gasteiz - El acuerdo para aprobar los Presupuestos vascos de este año no ha reducido la brecha que separa a PNV y PP en materia de paz y autogobierno. Ayer volvieron a quedar patentes las dificultades para establecer una relación normalizada en la comunidad autónoma más allá de cuestiones económicas y de estabilidad presupuestaria. El desarme de ETA ha provocado otro incendio y un duro cruce de reproches cuando hasta hace unas horas el clima era de concordia y se estaba celebrando la sintonía en el plano económico. El presidente de los populares vascos, Alfonso Alonso, acusó el martes al lehendakari de actuar como portavoz de ETA y plantear un plan de acercamiento de presos como precio político a cambio de la entrega del arsenal. El PNV salió ayer en tromba para acusarlo de mentir y poner en peligro el desarme al llevar este asunto al terreno de la lucha partidista, a diferencia de un Gobierno español regido por el propio PP que se estaría mostrando más prudente. Los jeltzales exigieron a Alonso que pida perdón, y avisaron de que estas declaraciones dificultan la relación. “Un día se pone el disfraz de cordero poniendo en valor el acuerdo presupuestario, pero al día siguiente se viste con piel de lobo”, lamentó el parlamentario Iñigo Iturrate.
Alonso se basó en unas informaciones periodísticas del grupo Vocento sobre las propuestas de acercamiento de presos del Gobierno Vasco para ligarlas al desarme, aunque la reclamación de Urkullu no es nueva y el lehendakari ha ido poniendo sobre la mesa esa y otras cuestiones siempre que ha tenido ocasión de reunirse con Rajoy. Ayer dieron la réplica a Alonso el burukide Koldo Mediavilla y el parlamentario Iñigo Iturrate. En una entrada publicada en su blog, Mediavilla lo acusó de haber mezclado “de forma torticera” ambas cuestiones para hacer ver que el lehendakari pedía el acercamiento como contrapartida, algo que “jamás” plantearía Urkullu. Calificó de “grave error” esa acusación, y lamentó que insista en la estrategia de la “confrontación, de enfrentamiento y de utilizar el terrorismo y su final ordenado como un arma política irresponsable e intolerable”. “Creíamos que con Alonso llegaba un PP más centrado y más conciliador. Lamentablemente, parece que nos hemos equivocado, pues el Alonso de las declaraciones de ayer [por el martes] representa lo mismo que Mayor Oreja”, lanzó, para añadir que Alonso está a tiempo de rectificar, aunque “la humildad quizá no esté entre sus mejores virtudes”.
Iturrate tampoco ahorró calificativos en ETB-1, donde opinó que sus declaraciones llamando a Urkullu “portavoz de ETA” fueron “inaceptables, vergonzosas e insultantes a nivel personal y político”. Le exigió que pida perdón e interpretó que “Alonso y el PP vasco son agentes que están fuera de juego, más fuera de juego incluso que los gobiernos español y francés”. Lamentó que, mientras otras instituciones han apostado por la discreción para favorecer el desarme, el PP vasco “solo añade tensión y dificultades”. “Así es imposible tener relaciones políticas normales porque no sabemos qué es el PP, si es el Antón Damborenea de hace dos días, o el Alfonso Alonso de ayer”, defendió.
acuerdo presupuestario hoy El desencuentro en materia de paz no va a poner en peligro el acuerdo presupuestario. Fuentes de la consejería de Pedro Azpiazu explicaron ayer a DNA que las negociaciones marchan según lo previsto, y se espera que ambas partes cierren hoy un acuerdo sobre las enmiendas parciales del PP. A lo largo del día de ayer el Gobierno Vasco estuvo analizando la primera propuesta de los populares, que comprende varias medidas sobre el empleo, el emprendizaje, la familia y el apoyo a infraestructuras sanitarias. Alonso se ha decantado por participar en los acuerdos económicos para situarse en la centralidad política y mostrarse como una opción responsable que aporta moderación. El PP se ha ofrecido a dar continuidad a los acuerdos presupuestarios y, de hecho, en el pacto para este año aparece un compromiso plurianual para aumentar en un 7% las ayudas a la conciliación familiar en el transcurso de la legislatura. La votación definitiva del proyecto será el 11 de abril, y se va a saldar con la abstención del PP. El consejero Azpiazu también ha demostrado que no va a morder su mano si se la ofrece y sus condiciones son asumibles, aunque no compromete nada de lo que pueda suceder en próximos ejercicios ni habla de que el acuerdo tenga vocación de continuidad.
Estos movimientos se están produciendo en paralelo a su choque en materia de paz y autogobierno. El PP ni siquiera está presente en la Ponencia sobre Memoria y Convivencia del Parlamento, y es el único que cree que no procede ampliar el autogobierno con un nuevo estatus. El margen para llegar a acuerdos de país es prácticamente inexistente.
Ahora el motivo de controversia es el desarme de ETA previsto para la tarde del 8 de abril. Representantes de la sociedad civil van a entregar un mapa de zulos a la Policía francesa, con la verificación del grupo de Ram Manikkalingam. El Gobierno Vasco pide a los ejecutivos español y francés que no lo obstaculicen. Alonso interpreta que Urkullu está actuando como correa de transmisión de ETA. El líder de los populares vascos está mostrando una actitud más beligerante que Rajoy, a quien el lehendakari mantiene puntualmente informado y, de hecho, se reunió con él en la Moncloa el martes de la semana pasada.