Resulta raro, sí, pero la gente compra papel higiénico y deja las baldas de los supermercados vacíos sin mirar atrás. "Debemos tomar medidas para frenar los contagios, pero no nos podemos volver locos y comprar como si se fuese a acabar el mundo", comenta una dependienta de una compañía de distribución valenciana. A las 10 de la mañana, apenas 30 minutos después de la apertura, la espera para pagar era de una hora y cuarto.
Pollo, leche, lentejas, macarrones, congelados y yogures apenas queda rastro. "Me ha enfadado mucho no tener comida en el super. Pero, qué estamos haciendo? No podemos llenar los carros y dejar todo vacío", apunta una vecina de Bilbao.
El incremento de caos de infectados por coronavirus en países de todo el mundo está dejando imágenes difíciles de entender. Baldas vacías y productos como el papel higiénicos agotados. "Puede entender que la gente compremos el alcohol para desinfectar las manos, pero ¿por qué nos da por comprar papel higiénico sino es un elemento imprescindible? Esta es una pregunta que se formula mucha gente estos días.
A pesar de que las cadenas de alimentación aseguran tener abastecimiento suficiente para la población el miedo y la preocupación entre la ciudadanía ha llevado a lanzarse a los centros comerciales y llenar los carros como si no hubiese un mañana. En todos los países se repite el mismo patrón y son los mismos los productos estrella que más nos llevamos a casa. El papel higiénico y la leche son los más demandados.
Lo cierto es que como medida algunos supermercados han decidido limitar el papel higiénico a cinco artículos por persona. Cuando la gente siente que la pandemia ha llegado a su localidad, y ante el temor a un posible bloqueo de los supermercados, decide comprar papel higiénico como una forma de mantener el control sobre la higiene y la limpieza. Por otro lado, los expertos acusan la compra desmesurada de rollos de papel higiénico al efecto bola de nieve.
Dado que los rollos de papel higiénico ocupan un espacio considerable en los estantes de los supermercados, cada vez que se estos se agotan provocan una sensación de desabastecimiento que al que no estamos acostumbrados.