madrid - Mariano Rajoy tocó ayer todos los palos menos el de la trama Gürtel: la lucha contra el terrorismo, la defensa de la unidad de España, el soberanismo catalán, la recuperación económica... Todos los asuntos estuvieron presentes en su discurso, salvo el de la financiación irregular de su partido, que era el motivo por el que se había visto obligado a comparecer ante el pleno del Congreso. Pero el presidente ni siquiera pronunció las palabras Gürtel, Bárcenas, Correa o caja B; sino que se salió por la tangente y le dio la vuelta al debate atacando a la oposición con temas como Irán, Venezuela, el independentismo e incluso el caso Lasa y Zabala. Así, dejo claro que no eludirá sus responsabilidades como gobernante y retó a los grupos parlamentarios a que, si quieren que se vaya, presenten otra moción de censura.

El líder del PP dejó claro desde el primer momento que no entendía cuál era el motivo de su presencia en el hemiciclo y denunció una actitud “inquisitorial” de los grupos de la oposición que, a su juicio, tienen una “pintoresca obsesión” por juzgar y condenar a su partido desde el Congreso, en lugar de respetar los dictámenes de la Justicia. “Ya he hecho 52 intervenciones sobre este tema”, aseguró Rajoy, sin mencionar la trama Gürtel o la financiación irregular. El presidente tan solo se refirió a la corrupción, contra la que cree que “son más efectivas las reformas que los reproches”. El resto de su primera intervención la dedicó a resumir las prioridades de su Gobierno, tales como la lucha contra el yihadismo, la unidad nacional y la creación de empleo.

En su segunda comparecencia, en lugar de responder a fondo las cuestiones de la oposición, Mariano Rajoy volvió a pasar de puntillas por la corrupción y se centró en el crecimiento económico y en los logros de su mandato: “Creo que hay un futuro lleno de oportunidades”. Además, rechazó que el Congreso sea el lugar adecuado para controlar los asuntos que conciernen a los partidos políticos y consideró que ya dio todas las explicaciones necesarias en el juicio de la Gürtel. “Ahora uno ni puede ser testigo en un tribunal”, ironizó. De cualquier manera, en su intervención final Rajoy aseguró estar dispuesto a someterse al control de la Cámara cuando sea necesario: “El presidente se puede defender”.

La oposición, por su parte, estuvo bastante desdibujada y ofreció una imagen de desunión que favoreció al jefe del Ejecutivo. Al PSOE y a Podemos se les vio aturdidos ante el baile de Rajoy, al que no supieron meter en cintura para que se ciñera al orden del día y contestara sobre la corrupción en su partido. El principal duelo con el líder del PP lo protagonizó la nueva portavoz socialista, Margarita Robles, que pidió su dimisión “por dignidad”, ya que es un “presidente bajo sospecha”. Además, le instó a que aclare cómo actuó al conocer los casos de financiación irregular en su formación. “Sería bueno saber qué ha hecho el señor Rajoy para corregir o evitar dichas prácticas dentro de su partido”. Rajoy contraatacó sacando a colación el caso de Lasa y Zabala, en cuyo juicio Robles participó como testigo.

venezuela e irán El líder de Podemos, Pablo Iglesias, fue por su parte breve en sus intervenciones e interpeló a Rajoy con seis preguntas sobre la financiación irregular en el PP que no fueron contestadas por el presidente. Asimismo, Iglesias le advirtió de que va a “seguir trabajando” para echarle de la Moncloa y le acusó de menospreciar la trama Gürtel: “Usted no niega los hechos, niega conocerlos”. En la misma línea, exigió a los populares que si quieren combatir la corrupción “no paguen con dinero negro”, ni presionen a jueces, fiscales y policías, o utilicen los ministerios de Justicia e Interior para “proteger a corruptos”. El presidente del Gobierno le respondió criticando su relación con los gobiernos de Venezuela e Irán, y su reciente reunión con Oriol Junqueras en casa del empresario Jaume Roures.

En cuanto a Ciudadanos, ya habían advertido que no consideraban adecuado convocar un pleno en el Congreso para interpelar a Rajoy sobre la Gürtel, ya que preferían hacerlo en la comisión de investigación. Así lo constató ayer su presidente Albert Rivera, que lamentó haber otorgado al líder del PP una oportunidad para defender su programa en lugar de hablar de la corrupción. “Le hemos regalado un mitin a Rajoy”, lamentó.

Finalmente, también intervino Rafael Hernando como portavoz del grupo popular y, en su línea habitual, criticó duramente a la oposición, a quien acusó de haber “perdido el juicio”. Al PSOE le culpó de “dialogar con terroristas”, a Pablo Iglesias le recomendó “menos lecturas de Lenin y Laclau” y más del diario de sesiones del Congreso, y a Albert Rivera le achacó haber “tapado la corrupción en Andalucía”.