Gasteiz - El lehendakari Urkullu salió ayer en defensa de los trabajos de la Ponencia de Autogobierno tras la marejada generada en el Estado por el borrador de Estatuto que presentó el PNV en este foro, y que aboga por reforzar la bilateralidad entre Euskadi y España, por el traspaso de un paquete competencial superior al actual blindado ante la coyuntura política, o por el encaje del derecho a decidir en la Constitución a través de los derechos históricos garantizados por la Carta Magna. La ponencia está llegando a un punto decisivo justo tras la crisis catalana y el ascenso de Ciudadanos y su discurso centralista, que incita al Gobierno del PP a escorarse aún más hacia esas posiciones.

Ante este clima de hostilidad y desconfianza, Urkullu apeló ayer en Donostia a “avanzar” en un acuerdo “consensuado entre diferentes pensamientos ideológicos”, y ante las dudas expresadas desde Madrid defendió que dicha propuesta sea “viable política, legal y jurídicamente”, y con “recorrido institucional”.

Durante su discurso en la apertura de la jornada de presentación de las Prioridades estratégicas sociosanitarias 2017/2020 de Euskadi en la sede del Centro Superior de Música del País Vasco, Musikene, el lehendakari también advirtió de que, en todo caso, “no se debe pedir a nadie que renuncie a sus ideas”, informa Europa Press.

A juicio de Urkullu, es necesario “el ejercicio democrático de diálogo sin apriorismos, diálogo con voluntad de acuerdo en pro de un autogobierno beneficioso para el conjunto de la sociedad vasca”.

Ya el miércoles el lehendakari transmitió al líder de Podemos Euskadi y portavoz del grupo de Elkarrekin Podemos, Lander Martínez, su “preocupación” por la reacción mediática y política generada en Madrid ante una Ponencia de Autogobierno que, paradójicamente, destaca por el amplio margen de coincidencia entre las propuestas de los grupos, como así lo admiten los propios partidos. Únicamente el PP se desmarca con más visibilidad, mientras que el PSE ve en la inclusión del derecho a decidir un obstáculo insalvable, aunque por otro lado lanza un mensaje contrario a los vetos.

aval de pablo iglesias Un día después de reunirse con el lehendakari, Lander Martínez se reunió ayer en el Congreso de los diputados con el líder de Podemos, Pablo Iglesias, en su calidad de recién elegido nuevo secretario general de la formación en Euskadi en sustitución de Nagua Alba. Iglesias defendió la reforma estatutaria, recordando que “el autogobierno no es solo hablar de territorialidad, también es hablar de los problemas de la gente, y ponerlos en el centro de la agenda política”.

En Euskadi, por su parte, varias voces desde EH Bildu transmitían su visión del momento actual. Su coordinador general, Arnaldo Otegi, se dirigió al PNV para señalar que en Euskadi “hay que buscar un pacto con España y no en España”, aunque celebró que en la propuesta jeltzale se hable de “Estado vasco”, de “una relación no subordinada y en igualdad con el Estado español”, y se apueste por “un fondo de poder político importante”. Así, Otegi confió en que el PNV “no dé pasos atrás”, como se ha comprometido el presidente del EBB, Andoni Ortuzar.

Por su parte, la portavoz parlamentaria de EH Bildu, Maddalen Iriarte, afirmó que el derecho a decidir es “la llave” para dotar a Euskadi “de las herramientas más democráticas posibles y más cercanas a las necesidades de los ciudadanos”, y el parlamentario del partido soberanista y secretario general de EA, Pello Urizar, confió en que el texto que salga de la ponencia recoja tanto ese derecho como la consulta habilitante previa a la remisión del documento a las Cortes.

Desde La Moncloa, el portavoz del Gobierno español, Íñigo Méndez de Vigo, advertía de que el Tribunal Constitucional “ha marcado una doctrina muy clara respecto a los límites del ejercicio de determinados o pretendidos derechos”, y cualquier reforma del Estatuto de Gernika “tiene que acomodarse” a esa doctrina. Por último, el vicesecretario de Comunicación del PP, Pablo Casado, avisó a los nacionalistas vascos de que “los esfuerzos inútiles conducen a la melancolía”, y apeló a la “experiencia reciente” del llamado plan Ibarretxe y de lo que ha ocurrido en Catalunya.