madrid - Ciudadanos acudió ayer al Congreso de los Diputados con la intención de poner en un compromiso al Gobierno español y forzarle a opinar sobre la propuesta de nuevo estatus de autogobierno del PNV; todo ello, dentro de la pugna que mantiene con el PP para convertirse en el abanderado de la unidad de España. La vicepresidenta española, Soraya Sáenz de Santamaría, ofreció una respuesta de manual. Se limitó a compartir la posición del PP en el Parlamento Vasco y rechazó el derecho de autodeterminación, aunque no quiso centrar el debate en el nuevo estatus y evitó descalificar la propuesta del PNV cuando está buscando su apoyo a los Presupuestos estatales.

A partir de ahí, el estatus quedó orillado y la discusión derivó en una pugna de tinte preelectoral entre el PP y C’s, con el PNV como telón de fondo, para dirimir quién ha compartido más propuestas con los jeltzales y quién ha defendido con mayor intensidad la unidad de España. Sáenz de Santamaría, que no renegó en ningún momento de sus acuerdos con los jeltzales, quiso defender la posición histórica del PP en contra del derecho a decidir mucho antes del surgimiento de C’s, y le restregó que no tenga escaño en el Parlamento Vasco.

El diputado naranja Juan Carlos Girauta interpeló a la vicepresidenta en la sesión plenaria partiendo de una premisa falsa: la propuesta de un referéndum de independencia por parte del PNV. Girauta defendió que “el PNV prepara un Plan Ibarretxe II” y un “referéndum de autodeterminación”, aunque al mismo tiempo añadió que los jeltzales proponen “un sistema confederal” y una relación “en pie de igualdad” con el Estado. También citó los vínculos que se pretenden con “el País Vasco Francés”, y recriminó al Gobierno español su relación con el PNV. La vicepresidenta se alineó con la posición del PP de Alfonso Alonso, que “rechaza de manera expresa y rotunda el derecho de autodeterminación” porque, a su juicio, no tiene encaje jurídico, enfrenta a los vascos y crea incertidumbre económica.

A partir de ahí, comenzaron los reproches con el PNV como telón de fondo, aunque el PP lo hizo con otro matiz y en menor medida. Sin embargo, a los jeltzales les preocupan las consecuencias que pueda tener esta pugna, y que PP y C’s coloquen a Euskadi en el disparadero. Esperan que el clima se sosiegue en los próximos meses para debatir el nuevo estatus en el futuro con Madrid en un contexto de confianza y normalidad, pero asumen que C’s mantendrá su estrategia mientras las aguas estén revueltas en Catalunya y pueda sacar réditos del conflicto territorial con la mirada en las elecciones municipales y autonómicas (salvo en la CAV, Catalunya, Galicia y Andalucía) de 2019.

el debate La vicepresidenta española se remitió a la posición del PP en el Parlamento Vasco, y lanzó un dardo a C’s: “Entiendo que ustedes no puedan hacerlo, porque no tienen representación”. Girauta se revolvió para responder que “quizás su estrecha relación con el PNV le ha hecho olvidar que la casa de la soberanía nacional es esta, y no el Parlamento Vasco”. Tras defender que “con los nacionalistas no se puede construir nada”, acusó al Gobierno español de “regalar” la actualización del Cupo, y relacionó esa herramienta de manera errónea con la bajada del Impuesto de Sociedades, confundiéndola con el Concierto que faculta a Euskadi a gestionar y recaudar sus propios impuestos. Girauta habló de dumping por la rebaja fiscal, y también de “pasteleo” con la tarifa eléctrica de las empresas vascas. “Son ustedes un partido que muestra una enorme liberalidad con los nacionalistas”, concluyó.

Sáenz de Santamaría jugó la carta de la experiencia del PP en contraposición a la reciente creación de Ciudadanos. “Antes de que ustedes estuvieran en este Congreso, el Plan Ibarretxe fue rechazado con los votos de PP y PSOE”, dijo. A renglón seguido, le recriminó sus “concesiones al PNV”, como el respaldo a la reforma de la ley mordaza propuesta por los jeltzales, o su abstención en la iniciativa para derogar la prisión permanente revisable. Sáenz de Santamaría continuó con su andanada, pero la presidenta del Congreso cortó el sonido de su micrófono por haber agotado el tiempo de la intervención, mientras se elevaban murmullos de disgusto entre la bancada naranja. Antes de perder el turno, en un momento de su discurso, puso de relieve que el rechazo al Concierto Económico impide crecer a C’s en Euskadi. “Lo que me dice a mí, dígaselo a Nicolás De Miguel, que dice que su posición en el País Vasco es un lastre”, lanzó.

La intervención de C’s fue criticada por el PNV porque volvió a colocar el autogobierno vasco en la diana. La arremetida fue de tal calado, que el portavoz jeltzale en el Congreso, Aitor Esteban, tuvo que salir al paso en unas declaraciones en los pasillos de la Cámara para rebatir sus “mentiras”. Sobre el Impuesto de Sociedades, recordó que en Euskadi “siempre ha sido más alto que en el resto del Estado, aunque ahora se haya ajustado un poquito más”. En cuanto a la tarifa eléctrica, recordó que “son las empresas vascas y las de otras cinco comunidades las que tienen que pagar una tarifa superior que el resto” y se va a poner fin a ese agravio. Además, pidió a C’s que se aclare, porque Girauta dijo que no se puede acordar nada con el nacionalismo y, al mismo tiempo, acusó al PNV de bloquear las Cuentas. Esteban acusó a C’s, “y en parte también al PP”, de utilizar al PNV “para zaherir al otro partido en la pugna que tienen entre ellos”.