MADRID. El presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, se enfrentará a partir de hoy a un debate de investidura sin contar con los apoyos suficientes para salir elegido presidente del Gobierno, por lo que ésta será fallida. El jefe del Ejecutivo responsabilizará al PSOE de seguir sin gobierno después de sus intentos fallidos de que Pedro Sánchez se aviniera a negociar con él un pacto de Gobierno, de investidura o una abstención para desbloquear la situación.
Cuando Mariano Rajoy pronuncie hoy su discurso de investidura llevará más de ocho meses en funciones, pero no logrará que la situación se normalice porque sólo cuenta con los votos del PP, Ciudadanos y Coalición Canaria. Un total de 170 escaños que no son suficientes para salir elegido ni en la primera ni en la segunda votación.
Los populares han presionado al PSOE desde que Rajoy fue designado candidato a la investidura por el Rey Felipe VI, advirtiendo de que una investidura fallida llevaría a unas terceras elecciones.
Sin embargo, el jefe del Ejecutivo en funciones aseguraba, tras pactar con Ciudadanos, que estaría dispuesto a someterse a más debates de investidura si con ello lograba formar gobierno e incluso dejaba la puerta abierta a que pudieran producirse antes de las elecciones gallegas y vascas del próximo 25 de septiembre. Y este mismo lunes ha insistido en que si la investidura es fallida seguirá "intentándolo" y continuará conversando con el líder del PSOE, Pedro Sánchez, porque es el partido el que tiene "la llave" para sacar al país de la parálisis actual.
El objetivo de Rajoy es que no se tengan que celebrar unas terceras elecciones porque él mismo ha dicho que España sería el "hazmerreir" del mundo y ha recordado que en Europa no ha ocurrido, en ningún país, desde la Segunda Guerra Mundial, que se tuvieran que repetir las elecciones para poder formar un Gobierno.
Por ello, el jefe del Ejecutivo en funciones hará un discurso apelando a la "responsabilidad" del PSOE para que cambie su "no" por la abstención y permita la formación de un Gobierno con la máxima celeridad y urgencia. Un Gobierno que pueda fijar un techo de gasto y sacar adelante un Presupuesto para 2017, cumpliendo con las exigencias que ha impuesto Bruselas.
Mariano Rajoy lleva haciendo este intento con Pedro Sánchez desde el 21 de diciembre pasado. Sin embargo, hasta ahora no ha logrado que el secretario general de los socialistas se siente a negociar con él, salvo para decirle que el PSOE no puede apoyar a un partido al que quiere mandar a la oposición.
No obstante, seguirá defendiendo que el Gobierno que él propone debe estar encabezado por el Partido Popular porque, como ya viene recordando desde el 26J, ha ganado por dos veces consecutivas las elecciones, aunque no haya logrado mayoría absoluta, y ha sacado 52 y 2,5 millones de votos al segundo partido.
ESGRIMIRÁ EL ACUERDO CON CIUDADANOS
En esta ocasión, el presidente incluirá, al presentar su programa de Gobierno, muchas de las aportaciones realizadas por los partidos con los que ha negociado la investidura y esgrimirá especialmente los acuerdos alcanzados con Ciudadanos. Estos incluyen, entre las 150 medidas acordadas, más de 100 que ya firmó Albert Rivera con Pedro Sánchez de cara a la investidura fallida de éste último en marzo pasado.
Muchas de ellas, según recordará, son medidas sociales que afectan a los más desfavorecidos, como las familias con menos recursos que podrán disponer de un complemento salarial o un plan para los niños en riesgo de pobreza. Un plan que costará 28.500 millones en cuatro años y que incluye cuestiones que el PSOE llevaba en su programa electoral.
Pero uno de los ejes fundamentales que explicará Rajoy en la Cámara serán las medidas que propone en materia económica y que considera "claves" para mantener la recuperación económica, seguir creciendo, creando empleo y "no arriesgar" lo conseguido hasta la fecha.
De hecho, este argumento es el que viene repitiendo reiteradamente y que el sábado mismo volvió a esgrimir durante el inicio del curso político en Galicia. "Las cosas van bien pero pueden empezar a dejar de ir bien y ya son muchos los avisos que empezamos a recibir dentro y fuera de España de que no se puede prolongar esta situación en el tiempo", aseguró.
Por ello, su discurso será una apelación continua a la responsabilidad del PSOE, culpándole si no sale investido, como es previsible, de jugar con los intereses, la economía y la vida de millones de ciudadanos, al tiempo que les ofrecerá "todos los esfuerzos programáticos" pero dentro de los límites que marca "la Constitución, la lógica y la razón para intentar salir de esta situación", como él mismo ha afirmado en otras ocasiones.