Buenos Aires - El presidente saliente de Argentina, Mauricio Macri, se reunió ayer con el peronista Alberto Fernández, ganador de los comicios del domingo, para iniciar un complejo proceso de transición que culminará el próximo 10 de diciembre y que supondrá un giro político en Sudamérica.

El abogado Alberto Fernández, que tendrá como vicepresidenta a la exmandataria Cristina Fernández (2007-2015), se impuso con el 48,10% de los sufragios a Macri, que obtuvo un 40,37%, con el 97,13% del voto escrutado. Tras reconocer la derrota, Macri felicitó a Fernández y lo invitó a mantener un encuentro ayer en la Casa Rosada para comenzar un “período de transición ordenada, que lleve tranquilidad a todos los argentinos”.

Al término del encuentro, que se prolongó durante una hora, ni Fernández ni Macri hicieron declaraciones aunque la presidencia argentina difundió dos instantáneas de la reunión en la que ambos aparecen sonrientes. Posteriormente, en su cuenta de Twitter, Macri se refirió a esta reunión y aseguró: “Mi equipo y yo estamos a disposición para trabajar juntos y lograr una transición democrática que beneficie a todos los argentinos”.

El encuentro entre Macri y Fernández “fue de un buen diálogo” y va a continuar en los próximos días con los distintos equipos y “total predisposición del Gobierno saliente para cooperar en esa transición”, aseguró en una rueda de prensa el ministro argentino de Hacienda, Hernán Lacunza. “No es ésta una concesión voluntaria al Gobierno entrante. Es el deber para con todos los argentinos de hacer una transición ordenada y cumplir el mandato constitucional”, añadió. Lacunza señaló también que el presidente electo designará en los próximos días a los interlocutores que coordinarán sus equipos de transición.

Tras su triunfo en los comicios, Fernández prometió “colaborar” en el proceso de transición porque lo único que le preocupa es que “los argentinos dejen de sufrir de una vez por todas”. Los procesos de transición en Argentina no se han caracterizado por ser ordenados y desde el retorno de la democracia, en 1983, ningún presidente no peronista ha logrado concluir su mandato.

Control cambiario En este marco postelectoral, ayer entraba en vigor un endurecimiento de los controles cambiarios para cuidar las reservas y para que el próximo Gobierno tenga más libertad para diseñar su política económica, según explicó el presidente del Banco Central argentino, Guido Sandleris. El nuevo límite a la compra mensual de dólares se estableció en los 200 para las transacciones bancarias y 100 en efectivo, lo que suponen una reducción significativa del fijado hasta ahora de 10.000 dólares mensuales.

El ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, afirmó que estas medidas son las más adecuadas para dar una dinámica más previsible a las variables del tipo de cambio y las reservas internacionales.

Los mercados argentinos operaron ayer con volatilidad tras la victoria de Fernández, que asumirá la presidencia de Argentina en medio de una recesión económica, una inflación disparada, que acumula 37,7% hasta septiembre, una tasa de desempleo del 10,6%, la cifra más elevada en 13 años, y pobreza en alza (35,4%). Otro de los principales retos que tendrá que afrontar será renegociar la deuda que asfixia Argentina. A finales de septiembre, la deuda de Argentina ascendía a 315.000 millones de dólares (equivalente al 68% del PIB), de los cuales 126.000 millones están en manos de acreedores privados y 75.000 millones corresponden a deudas con organismos internacionales.

El Fondo Monetario Internacional (FMI), que ya desembolsó a Argentina unos 45.000 millones de dólares del total de 56.300 millones de dólares que se acordaron, dejó para después de estos comicios el próximo desembolso de 5.400 millones de dólares, inicialmente previsto para septiembre, hasta conocer los planes económicos de quien resulte ganador La directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, expresó ayer su disposición a trabajar con el nuevo Gobierno argentino. Sin embargo, Fernández ha sido muy crítico con las recetas del FMI y ha culpado al organismo de ser uno de los responsables de la difícil situación económica de Argentina.

La victoria del peronismo en Argentina ha sido celebrada por varios Gobiernos de América Latina y lamentado por otros, como Brasil. Fernández agradeció en su cuenta de Twitter las felicitaciones de los presidentes de México, Chile, Perú, Paraguay y Bolivia.