barcelona - La CUP sigue empeñada en no apoyar la reelección de Artur Mas al frente del gobierno catalán. Sin embargo, tras varios gestos de acercamiento con Junts pel Sí, incluyendo un acuerdo sobre un anexo social a la declaración de arranque del proceso soberanista, ayer dio otro paso dando por bueno que el candidato sea un representante de Convergència. En concreto, la CUP aseguró que no apoyará al president en funciones en los dos plenos de investidura de la semana entrante, pero que sí está dispuesta a acceder en que sea candidato otro miembro del partido de Mas. Aunque el anuncio puede chocar porque la CUP ha criticado a Convergència por las sospechas de cobro de comisiones del 3% y por las operaciones policiales contra los negocios de la familia del expresident Pujol, en realidad no es estrictamente una sorpresa porque uno de los nombres de consenso que se han barajado con mayor frecuencia en las últimas semanas ha sido el de Neus Munté, actual vicepresidenta en funciones y miembro de Convergència.

Su pasado como sindicalista de UGT y su perfil social podrían propiciar que la CUP viera su nombre con buenos ojos, aunque todas las quinielas que han trascendido son extraoficiales y Junts pel Sí insiste en que no habrá otro candidato que no sea Mas. Mañana arrancará la primera sesión de investidura, el jueves habrá una segunda votación donde ya no será necesaria la mayoría absoluta sino la simple y, si no llegan a un acuerdo en dos meses, deberán convocar un adelanto electoral. En la segunda votación por mayoría simple, Mas necesita como mínimo dos votos de la CUP.

El diputado de la CUP Benet Salellas avanzó que, cuando decaiga la investidura por falta de votos, su partido presentará en el Parlament un candidato alternativo a Mas que figure en la lista de Junts pel Sí. Aseguró que serán generosos en las negociaciones y que, si finalmente quien genera consenso es un candidato de Convergència, lo aceptarán y “se demostrará que no hay ningún chantaje”. El partido, asimismo, aprobó ayer no presentarse a las elecciones generales. Desde el Govern, el conseller de Presidencia, Francesc Homs, lamentó los “vetos” en Rac 1, y puso en evidencia que lo más difícil siempre es llegar a acuerdos de contenidos y que, si la CUP ha confiado en el documento de la declaración independentista, es “contradictorio” que no posibilite que se lleve a la práctica vetando la investidura.