Río de Janeiro - La presidenta y aspirante a la reelección, Dilma Rousseff, y el candidato opositor Aécio Neves votaron ayer en la segunda vuelta de las elecciones de Brasil, las más reñidas de los últimos 25 años, y ambos manifestaron su confianza en la victoria después de una campaña dura y reñida.
Los sondeos divulgados al cierre de esta edición por Datafolha e Ibope, los dos institutos demoscópicos más prestigiosos del país, mostraban que Rousseff superaba entre cuatro y seis puntos porcentuales a Neves, aunque señalaban una caída en la intención de voto de la mandataria y una subida del líder opositor. De hecho, a pesar de mostrar a Rousseff por delante, Datafol pronosticaba un “empate técnico” entre ambos candidatos, debido al margen de error de dos puntos porcentuales.
La jornada electoral transcurrió con normalidad y tuvo algunos incidentes aislados, como el asesinato a tiros de un joven de 20 años en el interior de un colegio en del noreste de Brasil. El crimen tuvo lugar en la escuela de la ciudad de Mossoró, en el estado de Río Grande do Norte, una de las 191 localidades brasileñas donde fue reforzada la seguridad con la presencia de militares por ser consideradas por las autoridades como áreas vulnerables.
Según informó el Tribunal Superior Electoral (TSE), un total de 542 personas fueron sorprendidas cuando practicaban algún delito electoral y 147 de ellas fueron detenidas en las siete primeras horas de votación.
Dilma Rousseff fue la más madrugadora, depositó su voto en la escuela Santos Dumont en Porto Alegre media hora después de abrirse las urnas. La mandataria apareció nuevamente vestida, como en la primera vuelta, con una chaqueta roja, color del Partido de los Trabajadores (PT).
Por su parte, Aécio Neves cumplió con su deber del voto en su ciudad natal, Belo Horizonte, capital de Minas Gerais, acompañado de su esposa, la exmodelo Leticia Weber, que al igual que el candidato, estaba vestida de azul, color que identifica al Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB). Curiosamente, Neves votó en el colegio Governador Milton Campos, donde Rousseff, que también nació en esa ciudad del sureste del país, cursó sus estudios primarios.
Los dos candidatos coincidieron en quejarse de la virulencia de la campaña electoral, empañada por constantes ataques personales. “Tuvo momentos lamentables, formas de trato indebidas y creo que eso fue rechazado por la población. Creo que a la población no le gustó” la campaña, declaró Rousseff tras votar.
En declaraciones a periodistas, y al igual que Rousseff, Neves se quejó del desarrollo de la campaña electoral, que en su opinión ha sido la “más sórdida” vista en Brasil. “La otra candidata creó divisiones artificiales” y se valió “del terrorismo electoral para intentar mantenerse en el poder”, declaró Neves, quien volvió a negar que Brasil esté fraccionado entre los “pobres” que apoyarían a Rousseff y los “ricos” que le respaldarían.
Rumor desmentido Además, los rumores difundidos por las redes sociales y desmentidos por las autoridades sobre la supuesta muerte del empresario Alberto Youssef, uno de los dos principales delatores de la red de corrupción en la petrolera brasileña Petrobras, causaron revuelo en el país. Youssef, propietario de una casa de cambio que supuestamente gestionaba los fondos captados irregularmente por la petrolera para beneficiar partidos políticos, sobre todo aliados de la presidenta Rousseff, sufrió un síncope el sábado y fue ingresado en un hospital de Curitiba. La hospitalización dio pie a numerosos rumores difundidos por redes sociales y, según los cuales, el empresario habría sido envenenado para que no continuase dando detalles sobre la red de corrupción enquistada en Petrobras. - Efe