Vitoria - Iñigo Urkullu encontró “sereno” y “muy consciente” de la situación personal y política a Oriol Junqueras en la visita que el lehendakari realizó el pasado martes al líder de ERC en la cárcel de Lledoners en Sant Joan de Vilatorrada (Barcelona). El Jefe del Ejecutivo vasco acudió con carácter “privado” y por una razón “fundamentalmente humanitaria” a la prisión catalana, según fuentes de Lehendakaritza, en un encuentro que duró cerca de dos horas y que contaba con la autorización del Departamento de Justicia. La reunión, que no estaba en la agenda del dirigente jeltzale, oficialmente de vacaciones, se desarrolló en una sala del recinto carcelario y no en el locutorio, siguiendo el protocolo de las visitas institucionales como la que ayer mismo mantuvo con el político republicano la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau.

Urkullu vio a un Junqueras tranquilo pese a sus circunstancias derivadas del encarcelamiento hace ya más de nueve meses y del proceso judicial que se abrirá en breve, además de “interesado” en lo mejor para su entorno familiar y político en Catalunya, a mes y medio del primer aniversario del referéndum del 1 de octubre. “La posibilidad de este encuentro siempre ha estado presente, pendiente de compartir reflexiones”, señalaron desde Lakua a DNA. De hecho, el lehendakari mantiene una relación intensa con representantes institucionales, sociales y dirigentes políticos catalanes, incluidos los responsables de ERC, relación fruto de la cual surgió la posibilidad de esta cita que tanto Urkullu como Junqueras estuvieron “de acuerdo” en mantener. Cabe recordar además el papel relevante del máximo dirigente de la CAV en los diversos episodios que han jalonado el proceso soberanista catalán.

El lehendakari fue uno de los principales intermediarios entre el Govern y el Gobierno español en los instantes más complicados, entre el citado 1-O y la declaración de independencia del día 27 de aquel mes. En aquella fecha el ahora expresident Carles Puigdemont decidió no convocar elecciones y, por el contrario, promover la declaración unilateral en el Parlament, una decisión que Urkullu trató de evitar hasta el último momento porque no la consideraba adecuada. El Gobierno Vasco siempre ha mantenido una distancia respecto a los acontecimientos en Catalunya al entender que era un problema que debían resolver las instituciones catalanas y españolas a través del diálogo y la negociación, entendiendo que Euskadi hace su propio camino. Eso sí, las críticas al comportamiento del Ejecutivo que comandaba Mariano Rajoy fueron constantes al negarse a plantear una solución que no fuera la estrictamente judicial.

Es probable que Urkullu, cuya reunión con el líder de ERC fue adelantada por el diario La Vanguardia, encuentre ahora en la lectura crítica que Junqueras hace del procés elementos de una mayor sintonía que con el exJefe del Govern, después de que el propio dirigente jeltzale le conminara a pensarse mucho su intención de gobernar Catalunya desde Bruselas porque ello podría provocar mayor confrontación. En el ámbito político, la posición del PNV en el Congreso ha cobrado mayor relevancia y se ha colocado por encima de la que tenía la antigua Convergència, y es que los jeltzales, incluso antes de que se levantara la aplicación del artículo 155 de la Constitución, cerraron su acuerdo presupuestario con el PP y después dejaron caer a Rajoy apoyando la moción de censura que encumbró a Pedro Sánchez.

diálogo y distensión De hecho, Urkullu es actualmente un aliado casi imprescindible para garantizar la estabilidad del Gobierno socialista, y sigue siendo un elemento de referencia también para sondear a los grupos nacionalistas. El PNV se ha erigido en adalid de la moderación y el diálogo en la resolución del conflicto territorial mientras desde el Parlamento Vasco se trata de sacar adelante no sin trabas un nuevo Estatuto que fije otro estatus político y jurídico para Euskadi.

Junqueras, en prisión preventiva, se halla desde principios del pasado mes de julio en Lledoners, cuando fue trasladado desde Madrid a una cárcel catalana con el resto de políticos independentistas investigados por el procés. Tanto el exconseller Raül Romeva como él anunciaron que en el juicio por el 1-O pedirán su absolución, ya que consideran que es la “única actitud posible”, con lo que desde ERC dan por hecho que ambos descartan un eventual pacto con la Fiscalía. “No hemos delinquido por haber puesto las urnas y seguir lo que la mayoría de catalanes, en votos y escaños, nos pidieron que hiciéramos”, resaltaron.

Desde Euskadi, los jeltzales no han dejado de tener contacto con las distintas fuerzas soberanistas catalanas en busca de un periodo de distensión que parece abrirse en las relaciones entre Quim Torra y Pedro Sánchez, pero octubre marcará el devenir a la espera de los pasos que dé el presidente español. Por su parte, la portavoz del PP en las Juntas de Araba, Ana Morales, dijo que la visita de Urkullu a Junqueras “envalentona a los más radicales”.