Bilbao - El curso ha echado a andar con cinco huelgas antes de Navidad. ¡Vaya arranque!

-Los sindicatos tienen derecho a reivindicar lo que quieran y lo respeto. Otra cosa es que comparta sus reivindicaciones, porque hemos establecido con ellos las vías de trabajo para llegar a acuerdos y es ahí, en la Mesa Sectorial, donde se debe hablar. En la última Mesa Sectorial del 23 de junio presentaron una serie de condiciones, las hemos analizado, y a final de septiembre les hemos convocado como nos comprometimos. Pero el hecho es que han convocado toda una serie de movilizaciones incluso antes de habernos sentado a la mesa.

En tres años el ministro Wert se enfrentó a tres huelgas generales por la LOMCE y el ‘tijeretazo’ de 7.000 millones y usted a cinco huelgas en tres meses. ¿ELA, LAB y Steilas le están planteando una huelga política?

-(Pausa) Estamos dispuestos a trabajar y a buscar acuerdos en aquellos ámbitos que podemos, en otros es imposible porque no están en nuestras manos.

¿Por ejemplo?

-Podemos trabajar en reducir la interinidad y conseguir mayor estabilidad, en este sentido me he comprometido a convocar una OPE al año hasta el final de legislatura y lo vamos a cumplir, desde luego. Podemos trabajar en el ámbito de las sustituciones, aunque hemos mantenido las acordadas con ellos en 2010. Podemos hablar de formación, de euskaldunización... Pero hay ámbitos, como el salarial, que no podemos abordar porque nos condiciona el Estado. Por cierto, esta semana el Consejo de Gobierno ha aprobado una subida salarial del 1% desde enero, como estaba fijado en el Estado. Tenemos que ser un poco realistas.

¿Confía en que de aquí a noviembre lograrán evitar que los estudiantes pierdan cinco días de clase?

-Nos preocupa mejorar las condiciones del profesorado pero también estas movilizaciones porque, al final, afecta al día a día de los alumnos y alumnas y no nos parece que este sea el ámbito para buscar acuerdos. Por nuestra parte, plena disposición para seguir trabajando en la Mesa, creemos que podemos llegar a acuerdos, pero todo el mundo sabe que en una negociación siempre hay cosas que no consigues. Tenemos que tener cuidado y sobre todo proteger a nuestro alumnado.

Este curso se ha marcado como prioridad alcanzar un pacto educativo. ¿Un pacto por la educación para qué?

-Ahora comenzamos un proceso de reflexión para alcanzar un acuerdo por la educación. Para nosotros este pacto debe ser un acuerdo de país, un acuerdo colectivo en el que tenemos que estar todos, como ha dicho el lehendakari. Necesitamos un pacto porque la educación vasca necesita seguir avanzando. Tenemos una buena educación, tenemos indicadores que nos lo dicen, pero también tenemos un margen de mejora. Hay que ver cuáles son los principios en los que tenemos que estar de acuerdo para construir el sistema educativo del futuro. Somos un país que hemos demostrado que somos capaces de llegar a grandes acuerdos para poder seguir avanzando.

Van a crear cinco grupos de trabajo, ¿es así?

-Tenemos una enseñanza de calidad, somos equitativos, tenemos una escuela muy inclusiva pero debemos avanzar en materia lingüística ya que somos un país con dos lenguas oficiales, dar pasos en el ámbito de la autonomía de los centros, en el tema de la evaluación, la convivencia, la innovación educativa. Todas estas cuestiones son las que ayudarán a modernizar nuestro sistema educativo.

El pacto es el paso previo de la Ley Vasca de Educación. ¿Necesitamos una nueva ley?

-Estamos hablando de que en el acuerdo por la educación establezcamos los principios básicos para poder aprobar una futura ley.

Ya, ¿pero es necesaria?

-Yo creo que sí y los propios agentes demandan la ley. Desde la pasada legislatura se ha visto la necesidad de una nueva ley porque la Ley de la Escuela Pública Vasca (1993) surgió de un pacto de hace 25 años que podemos pensar que ya está superado. Precisamos alcanzar un nuevo acuerdo sobre unos principios más actuales sobre nuevas metodologías, competencias, digitalización... Por otro lado, tenemos una Ley de la Escuela Pública Vasca y un sistema conformado por dos redes, la pública y la concertada.

El día 25 ha convocado a los agentes a la primera reunión. ¿Qué les va a plantear?

-Les voy explicar lo realizado hasta la fecha por el Departamento y plantearles cuál va a ser la metodología de trabajo.

Uno de los puntos clave del pacto será el reconocimiento del servicio público que prestan los centros de la red concertada ¿Va a poner encima de la mesa esta cuestión o la va a eludir?

-Prefiero no adelantárselo porque primero quiero hablar directamente con los agentes educativos.

Los colegios de Kristau Eskola y las ikastolas piden que se les incluya en lo que han dado en llamar Servicio Público Vasco de la Educación y esto, evidentemente, está ligado a un incremento de su financiación. ¿Como piensa abordar un cambio en la financiación con la pública de uñas?

-El hecho de que la concertada ofrezca un servicio de educación no implica que haya que poner una mayor financiación. Habrá que hacer un análisis y hablar dentro de este proceso de participación. Siempre estamos hablando de que la educación necesita más inversión, pero lo que debemos tener en cuenta es si es necesaria una mayor inversión y si esa mayor inversión es eficaz o no.

En este planteamiento la concertada pide que la Administración asuma el coste de los gastos ordinarios de funcionamiento. Ellos ya han hecho sus cálculos, piden un 25% más de lo que perciben por los conciertos; es decir, 125-130 millones de euros más.

-Bueno, si esos son los planteamientos que tienen que los hagan en la mesa correspondiente.

De sus respuestas concluyo que esta cuestión sí estará en la mesa de negociación.

-Usted está haciendo una serie de planteamientos puntuales de los centros concertados, pero eso se deberá plantear donde se debe plantear. En estos momentos ni le voy a decir cuál va a ser el planteamiento, ni cómo lo vamos a trabajar, porque eso lo vamos a trabajar conjuntamente con ellos.

Otro punto clave del pacto será la cuestión lingüística. ¿Está dispuesta a plasmar en la ley el nivel de euskera que debe alcanzar el alumnado al final de la obligatoria en función del proyecto lingüístico de su centro?

-Nuevamente le repito que no voy a hacer ningún planteamiento previo en estos momentos de lo que vayamos a hacer en el proceso de reflexión porque no tiene ningún sentido sin haberlo hablado antes con los agentes.

Simplemente es por explicar a la gente qué se va a negociar en el pacto educativo.

-Ya, pero como entenderá, no le puedo desgranar los contenidos que tengo que trabajar directamente con los agentes.

¿Se ha marcado algún plazo?

-Nos gustaría llegar a un acuerdo el verano que viene. Pero ya veremos, aquí hay un trabajo participativo de todo el mundo y en distintos espacios.

¿Qué condiciones se deben dar para que este pacto llegue a buen puerto?

-Lo primero es que todos vayamos con ganas de alcanzar un acuerdo y creer que el sistema educativo lo merece. Tenemos que dejar de lado los condicionamientos previos y las líneas rojas. ¿Queremos acordar un pacto o no?, ¿queremos mejorar nuestro sistema educativo?, ¿queremos construir? Hay que hablar con una actitud positiva, porque a veces nos empeñamos en leer todo en clave negativa y de amenaza. Y la realidad es que el único ganador del pacto será el propio alumnado, que es el futuro de nuestro país.

¿Es consciente de que no va a ser fácil?

-Sé que es difícil. Hay muchos temas que usted ha ido planteando y otros que tenemos todos en mente como el tema del euskera, de la financiación, de la autonomía de los centros, la evaluación? en los que debemos de hallar puntos en común para que el sistema educativo siga adelante.

Este curso ponen en marcha el plan ‘antibullying’. ¿Qué propone?

-Se está trabajando en la implementación de un plan de prevención del acoso escolar que se llama Bizikasi. Realmente no es que provenga de la nada porque anteriormente teníamos una serie de protocolos de intervención en caso de acoso. Ahora completamos este trabajo previo con una serie de medidas.

¿Cuáles?

-De momento hemos formado a más de 350 asesores de los berritzegunes para que a su vez apoyen a los centros a lo largo de tres cursos. La idea es formar a toda la comunidad educativa además de otras iniciativas, como incluir en el Plan de Convivencia de los centros un Observatorio de la Convivencia y una Comisión que coordine dentro del centro todas las acciones. Aún no está totalmente conformado; más adelante podremos hablar del plan en su integridad.

La gran novedad es que en los centros en los que haya un acoso todo el claustro deberá pasar por una formación. ¿No sería más lógico que esa formación fuese previa?

-Como un primer paso proponemos una formación voluntaria a demanda del centro. Luego ya veremos cómo se avanza. No se ha previsto así, se deja al criterio de los propios centros excepto en los casos en los que hay que intervenir.

También estrenan el Plan Lector.

-Con él intentamos fomentar la lectura de una forma transversal, no solo en la competencia lectora, porque es vital para la comprensión del resto de las materias.

Este año regresa el Informe PISA. ¿Confía en darle la vuelta a los malos resultados obtenidos en la última edición?

-El Plan Lector o fomentar las vocaciones científicas son algunas de las medidas en las que estamos trabajando para mejorar los resultados. Lo cierto es que en educación las cosas no cambian de forma tan rápida, los cambios no se dan en dos años, el proceso es bastante más largo. Otro aspecto importante es fomentar la cultura de la evaluación porque muchas veces tenemos la sensación de que la evaluación es algo indeseado y que realmente es contraproducente, cuando es todo lo contrario. La evaluación es una herramienta de mejora.

La rectora de la UPV/EHU ha pedido al Gobierno “corresponsabilidad” para dotar a la universidad de una financiación “estable y suficiente”. ¿Están en disposición de incrementar un 5% la inversión como pide Nekane Balluerka?

-Y nosotros también pedimos corresponsabilidad a la universidad. En estos momentos es lógico que haya reclamaciones en el ámbito de la financiación y estamos elaborando los presupuestos. La sociedad hace un gran esfuerzo por la universidad y sabemos que la universidad también hace un gran esfuerzo. Hay un compromiso por parte del lehendakari de subir un 5% los fondos de innovación e investigación. Esta semana hemos aprobado una convocatoria para la financiación de los proyectos que realizan los BERC para los cuatro próximos años dotada con 42 millones, dos más. Y cuando hablamos de centros de investigación de excelencia, hablamos también de los investigadores de la universidad que trabajan ahí gracias a la excelente labor que realiza Ikerbasque. Somos referencia internacional en este ámbito.

¿Qué opina de la labor de la UPV/EHU?

-Creo que está haciendo un buen trabajo y los datos lo avalan, tanto en el ámbito de la docencia como de la investigación y transferencia. Nuestro compromiso con la Estrategia Universidad-Empresa es fomentar el emprendizaje, incrementar la empleabilidad y elevar a 20 el número de grados en dual para el año 2020. Y ahora estamos trabajando en reconocer esos créditos mientras el estudiante se forma en la empresa.

¿El acercamiento de la empresa a la formación está poniendo la educación al servicio del mercado?

-No, tenemos que verlo como una oportunidad de adecuar la formación a las necesidades de las profesiones del futuro. Formamos a personas, pero también a futuros profesionales, a ciudadanos y ciudadanas que van a construir el país, la sociedad y la economía del futuro. Por tanto debemos adaptar la formación a los avances que se están produciendo y adelantarnos a las futuras necesidades. Para hacerlo, universidad y empresa no deben darse la espalda, esa coletilla que siempre ha estado ahí. No podemos formar a gente que luego no tenga cabida en el entorno económico y en la sociedad. Tenemos que formar para los futuros cambios, porque el mundo se está transformando continuamente.

La formación en alternancia está dando ahora sus primeros pasos en la universidad pero la dual ha tomado velocidad de crucero en la Formación Profesional.

-Sin duda, este año se han adherido a este modelo que combina formación en el aula con trabajo en la empresa, un total de 1.023 empresas. Por primera vez se ha superado el millar de empresas, un 38% más que el curso pasado. Lo bueno es que más del 95% de ellas quieren seguir en este trabajo conjunto con los centros de Formación Profesional que, en este sentido, están realizando un trabajo estupendo. Este curso hay un 50% más de alumnos, cerca de 1.800, y la idea es seguir trabajando.