BILBAO - Además de buscar convertirse en la principal referencia en la defensa de la denominada agenda vasca, el PNV se presentará ante la cita electoral del 26-J como el “voto de castigo” a los cuatro grandes partidos del Estado español, a los que responsabiliza de su incapacidad de sellar acuerdos para la investidura y, en consecuencia, les culpa de abocar a la repetición de las elecciones.

La formación liderada por Andoni Ortuzar pretende superar la tendencia habitual al voto en clave estatal en las elecciones generales apelando al voto útil que, a su juicio, encarna el PNV. Los jeltzales han criticado en reiteradas ocasiones la irresponsabilidad de los “cuatro magníficos” -en expresión acuñada por Aitor Esteban para referirse a PP, PSOE, Podemos (Unidos Podemos) y Ciudadanos- al poner por delante sus intereses partidistas durante los cuatro meses de negociación tras las elecciones del pasado 20 de diciembre.

Los jeltzales emplazan a los vascos a reflexionar si los cuatro principales partidos estatales “se merecen” una nueva oportunidad o si, por el contrario, el verdadero voto útil recae sobre quien defiende en Madrid “los intereses de los vascos”. En ese sentido, el PNV se reivindica como la opción más útil y al mismo tiempo se presenta como el “voto de castigo” a Mariano Rajoy, Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y Albert Rivera por su parte alicuota de responsabilidad en la repetición de las elecciones.

El PP y Podemos han extremado sus mensajes de precampaña en busca de una mayor polarización del voto y tratan de arrinconar en el cuadrilátero a Sánchez y Rivera. Los populares agitan en cuanto pueden el miedo a un “gobierno de los extremistas y los populismos”, mientras que los podemitas no pierden ocasión de señalar al partido de Rajoy como el gran enemigo a batir. Entretanto, ignoran a sus aliados más naturales y cercanos. En medio de esta estrategia, y a la luz de los pronósticos de las diferentes encuestas que se han publicado en las últimas semanas, el PNV se reivindica como la fuerza que en Euskadi puede ser “decisiva” para abrir brecha en un escenario tan polarizado. Basándose en los sondeos, los jeltzales aspiran a ser decisivos de cara a la investidura del presidente del Gobierno español.

En Sabin Etxea trabajan ya a pleno rendimiento para afrontar la carrera electoral hacia el 26-J con el convencimiento de que las dificultades son grandes al competir en desigualdad de condiciones con las fuerzas estatales. Además de la clave española que inunda buena parte del debate político y electoral durante la campaña, el acceso a los medios de comunicación y especialmente a las televisiones es muy limitado para cualquier formación que no sea PP, PSOE, Unidos Podemos o Ciudadanos.

Las cadenas de televisión españolas, especialmente las privadas, tienen vedados al resto de los partidos y ello les obliga a contrarrestar por otras vías. El PNV afronta la campaña con los mismos mimbres y planteamientos que las pasadas elecciones. Pretende que sea “lo más austera posible” y lo más ajustada posible económicamente. Se ha marcado un techo de gasto de 810.000 euros que, aplicada la reducción del 10% que solicitó al resto de los partidos en la reunión de reducción de gastos electorales que mantuvieron en Madrid, se reduce a un tope de 725.000 euros.

voluntarios La imposibilidad de competir en medios y altavoz con los cuatro grandes partidos obliga a los jeltzales a poner de nuevo en práctica lo que Ortuzar ha definido como la “campaña de la alpargata” que no es otra cosa que patearse la calle. “Lo que otros tienen gratis -en referencia a la participación en las televisiones- nosotros ni siquiera podemos comprarlo”, aseguran responsables de campaña de la formación jeltzale para justificar aún más la necesidad de recorrer y dejarse ver en los pueblos y ciudades de Euskadi de manera presencial, pero también a través de cartelería. Los voluntarios juegan un papel destacado en la campaña del PNV, ya que una treintena de militantes se desdoblará durante las dos semanas para ocuparse de muchos de los aspectos logísticos inevitables en la preparación de los actos.

Los jeltzales también buscarán impacto y notoriedad a través de acciones de comunicación y publicidad que se efectúan en plena calle y que obliga a los guionistas de la campaña a tirar de imaginación para, con un efecto breve, concitar la atención de la concurrencia.

Por lo demás, la campaña, que arrancará en Gasteiz y culminará en Bilbao, tendrá ingredientes similares a la del 20-D. Actos sectoriales por la mañana con participación activa de los cabezas de lista de los tres territorios de la CAV -Mikel Legarda, por Araba; Joseba Agirretxea, por Gipuzkoa; y Aitor Esteban, por Bizkaia-, y por la tarde actos nacionales con Ortuzar y el lehendakari Urkullu, que irá a unos diez mítines.