Ginebra - Sendos atentados terroristas en la ciudad de Homs y ataques aéreos en otras partes de Siria han cubierto de pesimismo las negociaciones de paz que apenas acaban de reanudarse en Ginebra, aumentado la tensión entre las partes rivales y haciendo temer una interrupción de las mismas. Sin embargo, los líderes de las delegaciones del Gobierno y de la oposición aseguraron ayer que no se retiran y que seguirán en el ejercicio diplomático de intentar poner fin a seis años de guerra civil en Siria. “Nosotros permaneceremos en el proceso político para cumplir nuestros objetivos y no permitiremos ningún intento de hacerlo fracasar”, declaró el líder opositor, Naser al Hariri, en una rueda de prensa.
El jefe de la delegación gubernamental, el embajador Bashar al Yafari, también descartó retirarse de las negociaciones, que se han reanudado después de una pausa de diez meses, forzada por los desacuerdos y sobre todo por ofensivas militares del régimen sirio contra posiciones rebeldes. El repunte de la violencia vivida durante esta jornada en Siria, donde formalmente está en vigor una tregua negociada por Rusia e Irán con el gobierno y por Turquía con los grupos armados, llevó de inmediato al Gobierno sirio a exigir que todos los grupos opositores en las negociaciones condenen formalmente los atentados de Homs.
Esos ataques han sido atribuidos al Organismo de Liberación del Levante, un grupo terrorista creado en torno a la exfilial siria de Al Qaeda. Sin embargo, un miembro de la delegación opositora armada, el coronel Fateh Hassoun, quiso acusar al gobierno de haber tenido participación en esos ataques en los que murió un jefe de la propia inteligencia militar de Al Asad. “Es extraño que eso pueda haber ocurrido en un área con gran seguridad, que está muy vigilada y donde una operación así no podría suceder a menos que haya facilidades para el acceso”, comentó Hasssoun, quien representa a una de las facciones armadas que combaten en Siria.
Los ataques de ayer recordaron episodios de violencia que coincidieron con cada una de las tres rondas de negociaciones de paz que se celebraron en 2016 y que precipitaron su final, sin el menor resultado.
Aunque los problemas persisten por todos los lados, incluso en cuanto a la composición definitiva de la delegación opositora, los grupos políticos y armados que luchan por la salida del presidente Bachar Al Asad del poder parecen ahora más decididos a no permitir que las provocaciones frustren una vez más los esfuerzos diplomáticos.
Ello sobre todo en momentos en que la ventaja militar del Gobierno sirio, gracias al apoyo que recibe de Rusia y de milicias iraníes, iraquíes y afganas, hace que la solución política sea la única vía por la que pueden alcanzar sus objetivos. “Queremos una solución en esta ronda y no una serie de rondas de negociaciones. Vamos a poner a prueba la seriedad de la otra parte”, comentó uno de los líderes opositores, Salem Al Muslet.
El delegado aseguró que, a diferencia de negociaciones pasadas, la oposición está dispuesta a negociar cara a cara con los enviados del régimen sirio, que ayer volvieron a poner en la misma canasta a grupos terroristas y opositores.
En esta línea, Yafari exigió de la oposición una condena directa y rotunda de los atentados de Homs, a lo que Hariri respondió condenando de forma amplia “todas las formas de terrorismo”.
El mediador de la ONU en estas negociaciones, Staffan de Mistura, no dudó en señalar que esos actos corresponden a intentos de descarrilar nuevamente el proceso de paz. “Siempre se espera que haya quienes intentan boicotear las negociaciones y habrá más. Es del interés de las partes no permitir que tengan éxito”, enfatizó.
Tras esta primera crisis, las negociaciones continuarán el domingo con encuentros entre De Mistura y dos grupos de la oposición tolerada por el régimen de Al Asad, que reclaman tener más lugares en la delegación negociadora de la oposición.
Fuentes opositoras explicaron que el problema radica en que esos dos grupos están divididos y que aunque se les ha dado cinco lugares (de un total de 21 delegados), algunos de sus miembros que no fueron considerados están exigiendo su incorporación. La delegación opositora está compuesta a partes iguales por representantes de la oposición política y de facciones armadas sirias.