Kinshasa/Nairobi - El brote de ébola en el noreste de la República Democrática del Congo (RDC) cumplió ayer un año desde su declaración, un periodo en el que ha causado 1.813 muertos entre 2.701 casos y aún sigue sin estar bajo control, con dos nuevos casos declarados esta misma semana en la populosa ciudad de Goma.
Es la décima epidemia de esta enfermedad en la RDC, pero ya se ha convertido en la peor de su historia y en la segunda más grave del mundo, solo superada por la que sufrió África Occidental en 2014 con más de 11.000 fallecidos. En estos 365 días, el ébola se ha cobrado 1.813 víctimas mortales (1.719 confirmadas en laboratorio) de un total de 2.701 casos (2.607 confirmados) que se acumulan en dos provincias, Ituri y Kivu del Norte. También hay 776 personas que han sobrevivido a la enfermedad.
A pesar de estos trágicos datos, el Gobierno congoleño reafirmó su confianza: “se han tomado todas las medidas para asegurar la población. El trabajo que hemos realizado ahora es el monitoreo y control de contactos. Un trabajo tedioso, pero vamos a conseguirlo”, explicó ayer Yves Ahuka, el asistente del nuevo secretario de coordinación de la respuesta, Jean Jacques Muyembe.
Muyembe, que fue uno de los investigadores que descubrió el virus en 1976, ha repetido en numerosas ocasiones en los últimos días que pretende acabar con el brote en “3 o 4 meses”.
“No tenemos tiempo que perder, contad conmigo; le he dicho al presidente que me dé 3 o 4 meses para acabar con esta epidemia y es lo que queremos. Después de estos 3 o 4 meses, yo vuelvo a mi laboratorio”, decía en una rueda de prensa el martes.
El gran miedo durante este año ha sido que el virus llegase a otros países o que afectase a grandes ciudades como la capital de Kivu del Norte, Goma, una urbe con mucho tráfico comercial con Ruanda y de más de un millón de habitantes.
En junio, Uganda informaba de sus primeros casos con una familia que había pasado la frontera esquivando los controles. Un niño de 5 años y su abuela murieron allí y el resto de miembros fueron devueltos a RDC. Sin embargo, Uganda, tras 21 días sin casos, ya se ha declarado libre de ébola.
La alarma se intensificó cuando Goma confirmó su primer caso, el pasado 14 de julio. Era un pastor evangelista viajó en autobús hasta esta urbe y murió poco después. La OMS activó tres días después la emergencia internacional, algo que se había resistido a hacer en 11 meses por la alarma que podría causar. Este martes las autoridades congoleñas detectaron un segundo caso en Goma, también procedente de la zona de ébola. Actualmente hay 12 casos sospechosos en la ciudad y sus alrededores, pero ayer mismo se diagnosticaba un tercer caso, la hija pequeña del segundo infectado, solo unas horas después de morir su padre.
Los habitantes de Goma, que viven en gran medida del comercio y de traer y llevar mercancía a la ciudad ruandesa de Gisenyi, veían ayer cómo Ruanda cerraba sus pasos terrestres por miedo a la enfermedad, aunque horas después daba la orden de proceder a su reapertura.