gasteiz -”No podemos estar indiferentes ante tantas personas que por haber nacido en un país determinado carecen de todo lo imprescindible para poder vivir, mientras que los que tienen la suerte de nacer en el llamado primer mundo no solo disponen de todo lo necesario, sino que se permiten el lujo de despilfarrar los recursos naturales”, reflexiona el diocesano Jesús Albeiro Parra Solis, Vicario de Pastoral Indígena y Delegado de Paz y Derechos Humanos de la Diócesis de Quibdó, en Colombia, que estos días está participando en Euskadi en distintos actos organizados por Manos Unidas, en el marco de la LVI Campaña contra el Hambre, que esta ONG dirige a la ciudadanía todos los años; en esta edición bajo el lema Luchamos contra la pobreza ¿Te apuntas?
Jesús Albeiro Parra, tras ordenarse sacerdote retornó a su pueblo, donde se reencontró con Manos Unidas colaborando en sus proyectos -educativos, sanitarios...- durante más de 15 años. Ahora el vicario de la Diócesis de Quibdó, que siempre tuvo claro que quería ser misionero, trabaja en una zona selvática con pueblos de dos minorías étnicas: aborígenes y comunidades afrodescendientes. Para el Papa Francisco solo tiene elogios. “Lo que está haciendo es coger el Evangelio y ponerlo en práctico dejando de lado los dogmas”.
Los 8 Objetivos de Desarrollo del Milenio representaron un hito histórico para la lucha contra la pobreza, ya que se plantearon como responsabilidad compartida por todos los estados, sin embargo se han saldado con sus luces y sus sombras
-Sí. Debemos analizar sus logros y aprender de los fracasos. No podemos ser indiferentes al hecho de que todavía hoy una de cada ocho personas en el mundo sigue padeciendo y muriéndose de hambre, cuando hay suficiente producción mundial de alimentos. No podemos estar indiferentes. Además, a pesar de los avances que se están realizando en muchos países, los últimos datos siguen presentando todavía una situación inquietante, a la que ha contribuido la disminución general de la ayuda pública al desarrollo. Como se pone de manifiesto en Manos Unidas, más allá de los datos, hay un aspecto importante del problema que no ha recibido todavía la debida consideración en las políticas y planes de acción.
¿A qué aspecto se refiere?
-A que quienes sufren la inseguridad alimentaria y la desnutrición son personas y no números, y precisamente por esta propia dignidad de ser personas, están por encima de cualquier cálculo o proyecto económico.
Su misión va más allá de lo meramente espiritual y religioso
-Al margen de la oración y la Eucaristía, nuestra labor cuenta con una dimensión social que tiene que ver con la promoción y la dignidad de los seres humanos. En la Iglesia estamos trabajando por todo lo que tiene que ver con los Derechos Humanos. No en abstracto, sino en la práctica: en aspectos de salud, educación, con víctimas de conflictos armados, desplazados, secuestrados. Con ellos hacemos un trabajo amplio e integral.
En Colombia, como en todas las partes del mundo con conflictos violentos, las mayores injusticias se cometen contra las mujeres y las niñas
-Sí. Al ser las más vulnerables sufren violaciones, raptos. Son las principales víctimas: viudas a las que les han matado a sus maridos, les han llevado a sus hijos a la guerra; los niños son raptados para la guerra y las niñas sufren abusos. Tenemos proyectos de mediación para conseguir que nos devuelvan a los niños soldados y reinsentarlos en sus poblados.
Colombia es un país riquísimo. Para que haya ricos debe haber pobres
-Sí. Colombia tiene enormes recursos naturales, pero la riqueza, como denuncia Intermón Oxfam, está en manos de unos poquitos. Las desigualdades son escandalosas. Como dice el Papa Francisco, hay que decirle al mundo que se ponga las pilas; debemos de vivir sencillamente para que otros también puedan vivir.
Ud. trabaja en uno de los pocos pulmones que le queda al mundo. ¿Siente que está amenazado?
-Sí. En el Chocó Biogeográfico que es el límete de Colombia con Panamá, una zona muy rica, estratégicamente bien ubicada porque tiene toda la puerta al Pacífico y también salida al Mar Caribe, con una gran biodiversidad de recursos naturales en flora y fauna, con todo lo que puede interesar a los grandes laboratorios médicos. En la medida que se siga con el capitalismo salvaje sacando el oro, el platino del subsuelo de la manera como se hace, contaminando los ríos, los bosques, el aire con venenos como el cianuro y el mercurio, estamos preocupados porque se cargarán el ultimo pulmón del mundo.
¿Este Papa sí es de este mundo?
-(Sonrisas) Es un hombre que simplemente vive el Evangelio. Viene de la realidad del Sur del Continente y es una persona que encarna al Evangelio. Llevo diciendo hace tiempo que el Papa Francisco no está diciendo nada nuevo. Se quiere demostrar que es un revolucionario, pero lo realmente revolucionario es el Evangelio cuando lo pones en práctica; el problema es cuando nos pasamos el tiempo teorizando y dando muchos dogmas. Francisco pone en práctica el Evangelio.