Madrid, 20 dic (EFE).- El Partido Popular ha sido el partido más votado en las elecciones de hoy aunque se ha quedado muy lejos de una mayoría suficiente para gobernar en solitario mientras que un hipotético acuerdo de investidura con Ciudadanos tampoco le garantiza una legislatura cómoda en el Congreso.
Los comicios han dejado el bipartidismo en su nivel más bajo de la democracia, gracias a la irrupción de Podemos -que ha vuelto a superar a las encuestas- y Ciudadanos que, sin embargo, ha quedado algo por debajo de las expectativas.
El resultado deja abiertas todas las posibilidades de acuerdo, desde un PP con Ciudadanos en minoría, a un tripartito entre PSOE, Podemos y quizá el partido de Albert Rivera u otro partido nacionalista como ERC o, incluso, la convocatoria de elecciones.
La barrera de la mayoría absoluta está en los 176 escaños y, de momento, muy pocas combinaciones consiguen ese número.
De hecho, la suma de PP y Ciudadanos suma 163 escaños, y la del PSOE, Podemos e IU, 161 parlamentarios.
Con más del 99 por ciento de los votos escrutados, el PP de Mariano Rajoy ha obtenido un 28,71 por ciento y 123 escaños, seguido del PSOE, con un 22,01 por ciento y 90 escaños.
El PP se deja en el camino 63 escaños, más de un 16 por ciento y más de 3,5 millones de votos.
La caída del PP es la segunda mayor experimentada por un partido en el Gobierno en la historia de la democracia, sólo por detrás de la sufrida por UCD en 1982.
El PSOE también sufre un duro correctivo, y obtiene los peores resultados de su historia, rompiendo de nuevo su suelo electoral y perdiendo 20 escaños y 1,5 millones de sufragios.
La razón de este doble descalabro está en la irrupción de Podemos y en menor medida de Ciudadanos.
El partido de Pablo Iglesias, junto a sus diferentes marcas en Cataluña, la Comunidad Valenciana y Galicia suma 69 diputados.
Sólo la lista de Podemos en solitario consigue 42 escaños y más de 3,1 millones de votos, con un 12,65 por ciento.
Le supera en porcentaje la formación de Albert Rivera que, a pesar de agrupar a un 13,93 por ciento del electorado, obtiene dos diputados menos y se queda con 40 asientos en el Congreso.
Uno de los motivos de este resultado más discreto de Ciudadanos puede explicarse en Cataluña donde ha bajado varios puntos con respecto a las elecciones autonómicas de septiembre.
De hecho, En Comú Podem, la lista que integra Podemos en Cataluña, se ha convertido en la primera fuerza política de la comunidad, muy por delante de ERC y de Democrácia i Llibertat -lista de CDC- y tendrá 12 diputados en la Cámara baja.
Le seguirá otra lista en la que también participa Podemos en la Comunidad Valenciana, Compromís-Podemos-És el moment, con nueve escaños.
Los mismos que ERC, que triplica su presencia en el Congreso al pasar de los tres diputados que consiguió en 2011, a los 9 de ahora, con lo que se garantiza grupo parlamentario.
Fuerte batacazo el de CDC -Democrácia i Llibertat- que sólo obtiene ocho escaños frente a los 16 que junto a Unió tenía hasta ahora en el Congreso.
Además, el partido de Artur Mas pasa de ser el partido más votado en Cataluña al cuarto puesto, por detrás de En Comú, ERC y el PSC.
Otra de las listas que podría tener también grupo parlamentario es En Marea, la lista de Podemos en Galicia, con seis escaños, aunque, al igual que el resto de "marcas" autonómicas de Podemos, habrá que esperar a la decisión de la Mesa del Congreso.
Como anticipaban las encuestas, el PNV mantiene su presencia en el Congreso e, incluso, gana un escaño, hasta los seis parlamentarios.
Justo lo contrario de lo que le ocurre a Euskal Herria Bildu, que se queda en dos escaños, frente a los siete que tenía Amaiur desde 2011. La irrupción de Podemos, con cinco escaños en Euskadi y dos más en Navarra, ha castigado duramente a la formación abertzale que pierde el único escaño que tenía en la comunidad foral.
Izquierda Unida, tras su frustrado intento de aunar fuerzas con Podemos, logra conservar su presencia en el Congreso, con dos únicos escaños, los dos por Madrid, uno de ellos su candidato a la Moncloa, Alberto Garzón.
La candidatura Unidad Popular-IU pierde prácticamente la mitad de los apoyos que cosechó en 2011, cuando en coalición con ICV y CHA, llegó a tener once diputados.
Cierra los partidos con presencia en el Congreso Coalición Canaria, que obtiene un único escaño.
No se han equivocado las encuestas en las formaciones que han quedado fuera de la Cámara baja.
Después de más de un año de crisis interna, UPYD ha desaparecido prácticamente de las instituciones, perdiendo los cinco escaños que ocupaba en el Palacio de la Carrera de San Jerónimo.
De 1,1 millones de votos en 2011, el partido liderado por Andrés Herzog apenas ha superado los 152.000 sufragios.
Tampoco han fallado los sondeos con Unió, la formación de Josep Antoni Duran Lleida, que tras su ruptura con CDC y su apuesta en solitario abandona la Cámara tras décadas en Madrid.
Otro de los partidos históricos que no revalida su presencia en la Cámara baja es el BNG, que no ha aguantado el empuje de las "mareas" gallegas lideradas por Podemos, ni tampoco Geroa Bai, que aunque gobierna en Navarra, ha perdido su único escaño en el Congreso.
En el Senado, de los 208 escaños en juego, el PP ha obtenido 121, seguido del PSOE, con 50 y Podemos, con 14.
A estos nuevos parlamentarios habrá que sumar los senadores elegidos por las asambleas de las CCAA que mantienen su puesto.
Las nuevas Cámaras se constituirán el próximo 13 de enero aunque, a la vista de los resultados, todo indica que las negociaciones para la investidura del próximo presidente del Gobierno empezarán antes de que acaben las fiestas navideñas.
A partir de la constitución de las Cortes y sin unos plazos definidos, el Rey llamará a consultas a los representantes de los partidos para que, en función de los apoyos de unos y otros, elevar una propuesta de candidato.
El Reglamento del Congreso establece que en la primera votación el candidato tenga que obtener la mayoría absoluta de los miembros del Congreso. De no conseguirlo, se convocará un segundo pleno en el plazo de 48 horas y entonces ya bastará mayoría simple.
Si transcurren dos meses sin que ningún candidato alcance ese mínimo, el presidente del Congreso comunicará al Rey la convocatoria automática de nuevas elecciones generales, lo que podría abocar a nuevos comicios al comienzo de las próxima primavera. EFE