PAMPLONA - Mariano Rajoy no se anduvo con rodeos en su visita ayer a Iruñea y a las primeras de cambio tiró de su manual unionista y anunció que, en caso de que el melón de la reforma constitucional se abriera en la próxima legislatura, apoyará la eliminación de la Disposición Transitoria Cuarta de la Constitución española, que prevé la eventual integración de Nafarroa y la Comunidad Autónoma Vasca (CAV).
Fue la forma elegida por el presidente del Gobierno español para contraprogramar el reciente acuerdo del cuatripartito navarro (Geroa Bai, EH Bildu, Podemos y E-I) para llevar a la candidatura para el Senado de las elecciones del 20-D su fórmula de cohabitación en el Gobierno navarro. La alianza de las cuatro fuerzas que gobiernan en el Ejecutivo liderado por Uxue Barkos puede mermar considerablemente la representación de la derecha constitucionalista navarra en la Cámara Alta tras los comicios de diciembre. El nerviosismo ha precipitado la suma de fuerzas de Unión del Pueblo Navarro (UPN) y el PP para ir de nuevo juntos al Congreso y al Senado y tratar de impedir el hecho inédito de que las fuerzas alternativas en Nafarroa tengan mayor presencia en la Cámara Alta.
En su visita relámpago a la capital navarra, Rajoy quiso subrayar que no ha influido “en nada” para este acuerdo con UPN el pacto del cuatripartito para presentar una lista conjunta al Senado. Como presidente del PP indicó al respecto que el acuerdo responde al hecho de que ambos partidos están “de acuerdo en lo fundamental” y creen que “hay una mayoría de navarros que lo quiere”.
De hecho, Rajoy expresó sus intenciones respecto de la Transitoria Cuarta en el marco de la firma del acuerdo entre populares y regionalistas para las elecciones generales. Según el acuerdo, los dos primeros puestos de la candidatura al Congreso son para UPN, así como el cuarto, mientras que el tercero y el quinto serán designados por el Partido Popular. En el caso del Senado, el PP designará dos nombres, mientras que la formación liderada por Javier Esparza pondrá el tercer candidato.
En cualquier caso, Rajoy no dio por hecho que, en caso de que repita como presidente español tras el 20-D, abordará la reforma de la Constitución española y se limitó a decir que votarán a favor de la eliminación de la Disposición Transitoria de la Constitución “en el supuesto de que al final haya una reforma de la Constitución”. Los populares han mostrado poco entusiasmo por hincarle el diente a la Carta Magna cada vez que, so pretexto del debate independentista catalán, ha salido la cuestión a la palestra.
La Constitución establece que ante una eventual integración de Nafarroa y la CAV la iniciativa corresponde “al órgano foral competente (en alusión al Parlamento navarro), el cual adoptará su decisión por mayoría de los miembros que lo componen”. Y añade la Carta Magna española que “para la validez de dicha iniciativa será preciso, además, que “la decisión del Órgano Foral competente sea ratificada por referéndum expresamente convocado al efecto, y aprobado por mayoría de los votos válidos emitidos. Si la iniciativa no prosperase, solamente se podrá reproducir la misma en distinto período del mandato del Órgano Foral competente, y en todo caso, cuando haya transcurrido el plazo mínimo que establece”.
Esparza trasladó a Rajoy el apoyo de UPN a la hora de “impulsar cuantas actuaciones y mecanismos políticos y jurídicos sean necesarios para garantizar el cumplimiento de la legalidad” y defendió la supresión de la Disposición Transitoria Cuarta porque Nafarroa “no ha sido jamás transitoria y no lo va a ser en el futuro”. Criticó al Gobierno de Barkos porque, a su juicio, “su único objetivo es dar los pasos necesarios para que Navarra sea anexionada por el País Vasco, crear Euskal Herria y plantear la ruptura con España”.
El acuerdo entre UPN y PP está compuesto de cinco puntos y pasa fundamentalmente por la defensa de una “Navarra foral y española” cuya autonomía y Convenio económico no se pongan en duda. Abundando en este sentido, Rajoy enumeró gráficamente los pilares básicos del pacto: “Que Navarra es Navarra, la Navarra foral, la Navarra española, la defensa de la libertad, de las personas y los derechos fundamentales, y el crecimiento económico y el empleo”.
Aunque los líderes de ambos partidos se afanaron en reiterar que el acuerdo es bueno para las dos formaciones y para la Comunidad foral, dentro de sus propias filas parece que no ha convencido a todo el mundo. Especialmente dentro del PP que, después de una legislatura ninguneados por UPN, hay quien siente que este acuerdo -en el que el PP podría quedar sin representantes por Nafarroa- supondría un nuevo obstáculo para levantar el vuelo de un partido que no ha podido todavía reorganizarse en el territorio después de su refundación en 2008. También en UPN, donde siguen sufriendo los costes del último pacto con el PP en 2011 que supuso la ruptura del Gobierno con el PSN y donde muchos dudan de ir en coalición con el partido con mayores escándalos de corrupción.