Bilbao - “Entren al callejón con todo lo que tenemos”. Esta frase, pronunciada por el jefe de operaciones de la comisaría de Bilbao, más conocido como Ugarteko, en la noche en que Iñigo Cabacas recibió un pelotazo mortal de la Ertzaintza ha marcado a fuego el proceso que trata de establecer responsabilidades por esa actuación policial. La grabación volvió a escucharse ayer en la Audiencia Provincial de Bizkaia con motivo de la declaración del agente con número profesional 3.316, sin duda la más esperada del juicio que empezó la semana pasada a tenor de la masiva afluencia de público y de sus dos horas de duración. En su transcurso, Ugarteko asumió como propia la orden de entrar en el callejón de María Díaz de Haro a los agentes que acudieron allí el 5 de abril de 2012 para atender una agresión. Pero “en ningún momento doy una orden de cómo hacer las cosas”, añadió, lo que incluye la negativa de que instara a los agentes a usar las escopetas. Ello provocó el mayor abucheo durante la vista por parte de los muchos presentes.
Este mando compareció como testigo y no como imputado, como ha perseguido de forma infructuosa la acusación particular que representa a los padres de Iñigo. La jueza instructora primero, y la propia Audiencia de Bizkaia después, rechazaron esta posibilidad por considerar que Ugarteko “coordina los recursos que acuden a cada actuación pero es al responsable de calle a quien le corresponde adoptar las decisiones oportunas para gestionar cada situación”. El testigo incidió ayer en esta tesis, que ya defendió en su declaración del 17 de junio de 2015 durante la fase de instrucción, y aseguró que la responsabilidad de su puesto establece que “asignas recursos a un incidente pero no dices cómo, la potestad es del mando que está en el lugar”.
Se refirió así al ertzaina ya jubilado 3.389, el mando de mayor rango en el lugar de los hechos que, en su declaración del pasado día 15 como imputado, afirmó que “me limité a mantener el orden y la seguridad dentro de mi furgoneta”, la número 12, una de las destinadas al operativo especial por el Athletic-Schalke 04. En línea con otras declaraciones como la del jefe de la Ertzaintza, Jorge Aldekoa, el día 17, Ugarteko cargó las tintas contra el oficial, al que esa noche instó a desplazarse hasta María Díaz de Haro después de que los servicios de emergencia recibieran varias llamadas sobre una trifulca en el lugar. Así, censuró que, ya sobre el terreno, este mando intermedio “no solo no informa, sino que me dice que no están interviniendo”, es decir, que “estaba todo tranquilo”, pese a que habían “recibido impactos” en la furgoneta.
A preguntas de la abogada de la acusación particular, Jone Goirizelaia, agregó que, muy al contrario, tuvo “conocimiento de que se estaba disparando” por otras fuentes, “incluso por un escolta”. Explicó que “llevaban cinco minutos disparando sin informarme”, por lo que “cuando me entero intento parar eso”. La orden de “entrar con todo” buscaba, por tanto, poner fin a los incidentes, asegurar la zona, levantar un cordón alrededor del herido y posibilitar así la entrada de las ambulancias. “Tenían que haber dado el alto el fuego ellos y como no lo hacen intervine yo”, insistió en referencia a los agentes.
“Hubo más disparos” Según las comunicaciones internas de los participantes en el operativo, la orden exacta de Ugarteko cuando un mando sobre el terreno le dice que la situación está controlada fue: “Entren al callejón con todo lo que tenemos, entren a la herriko, controlan la situación y los que haya que puedan ser posibles agresores se les controla o se les echa, y se toma toda la posición. Y entonces estará la situación controlada”.
Durante su declaración de ayer, aseguró que, con esta afirmación, “intentaba que el oficial se bajara de la furgoneta, porque se habían bajado todos sus agentes, y yo no sabía quién estaba dando órdenes allí, ni sabía qué es lo que estaba pasando”. Aseveró por ello que su objetivo era “ser lo bastante expeditivo”, porque lo único que tenía “para hacerle reaccionar era lo que yo dijera por la emisora”. Trataba de transmitirle además que disponía de personal suficiente para ello -además de los agentes de su furgoneta, los de los vehículos 13 y 14, todos ellos destinados al operativo por el partido de la Europa League-.
De este modo, afirmó que cuando dice “entren con todo lo que tenemos, neutralicen o saquen de allí a los agresores y aseguren la zona, le estoy diciendo tiene usted personal suficiente, pero no le digo cómo lo tiene que hacer”. “No le digo que usen escopetas, ni que usen porras, ni que usen un silbato, es lo suyo. Yo no le digo que utilice las escopetas, no está dentro de mis resolutivas, yo les digo que corten los incidentes”, insistió, para destacar que “llevaban cinco minutos disparando” sin que el oficial le informara.
“No le digo qué tienen que usar. En ningún momento doy la orden de cómo hacer las cosas”, relató el agente 3.316, para añadir que él tenía “información de que se está cargando en un lugar”, pero el oficial al mando le traslada que está “dentro de la furgoneta, que están recibiendo impactos y que ellos no están interviniendo”, por lo que deduce que están cargando las furgonetas apostadas en Licenciado Poza, donde hay un detenido. Allí se encontraban las furgonetas 1 y 6 de Seguridad Ciudadana bajo el mando de un suboficial, jefe de patrulla del grupo ordinario de la comisaría con el distintivo 032 destinado a atender cualquier incidencia durante ese turno, y que también declaró ayer.
Como era de esperar, el interrogatorio a Ugarteko del abogado defensor del oficial imputado alcanzó las más elevadas cotas de tensión. Por ejemplo cuando le preguntó si aquella noche no pensó en la conveniencia de que la Brigada Móvil acudiera a la actuación en María Díaz de Haro, a lo que el acusado respondió “¿se le ocurrió a su defendido?”. Ello provocó que la jueza le llamara la atención y le instara a no responder con una pregunta.
En el transcurso de este toma y daca, Ugarteko volvió a señalar que la orden de disparar la tiene que dar el mando y debe informar de ello al centro de coordinación. Expresó además su opinión de que “todos los que llevaban escopeta en las tres furgonetas dispararon”, en referencia a los vehículos 12, 13 y 14, presentes en María Díaz de Haro -solo tres er-tzainas de la 14 han admitido que lanzaron pelotas de goma esa noche, por lo que están imputados-. El principal testigo de ayer argumentó esta opinión en que “el único que estaba dentro de la furgoneta era el oficial” y porque “he visto el vídeo en el que sale un autobús”. El abogado del oficial trató de que se emitiera ese vídeo, pero la jueza lo rechazó por atribuir esta declaración de Ugarteko a una mera “opinión”.
Asignar recursos Ugarteko comenzó su declaración de ayer explicando que su trabajo consiste en “asignar recursos a un incidente, para que gestionen ese incidente”. Remarcó que las órdenes que da el jefe de operaciones desde la comisaría de Deusto, donde se encontraba, son “de coordinación, pero no dice cómo”, sino que “la potestad es del mando que está en el lugar, que es el que ve el incidente y su intensidad”. En lo que calificó como sector 1 del dispositivo, dijo que había un oficial y dos suboficiales con tres furgonetas, y el oficial “tenía el mando del sector y de la actuación”.
Seis ertzainas que participaron en el dispositivo policial con motivo del encuentro, tres mandos intermedios y tres agentes de base, están imputados por estos hechos. La acusación particular solicita para cada uno de ellos cuatro años de prisión por homicidio con imprudencia grave profesional, además de seis años de inhabilitación. La Fiscalía y las defensas piden la absolución.
Gran expectación. Con motivo de la declaración de ‘Ugarteko’, una concentración en el exterior de la sede judicial pedía “Justicia” para Iñigo Cabacas. Dentro, la gran afluencia de público, que abarrotó la sala, hizo temer a algunos no llegar a tiempo antes de que se cerraran las puertas. Los padres de Iñigo, Manu y Fina, estaban especialmente afectados, y en el transcurso de la declaración se produjeron muestras de desaprobación de los presentes, lo que obligó a la jueza a pedir silencio.