donostia - Los nueve parlamentarios logrados en las elecciones andaluzas han situado en el centro de la escena política a Ciudadanos. Ahora la pregunta es obligada: ¿repetirán el éxito electoral en los comicios vascos? Su máximo responsable en Euskadi desgrana cuáles son las bazas de este partido para hacerse un hueco en la CAV y subirse al carro de la fragmentada política vasca. Dispone de dos meses para lograrlo y en su carta de presentación destacan su visión contraria al Concierto Económico y a las diputaciones forales.

Ciudadanos ha situado el listón muy alto con el éxito electoral en Andalucía. ¿Siente una presión añadida?

-Presión no, pero sí un plus de responsabilidad.

¿Le sorprendieron estos resultados?

-Siempre soy muy prudente con las encuestas. En función de qué tipo de encuesta o qué medio la haga, se ven unas cosas u otras. Esperaba un buen resultado, pero no tan bueno, francamente.

Al margen del resultado de su partido, ¿hubo algo más que le sorprendiera en estos comicios?

-Me sorprendió la solidez del voto socialista, aunque hay que destacar que a costa de la debacle del PP. Andalucía va a seguir estando gobernada por el PSOE, pero el bipartidismo decadente ha recibido un toque de atención muy importante; tal vez no tan severo como el que se esperaba, pero creo que es necesario conocer Andalucía y sus peculiaridades. El estreno de nuestro proyecto en esta comunidad con tanta fuerza es más que un éxito. Es una prueba de que nuestro proyecto tiene viabilidad en toda España.

El PP, no obstante, insiste en que estos resultados no son extrapolables al ámbito estatal.

-Es cierto que cada comunidad tiene sus particularidades propias de cómo se ha construido la nación española desde la muerte del dictador hasta ahora, pero la ciudadanía es lo suficientemente madura como para distinguir cada tipo de elecciones. El hartazgo y las ganas de un cambio son obvias y los datos están ahí. Esto no es más que el principio.

¿Les beneficia que Susana Díaz haya anunciado que gobernará en solitario?

-Tanto para las andaluzas como para las municipales y forales de mayo se ha creado un comité nacional que estudiará la política de pactos o acuerdos puntuales. A partir de ahí, se hablará. En el caso concreto de Andalucía todavía es muy pronto.

La tarta electoral estás más fragmentada en Euskadi. ¿También tienen cabida aquí?

-Hemos visto cómo en Catalunya después de una labor de años Ciudadanos se ha convertido en una fuerza muy importante. Si lo ha logrado en un escenario tan complicado como es aquel, no tengo ninguna duda de que aquí también tendrá cabida.

Alineados en esa competencia por la novedad, ¿Podemos es su mayor rival?

-Podemos y Ciudadanos moverán el fortín que hasta ahora parecía inexpugnable y en el que se había parapetado el bipartidismo. Se vislumbra un panorama muy distinto y todo indica que nos acercamos a un escenario de cuatro grandes partidos nacionales.

¿Y ante ese hipotético escenario la secuencia natural no sería un pacto entre las dos fuerzas emergentes para desbancar a PP y PSOE?

-Nosotros estamos aquí para mejorar la vida de la gente y no para crearles problemas. Tenemos claro que no vamos a gobernar si no ganamos las elecciones, y que todo pivotará en función de los programas que presenten las demás formaciones. Entonces veremos si los pactos son posibles, bien sea con Podemos bien sea con otros partidos. Si algo nos caracteriza frente a otras formaciones es que no somos ni dogmáticos ni sectarios. Tendremos en cuenta todo lo que redunde en beneficio de la ciudadanía y sirva para tender puentes.

¿También en Euskadi están todas las puertas abiertas para pactar con cualquiera?

-Hombre, con cualquiera no.

¿Cuál es la línea roja que no están dispuestos a traspasar?

-El planeta Bildu, obviamente.

Son los grandes ausentes de las encuestas, ya que en muchas de ellas ni figuraban en la parrilla de salida. ¿Está situación les puede beneficiar?

-Ni nos beneficia ni nos perjudica. Llevamos mucho tiempo trabajando desde la humildad y estamos centrados en nuestro proyecto. Queremos hacerlo visible para que el avance de Ciudadanos a nivel nacional tenga su reflejo en Euskadi, como estamos comprobando que empieza a tener. Hay encuestas que nos dan representación y otras en las que no aparecemos, pero en estas últimas es llamativo lo abultado del apartado otros. La última que ha aparecido, hace una semana, nos daba representación en el Parlamento navarro.

Compagina la portavocía del partido en Euskadi con la candidatura al Ayuntamiento de Donostia. ¿Qué perspectivas maneja en este terreno?

-A priori San Sebastián se antoja la plaza más difícil no ya de Euskadi, sino me atrevería a decir que de toda España. Todos conocemos cómo es el mapa político municipal actual, pero eso no nos quita ni un ápice de ilusión, sobre todo, sabiendo que partimos de cero y que todo lo que consigamos será bienvenido.

¿El objetivo es lograr representación en este Consistorio, aunque sea solo con un edil?

-Ese sería un extraordinario resultado.

¿El hecho de que Podemos no se presente en la capital guipuzcoana les allana el camino?

-Es posible.

Conoce de primera mano las entrañas de UPyD. ¿Qué tiene su partido que no tenga la formación magenta?

-En Ciudadanos ponemos el acento en aquello que nos une más que en lo accesorio. Intentamos mirar por encima de la siglas; más que un partido esto es un proyecto. Apostamos por tender puentes y facilitar la vida de las Ciudadanos.

¿Todo eso no lo hacían en UPyD?

-Hablo de comunicación, la forma de transmitirlo.

¿Por qué abandonó esta formación?

-Hace mucho tiempo de eso. Lo que yo dije entonces lo está diciendo ahora mucha gente.

¿Qué peso tuvo el liderazgo de Rosa Díez en su decisión?

-Yo no lo achacaría tanto a la señora Díez, sino más bien a la estrategia de comunicación tanto interna como externa que existía. Todo lo que está ocurriendo ahora me provoca mucha tristeza.

¿Me está diciendo que se marchó de UPyD por una estrategia de comunicación errónea?

-No solo por eso. Se nos llena siempre la boca con la ética y la transparencia, con las que estoy de acuerdo, pero no por ello hay que dejar de lado otros aspectos. Además de la ética, la estética en política también es importante; la forma en la que tú te comportas. Einstein decía que el ejemplo no es una forma, es la única forma. La política sin humanidad no merece llamarse de esa manera. Por eso pienso que cuando salí de UPyD no cambié de proyecto político, sino que cambié de tribulación y de nave.

Las recientes altas de Ciudadanos y las bajas de UPyD parecen vasos comunicantes. ¿Han notado este efecto en Euskadi?

-Más que altas, ha habido bastantes solicitudes de afiliación. Pero ya no solamente en los últimos dos meses, sino desde hace más tiempo. Si algo nos llama gratamente la atención es la cantidad de ciudadanos que están viniendo sin haber estado anteriormente adscritos a ninguna otra fuerza política. Y también consideró importante que estos nuevos simpatizantes proceden de orígenes políticos muy diversos.

¿Cuántos afiliados suman en la CAV?

-Hasta hace una semana, entre afiliados y simpatizantes, cerca de 400. Además, están proporcionalmente bien repartidos en los tres territorios.

¿Qué posición defiende Ciudadanos ante el Concierto Económico?

-Tanto ante el Concierto Económico como ante el sistema navarro apostamos por ir hacia una fiscalidad única a nivel de la UE. Estamos a favor de la solidaridad entre todos los ciudadanos españoles y del resto del Europa. Todo este tipo de desconciertos, nunca mejor dicho, deben tender hacia la unificación.

¿Qué papel deben cumplir las diputaciones forales?

-Así como en el resto de España, aquí también las diputaciones como tales deben desaparecer, porque no tienen sentido. Es incomprensible e inviable que en una comunidad de apenas dos millones y medio de habitantes tengamos cuatro parlamentos. Es un disparate. Hay que simplificar y desparasitar la Administración.

¿Teme que el crecimiento tan acelerado de sus expectativas les impida controlar a todos sus cargos?

-Obviamente, eso va inherente en la condición humana. La pléyade de arribistas que pueden filtrarse es innegable, sobre todo ante la deba-cle de otras formaciones. Cualquier proyecto que ahora mismo represente una alternativa creíble, deseable y que devuelva la ilusión a la ciudadanía se va a encontrar con este problema. Somos un caramelo muy apetitoso. No se trata tanto de estar alerta, que también, sino de dotarnos de resortes para poder cortar de raíz que eso ocurra. La democracia y la transparencia no está reñida con la disciplina.

Albert Rivera se dio a conocer con un desnudo en los carteles electorales. ¿Le tienta la idea?

-(Se ríe) No, yo no tengo edad para esas historias, pero en su momento aquella campaña tuvo muchas críticas. Incluso una parte de la gente de Ciudadanos se fue, aunque enseguida regresaron. Hay que escandalizarse por otras cosas y no por eso, y sobre todo cuando estéticamente está bien.