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53.000 personas, en el limbo de AstraZeneca en Euskadi

Hasta 53.000 personas menores de 60 años están pendientes de la decisión que adopten las autoridades sanitarias para su segunda dosis de la vacuna anticovid

53.000 personas, en el limbo de AstraZeneca en EuskadiEFE

personas menores de 60 años que entre los pasados febrero y marzo recibieron la primera dosis de la vacuna de AstraZeneca

Son, según los datos aportados por la consejera de Salud, 53.000 vascos y vascas que ya tienen inyectada una dosis de AstraZeneca, que tenían cita para la segunda en un plazo de entre diez y doce semanas y que ahora tienen que esperar unas cuantas más para saber qué pasa con ellas.

La incertidumbre sobre cuándo y cómo se completará su proceso de inmunización es vivida de formas distintas por los afectados consultados. Algunos muestran su malestar por la falta de información, los continuos cambios de criterio y la tardanza en resolver la situación. Otros confían en que la decisión que se tome esté basada en criterios científicos, en los estudios sobre combinación de distintas vacunas y en las recomendaciones de las agencias sanitarias y del medicamento. También hay quien no ve bien el baile de alternativas y recomendaciones y quien expresa su tranquilidad porque el plazo para recibir la segunda dosis se puede alargar un poco más sin correr riesgos.

ROSA, FARMACÉUTICA

"Estamos expectantes"

A la farmacéutica Rosa Melero le vacunaron con el suero de AstraZeneca el 23 de marzo, "justo antes de que suspendieran la vacunación y de que se dijera que solo era para mayores de 60". Asegura que le preocupó "que se tomara la decisión de suspender su uso porque al final el beneficio de la vacuna es muchísimo mayor que el riesgo". "Me preocupé ?dice? por lo que suponía, dada la situación en la que estamos, pero no por la seguridad de la vacuna".

Como farmacéutica y conocedora de las características y los posibles efectos adversos de la vacuna afirma que "nos atenemos a lo que dice la EMA (Agencia Europea del Medicamento) y a la ficha técnica del medicamento". "Las vacunas están sometidas a un control exhaustivo de posibles efectos secundarios después de la comercialización y gracias a eso las alertas funcionan. Cualquier riesgo, cualquier llamada de atención, la valoran las agencias sanitarias. Que paren la utilización es un buen síntoma: paran, hacen los estudios y vuelven a usarla. Estamos doblemente fiscalizados por las agencias que controlan los medicamentos y las vacunas, con lo cual hay más seguridad".

Respecto a la decisión que se tome para administrar una segunda dosis a los menores de 60 años, Melero reconoce que "estamos a la expectativa" y considera que al final "se trata de una decisión del gobierno, porque la EMA se ajusta a la ficha técnica de la vacuna y dice que no está contrastado que se ponga una segunda dosis de otro tipo de vacuna. Ahora han dicho que hay que esperar cuatro semanas más para que salgan los estudios y en esas estamos, a la espera de acontecimientos".

Esta farmacéutica de Amorebieta está tranquila con la ampliación del plazo para decidir sobre su segunda dosis: "Estamos dentro de los márgenes que marca AstraZeneca, no nos vamos a quedar fuera de plazo, hay que tener tranquilidad y creo que estamos en buenas manos".

PAULA, EDUCADORA SOCIAL

"Quiero algo bueno"

Paula Tabares es educadora social y trabaja con personas migrantes, con solicitantes de asilo y apátridas. La organización que la emplea solicitó que fuera vacunada como miembro de un colectivo prioritario y con 31 años recibió la primera dosis de AstraZeneca la víspera del parón preventivo en su uso. "Un día antes de que se decidiera parar me vacunaron, fui de la última tanda", recuerda.

Cuenta que tuvo bastantes efectos secundarios tras la vacunación: "Fiebre, tiritona, un dolor de brazo que me imposibilitaba moverlo y malestar general. Me encontraba realmente enferma y encima me entero de que han paralizado el uso de AstraZeneca, en esos momentos yo solo pensaba pero ¿qué me han puesto?". Sobre lo que sintió cuando de un día para otro la vacuna que iba a ser para los menores de 55 años pasó a ser para los mayores de 60, Tabares asegura que "me asusté y me dio rabia cuando me enteré del cambio de criterio, porque al final parece que somos los conejillos de indias. Tú te quieres fiar, pero ves que cambian continuamente de criterio y además resulta que soy justo la última antes de que suspendan... Pues sí que me asusté un poco y estuve muy alerta ante cualquier señal de sufrir un efecto secundario alarmante, sobre todo por el tema de los coágulos".

Antes de vacunarse Paula se informó sobre los riesgos y la conveniencia de hacerlo. "Me vacuné pensando que era lo correcto y al día siguiente, al ver que se paralizaba y como además me sentía muy mal, lo viví como si me hubieran inyectado veneno", asegura.

"Ahora estoy muy tranquila ?admite?, solo quiero que sepan qué hacer con nosotros. No quiero que me pongan cualquier cosa, sino algo que funcione y que no me cause efectos secundarios. No quiero que me pongan algo que me deje tonta para toda la vida", bromea. Se trata, no obstante, de una tranquilidad relativa, porque puntualiza que "no confío mucho en que la decisión que se tome sea la buena". "Haré caso de lo que digan ?añade?, pero no voy a estar segura hasta que pase mucho tiempo y vea que no me he muerto, que no me he quedado tonta, ni paralítica ni me ha dado un trombo... Más les vale que si nos ponen otra cosa que no sea AstraZeneca que no nos salga un tercer ojo o algo así", zanja con buen humor.

ROBERTO, ERTZAINA

"Somos los olvidados"

Uno de los colectivos más afectados por el cambio de criterio en la administración de AstraZeneca es el de los ertzainas. Todos, con excepción de 180 agentes, recibieron la primera dosis en las fechas siguientes a la recepción de los primeros envíos de esta marca. "Nos empezaron a vacunar como colectivo prioritario en febrero", explica Roberto Seijo, ertzaina y secretario general del sindicato ERNE. "Estamos vacunados con AstraZeneca todos menos 180 compañeros a los que pilló el parón en la vacunación cuando se empezaron a notificar los casos de trombos. Esos 180 ertzainas se han quedado sin vacunar, no tienen ni una primera dosis y ahora no sabemos si entrarán como población general, pero yo ahí veo una discriminación porque les has calificado como colectivo prioritario y luego les dejas sin vacunar", señala sobre la situación de sus compañeros.

En cuanto a los que ya tienen puesta la primera dosis de AstraZeneca, Roberto Seijo indica que "en el colectivo todo el mundo está preguntando qué pasa ahora". "Me vacuné el 30 de marzo ?cuenta sobre su situación personal? y nos dijeron que entre diez y doce semanas más tarde recibiríamos la segunda dosis, pero el Ministerio de Sanidad ha puesto ya un plazo de 16 semanas y, aparte de los experimentos que están haciendo en Cruces, se habla de que posiblemente nos pondrán otra vacuna, sea Moderna o Pfizer, como segunda dosis". "Otro problema ?añade? va a ser si la gente lo acepta o si tenemos suficientes datos. Es muy importante estar bien informados sobre todo esto. Queremos que nos expliquen cómo están las cosas. Lo de las 16 semanas nadie nos lo ha dicho oficialmente, lo hemos visto en los medios de comunicación. Ni Osakidetza ni el Departamento de Seguridad, a través de su área médica, han trasladado al colectivo de la Ertzaintza que hay que esperar 16 semanas. Nadie les ha dicho a los que ahora les toca la segunda dosis que estén tranquilos, que la efectividad del 80% pasará al 79 o al 78% y que no hay ningún problema... Esa información no nos la ha trasladado nadie y tanto para el colectivo como para cada uno de nosotros, que estamos afectados y a la espera de la segunda dosis, lo normal sería que Osakidetza, aunque se trate de una decisión del Ministerio de Sanidad, nos diga qué pasa".

Según Seijo, "la gente está nerviosa, está enfadada, pero no porque no le pongas esa vacuna ni la segunda dosis, sino porque no tenemos información. Los compañeros a los que les tocaba ahora la segunda dosis quieren saber si pierde efectividad o no, si les van a poner otra, si hay que esperar. Yo no sé si el 10 de junio, cuando me toca a mí, me van a retrasar la cita al 10 de julio o si me van a poner la misma, no tengo ni idea, pero al que le toca esta semana lo que quiere es que le informen".

Además de la incertidumbre que viven en estos momentos todos los afectados por el cambio de criterio en la vacunación, Roberto Seijo afirma que en la Ertzaintza "la alegría que tuvimos al ser empezados a vacunar se está convirtiendo en dudas y tristeza". "Ahora somos los olvidados ?concluye?, nos han dado una vacuna y no nos dicen qué va a pasar con nosotros. Nos sentimos olvidados y no somos los únicos, hay más colectivos en la misma situación".

NEKANE, DOCENTE

"De mezclar no me fío"

"Me vacunaron el 3 de marzo y tengo cita para el 26 de mayo, pero no creo que se cumpla, aunque yo no he tenido ningún aviso de que se anula o se retrasa, de si me van a poner la segunda dosis o no me la van a poner", confiesa Nekane Bizkarguenaga, especialista en apoyo educativo y que trabaja en un colegio con mucho personal en su misma situación.

Nekane explica que tras recibir la primera dosis "estaba preocupada preguntándome hasta cuanto tiempo después te puede dar un trombo, ¿un mes? ¿quince días? ¿solo en los cinco primeros? Sí que te pones un poco nerviosa, además la gente que sabe que te han dado esa vacuna te bombardea con noticias sobre ella. Al final dices, que sí, que ya sabes que pasan cosas". Sobre la posible solución para quienes esperan la segunda dosis Nekane Bizkarguenaga señala que "si me llaman para darme la misma sí iré, pero si me llaman para darme otra vacuna yo no me la pondría por mucho que haya estudios". "A ver qué sale del proyecto ese que está en marcha, pero no estoy muy a favor de darme otra vacuna. O me quedo así, inmunizada al 70%, o que me den la misma, porque ya sé que puede causar trombos y todas esas cosas, pero es como cualquier otra vacuna, hay gente a la que le da reacción y a la que no. Ya que la primera dosis no me ha afectado se supone que la segunda tampoco, pero al menos que sea la misma vacuna que es lo que está bien estudiado. De eso de combinar vacunas no me fío, es como si nosotras fuéramos sagutxus de laboratorio: les pongo esto y a ver qué pasa".

La docente explica que en su colegio están "todos a la espera de qué se decide. Hoy he hablado con una compañera y opina lo mismo: o se queda como está o se pone la misma, pero otra diferente no. La mayoría no queremos mezclar porque eso no está bien estudiado, lo de las mezclas me da inseguridad".

MARÍA, ESTUDIANTE

"Que nos dejen decidir"

A María Domingo, que tiene 20 años y es estudiante de Enfermería en la UPV/EHU, le toca recibir la segunda dosis de AstraZeneca el 31 de mayo y, al igual que sus compañeras de curso, no sabe qué pasará. Su situación es delicada, ya que el próximo día 17 empieza las prácticas en el hospital de Basurto y no estará totalmente inmunizada. María opina que la decisión de aplazar las segundas dosis y de determinar con qué vacuna se hará "no tiene mucho sentido". "Para cuando me pongan la segunda dosis, si es que me la ponen, voy a estar en medio de las prácticas y solo voy a tener una inmunidad del 75%".

En opinión de María Domingo, a las personas que como a ella les pusieron el suero de AstraZeneca antes del cambio de rangos de edad deberían dejarles "elegir si se quieren poner la segunda dosis de la misma". Aunque sí tuvo algunos efectos secundarios durante dos días, esta alumna de Enfermería está a favor de completar su pauta con la misma vacuna porque la mezcla de distintos tipos ?dice? "no parece muy fiable". Destaca que la mayoría de sus compañeras opina que deben dejarles decidir sobre si quieren ponerse o no la segunda de AstraZeneca.

María opina que mientras en la facultad de Enfermería hay tranquilidad respecto a esta vacuna y las incógnitas para la segunda dosis, "muchos de mis amigos y otras personas que conozco dicen que no se quieren poner la vacuna de esa farmacéutica y veo que hay mucho miedo después de todo lo que están diciendo". Domingo asegura que ella no tiene ese temor porque sabe que todas las vacunas pueden causar alguna reacción y también puede haber efectos secundarios, pero reconoce que como "la empezaron a poner, la quitaron, la volvieron a dar, cambiaron de opinión... Es normal que la gente esté así y recele". Y a quienes expresan su miedo por sufrir algún efecto secundario, como fiebre o malestar, les aconseja "que piensen en los síntomas que pueden tener si deciden no vacunarse".