MADRID - El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, afirmó el pasado día 6, nada más regresar de vacaciones de Semana Santa, que su “única prioridad” en lo referente a Euskadi es “que ETA anuncie su disolución como organización terrorista”. Una aseveración que confirmaba el inmovilismo del dirigente popular en lo referente al autogobierno -el PNV hace tiempo que ha dado por agotada la legislatura en el Estado español y no espera nada de Moncloa en esta materia- y también respecto a la pacificación, toda vez que el Ejecutivo Rajoy tan solo contempla el desarme de ETA a través de la vía policial, nunca mediante la negociación. Este análisis de situación se sustenta en los datos puros y duros, puesto que en los poco más de tres meses que lleva transcurrido 2015 se han producido más detenciones en operaciones contra ETA, 22, que en todo el año pasado, que ascendieron a 15. De esos 22 arrestos la gran mayoría, 20, se produjeron en el Estado español, y solo uno tuvo como fin el cumplimiento de la condena del detenido, tal y como recoge la página web del Ministerio del Interior.

De este modo, las cifras de este año casi han alcanzado a las que arrojó 2012 -ETA anunció el fin definitivo de su actividad en octubre de 2011-, con 25 personas detenidas en acciones contra el grupo armado o su entorno. En 2013 fueron 33 los arrestados, 20 de ellos en España, 10 en Francia y tres en otros países. Las 22 detenciones del primer tramo de 2015 suponen, por tanto, un repunte en pleno año electoral, con las generales previstas en noviembre, y con la vía de la negociación para cimentar la paz y la reconciliación totalmente cerrada por parte de las autoridades españolas.

Pese a ello, no hay ni comparación con las cifras que arrojó la anterior legislatura, la última con el socialista José Luis Rodríguez Zapatero en La Moncloa. Si en la misma -del 12-4-08 al 13-12-11- se produjeron un total de 342 de arrestos relacionados con la organización armada, en el mandato que está a punto de expirar se han producido hasta ahora 95 detenciones. En lo referente a la kale borroka las diferencias son más notables si cabe, toda vez que esta práctica se ha extinguido prácticamente. Así, frente a los 93 detenidos por violencia callejera de la novena legislatura, desde el 13 de diciembre de 2011 solo se han producido siete arrestos, solo uno este año y 13 en todo 2014.

Frente de cárceles La inflexibilidad que muestra el gabinete liderado por Mariano Rajoy en lo que al desarme de ETA se refiere, tres años y medio después de que la banda cesara definitivamente su actividad, se extiende a la política penitenciaria, donde la presión al denominado frente de cárceles no ha cesado. Buena prueba de ello es que la práctica totalidad de los 22 arrestos de este año se han dirigido contra este ámbito en dos operaciones.

La primera tuvo lugar el 12 de enero, justo el día en que estaba previsto que comenzara en la Audiencia Nacional el juicio por el intento de refundar Batasuna siete años atrás, la Guardia Civil detuvo a 12 abogados y cuatro miembros de la organización de apoyo a los presos Herrira. La operación Mate venía a dar continuidad a la operación Jaque practicada un año antes también contra el frente de makos. Sin embargo, pese a lo aparatoso del operativo desarrollado a principios de este año en la CAV, Nafarroa y Madrid, en los días todos los detenidos fueron puestos en libertad tras prestar declaración ante el juez Eloy Velasco a excepción de tres tesoreros de la suspendida Herrira, que ingresaron en prisión.

Una situación similar se produjo tras la operación Pastor del 25 de marzo, en la que la Guardia Civil apresó a cuatro acusados de integrar un Núcleo de Coordinación o Koordinazio Gunea que agruparía a las organizaciones de apoyo a los presos para asegurar su unidad de acción. Los cuatro miembros de Etxerat y de la asociación de asistencia médica a los reos Jaiki Hadi fueron puestos después en libertad bajo fianza por el juez Velasco acusados de un presunto delito de “integración terrorista”.