vitoria - La lectura del pasado y la violencia ejercida por ETA ha vuelto a enfrentar al PNV y la izquierda abertzale en la recta final de las negociaciones de gobernabilidad, cuando sus opciones de llegar a un acuerdo más o menos estable se antojaban ya de por sí muy limitadas. A sus discrepancias en materia económica se suma ahora un encontronazo en materia de paz de difícil solución en los pocos días que restan hasta la investidura. La tensión llegó ayer a su punto álgido con un artículo de Arnaldo Otegi. Después de que acusara a la Ertzaintza de haber matado, y después de que el lehendakari lo acusara de vivir en su mundo e insultar a los agentes vascos, el portavoz de la coalición abertzale escribió el último capítulo asegurando que Urkullu está sobreactuando y tomándose a la tremenda sus declaraciones con el propósito de que el acuerdo de legislatura se produzca con el socialismo.
Esta semana será determinante para aclarar qué alianzas darán estabilidad al gobierno de Urkullu. El viernes finaliza el plazo para que se registren los candidatos a lehendakari, y el miércoles de la siguiente semana arrancará la sesión de investidura. Por lo tanto, se espera que a lo largo de las próximas horas queden prácticamente cerrados los acuerdos para dar margen a su ratificación en las ejecutivas de cada partido y para acudir con los deberes hechos a las votaciones de investidura. El PNV tiene abiertos dos canales de interlocución, con los socialistas y con la izquierda abertzale, pero todos los movimientos apuntan a que el acuerdo de legislatura se firmaría con el PSE.
Ni los jeltzales ni la izquierda aber-tzale se ven gobernando codo con codo a la vista de sus discrepancias en materia económica, que suponen el grueso de la acción de gobierno; pero también hay diferencias sobre el autogobierno, donde EH Bildu quiere trazar un plan de contingencia que contemple la desobediencia por si Madrid da un portazo al nuevo estatus; y en materia de paz, donde el PNV ha pedido un ejercicio de autocrítica. A finales de la semana pasada, la coalición abertzale, a nivel interno, ya consideraba inevitable presentar la candidatura de Maddalen Iriarte a lehendakari, y lanzó algunos mensajes en público a favor de situarse en la oposición y ser la alternativa al PNV. Lo que quedaba pendiente era cómo escenificar la decisión y medir los tiempos cuando nadie quiere presentarse como el responsable de romper la baraja.
Otegi pudo dar un paso en falso el viernes al acusar a la Ertzaintza de haber matado al igual que ETA, las fuerzas de seguridad españolas o grupos de extrema derecha. Cabe recordar que los jeltzales habían pedido expresamente a EH Bildu un ejercicio de autocrítica como condición previa para contemplar un acuerdo estable, y ha sido en ese único punto que era indispensable para los jeltzales donde se ha producido el incendio.
El lehendakari lo acusó de insultar a la Ertzaintza y a la sociedad vasca por no hacer justicia a los avances en el reconocimiento de las víctimas de todas las violencias. Otegi le respondió ayer en su blog. “Siendo sincero, he de confesarte que he tenido dudas más que razonables a la hora de decidir si responder a tu artículo, porque no sé si tu reacción -a todas luces desmesurada, repleta de descalificaciones y algunos insultos velados-, es consecuencia de la animadversión que manifiestas permanentemente contra la izquierda abertzale o bien fruto de un determinado cálculo político que pretende, sobredimensionando artificialmente este debate -que yo doy por cerrado con este artículo-, tratar de embarrar el terreno de nuestras conversaciones con tu propio partido”, dice en su respuesta.
Después añade que no sabe si existe “una cierta intencionalidad para tratar de evitar llegar a acuerdos con EH Bildu allanando el camino a una nueva alianza con el PSE”. Sobre el fondo del asunto, no se retracta porque cree que “es un dato objetivo” que en Euskal Herria han matado ETA, la Guardia Civil, la Policía española, los grupos parapoliciales, los servicios de inteligencia y la Ertzaintza. “¿Acaso es mentira lo que he afirmado?”, se pregunta, para rechazar después un relato de vencedores y vencidos. En otra parte de su artículo desea que, si Urkullu pacta con el socialismo, su compromiso ético le lleve a exigir responsabilidades por los GAL.
La disputa enrarece la relación entre los dos partidos, aunque los altibajos son muy frecuentes en su interlocución y no sería la primera vez que superan un bache de estas características. El PNV se propone incorporar a EH Bildu a los acuerdos de país, con independencia de quién sea el partido con el que selle el pacto de legislatura. Esa suma puede ser clave, porque los jeltzales no alcanzan la mayoría absoluta con el socialismo.
con el pse Tampoco hay acuerdo aún con el socialismo. Han surgido diferencias en materia social y, sobre todo, en el nuevo estatus de autogobierno y la paz. No está claro qué harán los dos partidos con su importante discrepancia sobre el derecho a decidir. Limar ese punto está resultando complicado, y voces socialistas como la de José Antonio Pastor han llegado a alejar la opción de un gobierno de coalición diciendo que no arden en deseos de entrar en el ejecutivo. No obstante, fuentes conocedoras de las negociaciones aseguran que hay voluntad de acuerdo y que ningún escollo está poniendo en riesgo el pacto.
Hoy. El PNV celebrará hoy, como cada lunes, la reunión semanal de su ejecutiva. Se espera que analice las últimas propuestas del socialismo y también de la izquierda abertzale. No se augura un gran anuncio sobre un eventual pacto con el PSE porque persisten las discrepancias y las conversaciones tendrán que dilatarse un poco más. El derecho a decidir está siendo el principal caballo de batalla.
Viernes. Finaliza el plazo para presentar candidatos a lehendakari. Además de Urkullu, está previsto que EH Bildu presente a Maddalen Iriarte, aunque la decisión aún no es oficial. Iriarte solo tendría el apoyo de sus 18 escaños porque Elkarrekin Podemos ha dicho que no respaldará a candidatos sin opciones. Urkullu solo necesitará los votos del PNV para ser elegido, aunque lo más probable es que también tenga los del PSE si consiguen pactar.
Días 23 y 24. El miércoles de la próxima semana arrancará la sesión de investidura con una primera votación donde se necesita una mayoría absoluta de 38 escaños. Urkullu no la alcanzaría aunque tuviera el aval del PSE. Al día siguiente sí sería proclamado por mayoría simple.