Bilbao - A sus 76 años Jaime Ignacio del Burgo mantiene el ímpetu que le ha caracterizado durante toda su carrera política. La llamada del presidente del PP en la CAV, Alfonso Alonso, proponiéndole que ocupe la plaza de jurista para la redacción del borrador del nuevo Estatuto de Euskadi en la ponencia de autogobierno del Parlamento Vasco le ha devuelto a la primera línea mediática y política. “Alonso tuvo en cuenta mis aportaciones al conocimiento y divulgación de la historia y el derecho de Navarra y el País Vasco”, señala el veterano político navarro al tiempo que recuerda que no hace mucho publicó dos libros vinculados a su designación: Cánovas y los Conciertos Económicos y La epopeya de la foralidad vasca y navarra. Pero el factor decisivo es que Alonso valoró que Del Burgo fue corredactor de la Disposición Adicional Primera de la Constitución española invocada en las bases del acuerdo PNV-EH Bildu. Precisamente, la encomienda recibida es deconstruir el espíritu y la letra de ese texto base, piedra de toque inicial del trabajo de los cinco juristas designados, uno por cada partido.

¿Qué pinta un navarro, antinacionalista vasco contumaz, en una ponencia de autogobierno del Parlamento Vasco?

-Las Bases aprobadas por el PNV y Bildu proclaman que Euskal Herria es una nación compuesta por siete territorios. Uno de ellos es Navarra. No debiera extrañar la presencia de un navarro en una comisión donde se va a tratar de un Nuevo Estatus Político vasco que la involucra contra todo derecho. ¿Antinacionalista vasco contumaz? Siempre he amado al País Vasco. Soy el primer doctor en derecho de la Universidad de Deusto tras su reconocimiento oficial en 1965. Mi tesis, que está publicada, se tituló Origen y fundamento del régimen foral. Ahora bien, sí me opongo a la contumacia del nacionalismo empeñado desde hace más de un siglo en anexionar Navarra a Euskadi. Soy navarro hasta las cachas y demócrata fuerista. Estoy orgulloso de haber impulsado el Amejoramiento del Fuero. Me siento profundamente español. Y como ciudadano europeo comparto lo dicho por el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker: “El patriotismo es una virtud, la cerrazón nacionalista es un veneno peligroso”.

¿Viene a defender los intereses de Nafarroa o los de la CAV?

-No se trata de defender intereses sino de redactar unas Bases que den satisfacción al pueblo vasco y tengan su encaje en la Constitución española. Esa fue la encomienda de Alonso. Y acepté porque existe una plena sintonía en este asunto entre el Partido Popular vasco, el navarro y el nacional. Y además porque comparto de cabo a rabo el voto particular de Antón Damborenea en la Ponencia de autogobierno.

El PP de la CAV no ha hecho ninguna aportación a esa ponencia. ¿Le parece esta una actitud adecuada y que descargue en usted esa responsabilidad?

-El PNV y Bildu impusieron su criterio en la ponencia. El PP vasco rechaza la pretensión de construir la nación vasca. Su única opción fue expresar su desacuerdo. Intentaré convencer a los demás comisionados que los derechos históricos solo amparan la reintegración de los regímenes forales de Araba, de Gipuzkoa y de Bizkaia, únicos titulares de tales derechos.

Lo primero que va a encontrar sobre la mesa es el acuerdo PNV-Bildu. ¿Qué le parece ese texto?

-Infumable. Radicalmente inconstitucional. Irrespetuoso con Navarra y construido sobre pronunciamientos falsos.

¿Cuáles son los aspectos en los que se sobrepasa la barrera legal?

-La pretensión de partir de la soberanía de una nación que jamás ha existido. Ni la Constitución ni el Estatuto vasco permiten la conversión de la CAV en un ente soberano. En términos políticos, el pueblo vasco o Euskal Herria no ha existido hasta 1979 y circunscrito a Araba, Gipuzkoa y Bizkaia. Euzkadi no tiene derecho a separarse de España.

¿Por qué dice que el acuerdo PNV-Bildu supone una refundación de ETA?

-Hablé de una “refundación ideológica”. ETA asesinó para conseguir la independencia de Euskadi. Sus herederos políticos quieren ahora confederarse con España. Renunciar a la independencia es una gran novedad. Como lo es que estén dispuestos a formar una Confederación con España con una Euskal Herria mutilada de tan solo tres de los siete territorios que, según dicen, la componen.

¿Sin ETA no era todo posible? La banda ya se ha disuelto.

-No todo es posible. Habría que reformar la Constitución para permitir que España pueda romperse en mil pedazos.

¿Cree que el PNV dará marcha atrás?

-Ojalá. El País Vasco disfruta de un enorme autogobierno y de un gran nivel de progreso y bienestar. Bildu está ansiosa por trasladar a Euskadi la revolución independentista catalana. ¿Está dispuesto al PNV a conducir al pueblo vasco al enfrentamiento civil y al empobrecimiento económico?

Euskadi es la única comunidad autónoma que no ha actualizado su Estatuto. ¿Hasta qué nivel de autogobierno podría desarrollarse o ya ha tocado techo?

-Si no se ha actualizado el Estatuto es porque el Parlamento Vasco nunca ha planteado una verdadera reforma del mismo. Ibarretxe quería convertir a Euskadi en un “estado libre asociado” con España. Las Bases de la ponencia tienen la misma música de fondo. Si la CAV no ha tocado el máximo techo autonómico no está muy lejos.

¿Existe la nación vasca?

-Araba, Gipuzkoa y Bizkaia, que nacen en los inicios de la Edad Media, acabaron por integrarse, cada una de ellas por separado y de forma voluntaria, en la Corona de Castilla. Cuando el reino de Pamplona nació a la Historia los vascongados ni estuvieron ni se les esperaba. En 1512 Fernando el Católico se hizo con Navarra gracias a una notable contribución de las provincias vascas. Habría que preguntarse qué hacía Ignacio de Loyola en Pamplona cuando una bala de cañón francesa le catapultó hacia la santidad. Se pretende que el euskera es el principal elemento de la identidad vasca. En Navarra no lo es. Y aunque todos los navarros habláramos vasco no por eso habríamos de pertenecer a la nación vasca. Ahí está el ejemplo de Austria y Alemania. En 1938 Hitler acabó con la independencia austriaca. Hasta 1955 no lograron recuperarla plenamente.

Ha escrito que no existe un pueblo vasco con anterioridad al Estatuto de Gernika de 1979. ¿Es un invento?

-La primera vez que se manifiesta la existencia política de un pueblo vasco -con tan solo tres territorios- es en el Estatuto de 1979. Y no es de recibo la pretensión de arrogarse la representación de cuatro, que hoy por hoy la rechazan.

¿El Concierto Económico de la CAV es un privilegio? ¿Y el Convenio navarro?

-En absoluto. Contaré una anécdota. En 1971 hubo unas jornadas sobre fiscalidad organizadas por la asociación de inspectores de Hacienda del Estado. Por aquel entonces yo era secretario técnico de la Hacienda foral y la Diputación me envió al evento. Alguien negó la bilateralidad de los Convenios Económicos. Intervine para dejar las cosas en su sitio. El presidente de la mesa me preguntó después qué ocurriría si las Cortes aprobaban una ley derogando el Convenio. Mi respuesta fue contundente: “No sería un acto jurídico. Sería un acto de fuerza”. Hoy la bilateralidad del Convenio de Navarra y de los Conciertos Económicos del País Vasco está blindada por la Constitución.

¿Cabe la bilateralidad entre Euskadi y el Estado?

-Los Conciertos son un ejemplo de ello. La Junta de Transferencias es un órgano bilateral. Pero esa bilateralidad no tiene el mismo significado que el que se aplica a las relaciones internacionales entre dos Estados soberanos.

¿Y cabe el derecho a decidir?

-No. Las competencias de la CAV están sujetas al marco constitucional y estatutario. Los diputados vascos no pueden convocar un referéndum para decidir si el pueblo vasco quiere o no seguir siendo España.

Como experto jurista y redactor de algunos de los párrafos de la Constitución concernientes a los derechos históricos, la Comunidad Foral de Navarra (al igual que otros territorios forales y a diferencia de Catalunya o la CAV) sí que podría formular una relación de bilateralidad con el Estado e incluso proclamarse sujeto político válido para convocar un referéndum amparándose en los derechos históricos. ¿Es acaso la única Comunidad que podría explorar nuevas fórmulas y avanzar mucho más en el autogobierno sin modificar la Constitución?

-Por algo a Navarra se le denomina Comunidad Foral. El único límite para su desenvolvimiento paccionado es la unidad constitucional. Se puede avanzar.

Con una reforma constitucional que lo permitiera, ¿podría Euskadi acometer un proceso para ampliar el autogobierno?

-Considero que solo si se deja al Estado español desnudo podría ampliarse el actual estatus autonómico.

Algunas encuestas apuntan a la irrupción de Ciudadanos en el Parlamento navarro (quizás a costa de fagocitar al propio PPN) en la próxima legislatura. Se trata de una fuerza política que sí cuestiona abiertamente el actual ‘statu quo’ de Nafarroa, un partido abiertamente anti-foralista (y anti-fuerista). ¿Cómo afronta este hecho? ¿En qué puede variar el panorama político en la Comunidad Foral?

-El actual gobierno cuatripartito de Uxue Barkos tiene los días contados. Salvo que Ciudadanos se reconvierta al foralismo será difícil que se abra un hueco. Y mucha gente se ha reconciliado con el nuevo Partido Popular. Estamos ante un panorama electoral muy abierto.