto que se ve esa tendencia cada vez más mayoritaria de desinterés hacia la política institucional. Y ese alejamiento se manifiesta a veces en forma de falta de confianza en las instituciones políticas, a veces en forma de indiferencia o incluso de enfado. Además viene acompañado por un creciente desconocimiento sobre el funcionamiento de los sistemas políticos, por un rechazo de lo que se ha llamado la clase política y por una percepción negativa de los partidos políticos. 

“La indiferencia política no es tanto una opción de carácter individual, sino fruto de tales procesos”

¿Esa falta de interés se traduce en indiferencia hacia los asuntos sociales o colectivos?

–No. En la investigación que hemos realizado muchas de las personas jóvenes entrevistadas que declaran no sentir interés por la política narran prácticas que entrañan un interés y una implicación hacia los problemas sociales y colectivos, aunque en diversos grados. ¿Cómo puede entenderse esta aparente contradicción? Esta supuesta incoherencia se debe a que las personas jóvenes identifican la política y la participación política única y exclusivamente con el sistema político institucional y con la participación ligada al acto electoral. Por ello, a menudo no perciben el sentido político que poseen otro tipo de compromisos sociales y prácticas que desarrollan en su vida. De este modo, estas mismas personas que han declarado sentirse alejadas del mundo político manifiestan que han participado en acciones políticas de carácter informal como protestas, manifestaciones, acciones reivindicativas en diversos contextos (estudiantiles, vecinales, comunitarios, etc.), prácticas relacionadas sobre todo con temas de proximidad que les concernían directamente. También han colaborado con determinadas organizaciones de la sociedad civil. Con carácter general, puede decirse que estas formas de participación son de carácter informal, (a veces acontecimientos puntuales), van orientadas a determinadas causas, están fragmentadas en el tiempo y son de entrada y salida fácil. Es decir, no conllevan compromisos duraderos con organizaciones. Entre las generaciones más jóvenes también prolifera lo que se llama la “política individualizada”, es decir, aquel conjunto de prácticas que las personas llevan a cabo en su vida cotidiana sin la mediación de partidos políticos o de otras organizaciones, pero a las que se puede atribuir un significado político. Por poner algunos ejemplos, para algunos jóvenes comunicarse en euskera con los demás puede significar un compromiso con la comunidad, al igual que desarrollar sus relaciones en clave feminista, reciclar, moverse en bicicleta, ser vegano o consumir de una determinada manera. Todas estas acciones también adquieren un sentido político y evidencian determinados niveles de implicación en los asuntos colectivos. 

“Hay colectivos que viven diversidad de situaciones y que desarrollan prácticas políticas”

¿Está cada vez más de moda mostrar indiferencia política?

–Considero que no es una cuestión de moda, sino de procesos sociales y políticos de carácter estructural que en cada momento afectan a toda la sociedad, es decir, a todos o a la mayoría de los individuos de la sociedad. Quiero decir que lo que en el lenguaje común puede denominarse indiferencia política no es tanto una opción de carácter individual, sino fruto de tales procesos, que condicionan la forma de pensar, de comportarse y de percibir el mundo político y social que nos rodea. Actualmente vivimos inmersos en una cultura política neoliberal e individualizada que todas las personas de nuestro tiempo hemos interiorizado en mayor o menor medida. Esta cultura afecta a toda la sociedad y a todos los grupos de edad, pero especialmente a las nuevas generaciones. La cultura individualizada hace que las personas jóvenes se sientan solas a la hora de tomar decisiones sobre sí mismas, a la hora de gestionar sus problemas y diseñar sus proyectos de vida. Y todo esto en un contexto de incertidumbre e inseguridad, generado por la situación de precariedad que viven dentro de un mercado laboral desregulado, y como consecuencia de unas políticas públicas insuficientes para garantizarles el acceso a la vivienda o a otros derechos sociales que en teoría serían parte de los derechos de ciudadanía. Esa ciudadanía formal tan limitada que ofrecen los sistemas democráticos liberales tiene después una incidencia en el desarrollo de una falta de confianza hacia las instituciones del sistema político y su eficacia por parte de las generaciones más jóvenes.

“Actualmente vivimos inmersos en una cultura política neoliberal o individualizada”

¿El descenso del compromiso político puede empeorar el funcionamiento de los gobiernos democráticos? 

–Los sistemas políticos actuales subsisten con niveles relativos de deslegitimación por parte de la ciudadanía, es decir, con diversos grados de desconfianza política hacia el funcionamiento de las instituciones políticas formales (gobiernos, parlamentos, partidos políticos, etc.). Esta desconfianza no es exclusiva de las personas jóvenes. Pero si podemos decir que se intensifica en los grupos de edad más jóvenes. Es de destacar la escasa estima que las personas jóvenes tienen de los partidos políticos y de las élites políticas. Y esto no es algo baladí, porque en los sistemas representativos, formalmente, los partidos políticos y la “clase política” que surge de ellos, tienen la función de establecer puentes entre los intereses de la ciudadanía y las instituciones del sistema político. Esto puede interpretarse como una grieta importante entre los sistemas políticos y la ciudadanía joven. Aunque también es cierto que las instituciones políticas de proximidad reciben mayores niveles de confianza. La clausura que presentan los sistemas políticos a la participación ciudadana juvenil (a pesar de que existen determinadas fórmulas de gobernanza), hace que muchas personas jóvenes perciban que carecen de voz e influencia en el sistema político. Y también tiene como consecuencia que orienten sus formas de participación hacia ámbitos sociales y políticos más informales, en los que encuentran espacios más acordes con sus intereses. En este sentido, algunas iniciativas comunitarias, determinados movimientos sociales u organizaciones de la sociedad civil se constituyen a menudo en espacios más flexibles de construcción de autonomía para las personas más jóvenes, espacios donde intentan construirse como sujetos políticos, con identidades propias.

Momentos sociales y políticos, que afectan a la sociedad

Recientemente, Vitoria ha celebrado una formación que ha puesto en el punto de mira la importancia del interés en la política de los jóvenes. La formación ofrecida por Ane Larrinaga en Hei del Ayuntamiento de Vitoria se ha basado en una investigación sobre participación política juvenil realizada dentro del grupo de investigación PARTE HARTUZ de la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea. PARTE HARTUZ centra su estudio en la interface entre la democracia y la participación ciudadana. En esta charla, Ane Larrinaga, en principio ha presentado algunas de los resultados de la investigación que han realizado en el grupo de investigación PARTE HARTUZ. “Y, siguiendo los objetivos que tiene esta Escuela de Ciudadanía en relación a que los y las ciudadanas tengan un mayor protagonismo en la política municipal, he intentado sugerir algunos factores que pueden acercar a las personas jóvenes al mundo político. Para que se produzca este acercamiento tienen que producirse cambios no solo en la ciudadanía sino también en el acceso a las instituciones políticas”, ha explicado en DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA la profesional. La formación ha estado dirigida a cualquier persona interesada en adquirir conocimientos y herramientas que faciliten la participación ciudadana.

En este sentido, la profesional habló sobre el desinterés de los jóvenes en la política y sus posibles causas. ¿Está cada vez más de moda mostrar indiferencia política? Según su valoración, no es una cuestión de moda, “sino de procesos sociales y políticos de carácter estructural que en cada momento afectan a toda la sociedad”, es decir, a todos o a la mayoría de los individuos de la sociedad. “Quiero decir que lo que en el lenguaje común puede denominarse indiferencia política no es tanto una opción de carácter individual, sino fruto de tales procesos, que condicionan la forma de pensar, de comportarse y de percibir el mundo político y social que nos rodea”. 

“En nuestra investigación hemos intentado profundizar en algunas de las tendencias que aparecen en los estudios cuantitativos para ver qué motivaciones podemos identificar concretamente en los discursos de las personas jóvenes que manifiestan haberse retirado del mundo político, o que carecen de interés en el”, explica y añade: “Por un lado, hemos visto que hay algunos colectivos que se ven incapacitados para participar porque, debido a su condición social, están desposeídos de las competencias cognitivas y habilidades prácticas necesarias para comprender las normas de funcionamiento del sistema político y para actuar sobre él. La clase social, el género y el estatus migrante, por ejemplo, son factores determinantes en esta situación de desposesión de recursos sociales y políticos”.

“La juventud no constituye un colectivo homogéneo, sino que tenemos que hablar de distintos grupos de jóvenes en función de una gran diversidad de factores que condicionan su posición en la sociedad y su capacidad para ser agentes activos en el mundo político. Hace unos años no todas las personas jóvenes eran políticamente comprometidas, activas y revolucionarias. Y actualmente, no todas las personas jóvenes son pasivas y se desentienden de las cuestiones colectivas y políticas. Lo que ha cambiado son las condiciones en que se producen esos procesos de politización y despolitización”.