Amatrice - El organismo italiano encargado de Protección Civil informó ayer de que las operaciones de rescate están en una fase final en Amatrice, donde las probabilidades de encontrar a supervivientes del terremoto ya son muy reducidas. Paolo Baccari, responsable de ese departamento, confesó que, después de tres días desde el seísmo, las probabilidades de encontrar a gente con vida bajo los escombros son muy reducidas. Ahora los equipos de rescate especializados centran sus esfuerzos en limpiar el pueblo y abrir nuevas vías para recorrer las calles llenas de escombros. Sin embargo, se produjo un nuevo milagro y el equipo de bomberos del Vaticano logró rescatar a un niño de 3 años de debajo de los escombros aunque encontraron los cuerpos sin vida de sus padres y la hermana de 10 años, que también estaban bajo los restos de la casa.

Mientras tanto, el Gobierno italiano calificaba de “milagro laico” el rescate de 215 personas atrapadas bajo los escombros, según expresión del ministro del Interior, Angelino Alfano. “La maquinaria de los equipos de ayuda empleados en la emergencia ha funcionado a la perfección y han sido artífices de un milagro laico”, declaró Alfano al llegar a Arquata del Tronto, pueblo destruido donde murieron 49 de las 278 víctimas, cifra provisional de fallecidos.

Para Alfano “el resultado increíble de los 215 rescatados con vida representa un poco de luz en la oscuridad inmensa de este dolor”. Un papel importante, casi imprescindible, en los rescates lo han tenido las 30 unidades caninas destinadas a la zona. Así fue el caso de dos de los “milagros” en esta tragedia, el salvamento de las niñas Giorgia, de 4 años, y Giulia, de 11. Las imágenes de Giorgia con su pijama rosa cubierta de polvo han dado la vuelta al mundo. El entrenador de Leo, Matteo Palladinetti, explicó cómo el animal se detuvo en uno de los puntos de la casa completamente destrozada y por ello excavaron durante horas.

El agente de la Policía Liborio De Simone explicó que se comenzó a excavar con las manos a las diez de la mañana y primero se encontró el cuerpo de la hermana de Giorgia, “que por desgracia estaba muerta”. “Pero después sentimos una respiración y un lamento y seguimos”, relató. “Un trozo de tela rosa y un piececito. Estaba caliente, fue una alegría increíble y empezamos a acelerar los trabajos de desescombro, pero con cuidado para evitar derrumbes”, explicó De Simone.

De Simone contó que poco a poco liberaron a la niña de los cascotes “y al principio apareció como adormilada, pero después recobró el sentido y pidió agua y gritó: ‘Me llamo Giorgia’”. Todos creían que Giorgia podía ser la última persona con vida encontrada bajo los escombros, sin embargo ayer apareció otro pequeño salvado por los guardianes del Papa. Y aunque continúa la búsqueda incesante sobre todo en el municipio de Amatrice, donde aún quedan desaparecidos, ya casi solo se recuperan cadáveres.