No se asuste si se encuentra con uno de ellos en la carretera. Son lo más parecido a un edificio de 6 pisos colocado en horizontal. Pesan 60 toneladas y sus 25,25 metros de largura se apoyan en 16 neumáticos que los desplazan por los viales de ciertos países europeos como Suecia, Noruega, Holanda y Portugal. Los megacamiones o megatrucks han obtenido recientemente la autorización para circular por el sistema viario estatal y, posiblemente, también recorrerán el asfaltado vasco. Estos mastodontes sobre ruedas supondrán un reto para las instituciones encargadas de gestionar su ruta por las ondulantes carreteras guipuzcoanas. Según el reglamento, estos camiones tienen que circular, “siempre que sea posible”, por autovías o autopistas. Asimismo, “no se podrá conceder la autorización cuando se pretenda realizar transporte de mercancías peligrosas por carretera.”
En este sentido, la competencia para conceder autorizaciones a vehículos de este tipo que circulen por vías interubanas de Euskadi es de la Dirección de Tráfico del Gobierno Vasco, correspondiendo a las diputaciones forales, como titulares de dichas vías, emitir un informe previo a su concesión.
coordinación Según han explicado a este diario desde el Ejecutivo autonómico, “se está analizando esta realidad para dar una respuesta adecuada y coordinada”. Por su parte, el departamento foral de Infraestructuras Viarias remarca que se han tenido los primeros contactos para establecer un protocolo de actuación de la mano de las otras administraciones, que también derivará en unas pautas de actuación de la Ertzaintza. En definitiva, el paso de los megatrucks por Euskadi aún se encuentra en proceso de concreción y, según reconocen desde la Diputación guipuzcoana, generará un mayor deterioro de las infraestructuras por las que transiten.
No obstante, el gran reto llegará cuando la realidad muestre cómo se desenvuelven estos megacamiones en los puentes, túneles, isletas y rotondas de las carreteras guipuzcoanas, cuyo lluvioso clima ya suele complicar la conducción a los tráileres normales de 18,75 y 40 toneladas.
No se puede obviar el temor que infunden en algunos sectores la aparición de estos edificios rodantes, como así constata Luis Murguía, asesor de movilidad y seguridad vial del Real Automóvil Club Vasco-Navarro (RACVN). “Los megacamiones en una autopista de Zaragoza a Lérida no me preocupan mucho pero sí en nuestras carreteras de montaña y con la lluvia de aquí. Si no hay quien controle un tráiler de 40 toneladas que hace la tijera, con 60 toneladas muchísimo menos”, opina Murguía.
Este experto en conducción exterioriza su escepticismo respecto a las ventajas de estos vehículos. “Dicen que quita camiones de la carretera, lo que proporciona más seguridad y es más ecológico. Me preocupa esa argumentación. A la empresa de transportes le ahorra chóferes y viajes, pero que no nos quieran hacer creer que esto es bueno para el medio ambiente y para la seguridad”, señala Murguía.
ahorro Al hilo de este punto de vista, se calcula que el transporte de mercancías con los megacamiones puede suponer un ahorro del 22% en costes de logística, ya que se logra reducir el precio de la tonelada transportada al equivaler a tres camiones convencionales. Asimismo, según este análisis, este sistema proporciona ahorro energético y una mejora medioambiental porque reduce un 14% las emisiones de CO2 y gases contaminantes.
Sin embargo, las partes interesadas observan con recelo las ventajas que pueden aportar desde el punto de vista comercial y circulatorio. La Asociación Empresarial Guipuzcoana de Transporte de Mercancías, Guitrans, manifiesta que “siempre ha sido reacia a una modificación en los pesos y dimensiones de los vehículos ya que, previamente, hay que adecuar las infraestructuras viarias, logísticas y de descanso, tanto por cuestión de medidas de los megacamiones como de seguridad.
Con todo, Guitrans dio el visto bueno al plan piloto para conocer la evolución en la carretera de estos mastodontes del asfalto y observar su funcionamiento antes de autorizar su circulación. “Por desgracia, esto no se ha producido. Lo que se ha hecho es aprobar la circulación de los megacamiones y una instrucción que regula las autorizaciones que requieren y que genera una gran inseguridad jurídica y económica a las empresas de transporte, que si quieren poner en marcha un conjunto euromodular de estas características tienen que arriesgar la inversión, a pesar de que todo indica que habrá modificaciones técnicas y normativas en cuanto realmente se hagan los ensayos pertinentes y, además, traslada toda la responsabilidad que pudiera derivarse de la circulación de estos vehículos al transportista”, se lamenta Guitrans.
Además, la asociación de transportistas no olvida la “especial” orografía de Gipuzkoa. “Las incógnitas aún son mayores, ya que no sabemos por qué carreteras se podrá circular”, explican desde esta agrupación, a la que alguna empresa ha consultado sobre los megacamiones pero, de momento, no tiene constancia de que alguna compañía haya optado por hacer esta inversión.
A juicio de Guitrans, no se entiende que haya tantas “inconcreciones. “Es un tema que nos afecta directamente y que va a requerir de fuertes inversiones para los transportistas que quieran circular con estos vehículos. Difícilmente va a poder nadie invertir en un conjunto euromodular sin saber si van a poder circular posteriormente por las vías que conformen su itinerario”, explica la asociación de transportistas.
Por su parte, el sindicato de transportistas Hiru tampoco cree que los megacamiones sean la panacea porque “no siempre una mayor carga redunda en superior beneficio”. “La gestión del trabajo sería complicada, con permisos especiales para circular. No consideramos que venga a traer beneficios al sector”, avanza Jaione Ugalde, portavoz de esta central, quien también expone sus dudas sobre la capacidad de las carreteras vascas para acoger el paso de estos vehículos superpesados.