MOSCÚ. Los buques de superficie y los submarinos rusos atracados en la base de Tartus abandonaron ese puerto sirio por motivos de seguridad ante la posibilidad de que el presidente de EEUU, Donald Trump, cumpla con sus amenazas.

"En caso de amenaza de ataque, los buques atracados uno junto al otro en el puerto salen a una zona de libre maniobra (mar abierto) para evitar que con un proyectil sea destruido más de un barco", confirmó hoy Vladímir Shamánov, jefe del comité de Defensa de la Duma o Cámara de Diputados.

El legislador subrayó que esa es una "práctica habitual" y que su objetivo es garantizar "la supervivencia" de los buques, estacionados en ese puerto desde tiempos de Hafez al Asad, el padre del actual mandatario, Bachar al Asad.

Además de los buques de pequeño tonelaje que se encuentran en Tartus, la Armada rusa cuenta con su propia flota en el Mediterráneo Oriental desde 2013, año en que regresó a la zona tras más de dos décadas de ausencia.

Según informó la Flota del mar Negro, cerca de las costas sirias navegan en estos momentos unos quince buques militares y de abastecimiento rusos, que iniciaron ayer unas maniobras conjuntas.

Entre ellos figuran las fragatas "Admiral Grigorovich" y "Admiral Essen", ambas equipadas con misiles de crucero Kalibr, los utilizados por Moscú para martillear las posiciones yihadistas.

"Mi apuesta es que habrá ataque. Puede ocurrir en los próximos días, en cualquier momento. La lógica dicta que esto le conviene a Trump y a Israel, que de hecho está provocando el ataque", comentó Leonid Ivashov, antiguo general soviético, a medios locales.

El destructor USS "Donald Cook", armado con misiles Tomahawk y el sistema antimisiles Aegis, partió el lunes del puerto de Larnaca (Chipre) y se encuentra ya a menos de 100 kilómetros de Tartus.

Según la prensa estadounidense, se le sumará en breve el destructor USS "Porter", que participó hace un año en el bombardeo de la base siria de Shayrat después de otro supuesto ataque químico perpetrado por fuerzas leales a Damasco, como el presuntamente ocurrido el pasado sábado en la ciudad de Duma.

Mientras los militares rusos se preparaban para lo peor, los políticos arremetían contra los "ánimos militaristas" en Washington y advertían de las graves consecuencias de posibles acciones militares contra Damasco.

El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, aseguró hoy que sigue "activado" el canal de enlace entre los militares rusos y estadounidenses para evitar incidentes, especialmente aéreos, en el país árabe.

"Creemos que (el posible ataque de EEUU) tendría un efecto extremadamente destructivo para todo el proceso de negociación sirio", subrayó.

Mientras, el presidente ruso, Vladímir Putin, que ha apelado al "sentido común" de Trump, abordó este asunto por segunda vez esta semana con su aliado y, al mismo tiempo, enemigo acérrimo de Al Asad, el líder turco, Reccep Tayip Erdogan.

En una conversación telefónica, ambos líderes expresaron "su preocupación por el agravamiento de la situación en Siria" en el marco de la "especulación" sobre el "supuesto" empleo de armas químicas en la ciudad de Duma.

"Destacaron la importancia de garantizar las necesarias condiciones para el trabajo de los inspectores de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ)", señala el comunicado oficial.

Precisamente, Rusia anunció hoy que el Ejército sirio ya ha tomado bajo su total control la ciudad de Duma, el último bastión rebelde en las afueras de Damasco.

Los expertos de la OPAQ llegarán mañana viernes a Siria para investigar el presunto ataque con armas químicas que dejó decenas de civiles muertos, aunque no disponen de mandato para señalar a los responsables de lo sucedido.

Rusia ha anunciado que sus militares, "en coordinación con las autoridades sirias", están dispuestos a garantizar la seguridad de dichos expertos y el pleno acceso a la ciudad de Duma, incluido el examen de los cadáveres de las supuestas víctimas del ataque.

A su vez, la Cancillería rusa acusó directamente a EEUU de empecinarse en el derrocamiento de Al Asad, aunque el secretario de Defensa de EEUU, James Mattis, insistió hoy en que el "único objetivo" es derrotar al grupo yihadista Estado Islámico y "no involucrarse en una guerra civil".

"Nuestra postura radica en que nosotros consideramos inaceptable cualquier solución militar para el conflicto sirio", aseguró María Zajárova, la portavoz rusa de Exteriores, quien recordó que la "sola amenaza" de uso de la fuerza por parte de EEUU y Francia contra Siria supone una "burda violación" del estatuto de Naciones Unidas.