Bilbao - En el horizonte, 2030 es cuando se agota el plazo para conocer la implicación y las respuestas de los gobiernos, la sociedad civil y el sector privado a las estrategias planteadas por Naciones Unidas para tratar de favorecer un mundo, más sostenible, más justo y más igualitario. Y hacia esa meta común avanzan casi en paralelo las realidades de la CAV y de Nafarroa. Y lo hacen a buen ritmo, según se desprende del exhaustivo informe elaborado por el Observatorio de la Sostenibilidad, AIS Group y Fundación Ciudadanía.
El documento -en el que se repasa el cumplimiento de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible propuestos por la ONU- pretende acercarse a los escenarios particulares de cada comunidad, muy distintos según dónde se ponga el foco. Para ello, se han examinado y comparado alrededor de 200 indicadores que, además de evaluar el comportamiento territorial en la aplicación de esos ODS, permiten detectar carencias y evidenciar los retos que deberían ser resueltos durante estos próximos años.
En el caso de Hegoalde hay margen de mejora, aunque su situación actual es la mejor parada en esa evaluación global de los 17 ODS. La implicación es tal, que incluso desestimando el de Medio Marino (14) -porque no es un indicador evaluable en todos los territorios-, la CAV se mantiene en cabeza frente a otros territorios con costa. “El País Vasco y Navarra se sitúan en el estrato más favorable de la clasificación [0,81-1,00 puntos] a una distancia considerable de Aragón, situada ya en el estrato inmediatamente inferior [0,61-0,80]”, resumen los autores del documento en cuestión.
Y cuando el informe hace un análisis por bloques temáticos (ambiental, socioeconómico, social, sanitario, educativo y en materia de igualdad), también la CAV y Nafarroa aparecen en los primeros puestos en todos esos apartados. Este hecho indicaría, en opinión de los autores del documento, “una alta coherencia entre sus políticas sectoriales”. Así queda reflejado en el informe 17x17 en cuyas páginas se apunta que “el País Vasco acumula un 88,24% de posiciones muy favorables frente a un 11,76% de malas situaciones”. Eso sí, lejos de la autocomplacencia, los propios autores del documento dejan claro que ninguna comunidad ha acertado de lleno en la diana de la sostenibilidad.
“El informe ilustra sobre la situación general del país y la distribución de los retos a nivel territorial interno, mostrando el panorama al que se han de enfrentar nuestros representantes políticos en esta nueva legislatura para valorar no solo el PIB o la renta per capita sino muchas más variables que determinan la calidad de vida y el bienestar de la población”, valoran los autores del mismo. En términos generales, las regiones más rurales y las economías más simplificadas, se muestran fuertes en asuntos ambientales, como es el caso de las dos Castillas, Extremadura, La Rioja.
Pero por otra parte, Madrid, con una economía fuerte, no alcanza los valores positivos de Cataluña o de País Vasco en este bloque, “presentando niveles bajos en lo relativo al clima y la gestión de la energía, al igual que País Vasco y Cataluña”, se advierte en el análisis. Y es que el citado informe, además de establecer estas clasificaciones detecta carencias con el sano propósito de distribuir los esfuerzos y las prioridades tanto de las administraciones públicas como de la sociedad civil y del sector privado.
La CAV y Nafarroa, por ejemplo, no obtienen resultados comparativos positivos en el ODS 15, relativo a la protección y conservación de los ecosistemas terrestres. “Y ambas regiones ocupan posiciones de cola en la gestión energética, el ODS 7”, se agrega en el informe. Prácticamente todas las comunidades destacan en algún ODS. “Exceptuando al País Vasco y a Navarra, que acumulan un número muy elevado de buenos resultados comparativos, las regiones peor tratadas también destacan en ciertos aspectos de la sostenibilidad”, recapitulan.
Canarias, pese a situarse penúltima en el ranking general de 17 ODS, es la comunidad con menor desigualdad por género y se muestra fuerte en el ODS 14 (Medio Marino) y en el 17 (Cooperación); Andalucía es la mejor en ese mismo objetivo y se sitúa bien en gestión de ecosistemas terrestres (ODS 15). Otros casos serían los de Asturias, con una valoración general media, es primera en el ODS 2 (Nutrición y Sostenibilidad de la agricultura y la ganadería), en el ODS 6 (Gestión del agua) y en la Gestión de los ecosistemas marinos (ODS 14); Castilla y León es fuerte en Nutrición y de las mejores en el ODS 7 (Energía) y en el ODS 13 (Cambio Climático); Castilla-La Mancha lidera ese ODS 13 y el de la Sostenibilidad de las áreas urbanas (ODS 11), por detrás de Extremadura, primera en dicho asunto.
En este sentido, la principal conclusión del informe 17x17 es “la falta de homogeneidad” que queda patente en el cumplimiento de los ODS y el consecuente “desequilibrio territorial existente”. Así, las recomendaciones lanzadas por los autores del documento abogan por poner especial atención a la España despoblada “donde existen graves deficiencias en Sanidad (ODS 3), Empleo (ODS 8) e Infraestructuras (ODS 9) como Internet. Además de cambiar el modelo productivo hacia una sociedad más descarbonizada con más Energía renovable (ODS 7), con mayor peso en las nuevas tecnologías y más desmaterializada (ODS 12)”. La Desigualdad tanto entre género (ODS 5) como de renta, ingresos, etc. (ODS 10) es otro de los temas claves que aparecen en el capítulo de asignaturas pendientes de resolver.
Acción. El 25 de septiembre de 2015 la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó por unanimidad la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible: un plan de acción en favor de las personas, el planeta, la prosperidad y la paz universal con 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), a desarrollar hasta 2030.
Tendencias y amenazas. Estos indicadores son fruto de un gran consenso científico y tienen en cuenta variables para medir el estado actual y las tendencias de la salud de los pueblos “y por ello el grado en el que las políticas cumplen las buenas prácticas que inducen el progreso social, disminuyen la desigualdad, luchan contra el cambio climático, preservan el medio y usan con eficacia sus recursos. Tienen en cuenta, además, las principales amenazas para la vida que se han detectado hasta el momento: cambio climático, pobreza extrema, sequía, biodiversidad, etc? Y atienden también al desempeño de las políticas de igualdad, tolerancia, protección de la infancia y liberación de la mujer?”.
Equilibrios, desajustes y resiliencia. El estudio de estos indicadores permite describir con detalle el funcionamiento de cada país, Estado y pueblo o región. “Presentan una radiografía de la realidad social y de los equilibrios y desajustes; considera también el aspecto exterior de un territorio: su gente, su paisaje, su cultura, la biodiversidad, el clima, el agua, los cultivos y las ciudades; y chequea, además, la capacidad de cada comunidad para defenderse de las catástrofes naturales; y recomiendan caminos para aumentar la resiliencia social para que cada estrés social que se produzca aumente la capacidad de resistencia de la sociedad”.