VITORIA- Sonreír para la foto de la orla de promoción y lanzar el birrete al aire para dar el salto al mundo laboral es cada vez más complicado. La crisis económica ha dilatado el tiempo que transcurre entre la finalización de la carrera y la firma del primer contrato laboral. Los recién titulados de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) tardan nueve meses en encontrar trabajo, dos meses más que antes de la crisis. Así lo pone de manifiesto el último estudio sobre el nivel de inserción laboral de los estudiantes de la UPV/EHU, realizado por el Servicio Vasco de Empleo-Lanbide entre 6.906 jóvenes de 80 titulaciones de la promoción del 2009.
En paralelo se ha reducido el porcentaje de titulados que encontraron trabajo. Según el estudio elaborado por Lanbide entre marzo y abril de 2013, la tasa de empleo entre los titulados de 2009 era del 72%, lo que supone una reducción de 5,7 puntos con respecto a la promoción anterior y 8,4 menos que al inicio de la crisis. Los datos del informe constatan el empeoramiento de la recesión y la destrucción de empleo que viene registrándose en Euskadi desde el último trimestre de 2008. Los titulados en 2009 dieron el salto al mundo laboral en una etapa en la que la crisis estaba plenamente instalada. Aun así, el grado de inserción de las personas con estudios universitarios era algo mejor que la de jóvenes en la franja de edad de 25 a 34 años (68,6%).
Esta realidad estadística viene a demostrar un año más que el colectivo de personas con estudios superiores está aguantando mejor el tirón de la crisis. No obstante, la complicada situación del mercado laboral obliga a quienes salen de los campus vascos con su título bajo el brazo a hacer ciertas renuncias. Y es que, la tasa de empleo encajado es del 84%, 3 puntos menos que en la promoción de 2008. Esto significa que ocho de cada diez titulados con empleo tienen una ocupación acorde con su nivel académico, pese a la corriente de titulitis que recorre las empresas. Según el informe, ha bajado 4 puntos el empleo que requiere formación universitaria (77%) y 6 puntos los puestos que implican funciones asociadas a esta formación (70%).
Además, dos de cada diez egresados tuvieron que cambiar de residencia por el trabajo. La complicada situación económica también ha cambiado la radiografía de la movilidad de un colectivo que tradicionalmente ha sido bastante remiso a abandonar el lugar en el que vive, tanto a la hora de estudiar, como a la hora de adquirir experiencia laboral. Según los datos, la crisis le ha puesto el cascabel al gato del apalancamiento de los jóvenes universitarios. Hoy en día poca gente duda en ir allá donde se encuentre el trabajo. La comodidad pasa a un segundo plano cuando lo que está en juego es la primera oportunidad para desarrollar una carrera profesional.
Según Lanbide, aumenta el porcentaje de titulados que cambia de residencia dentro de la CAV y se desplaza a otras provincias. Por contra, se reduce el número de personas que se desplazan a otra comunidad del Estado en busca de empleo, pero aumenta el total de salidas de Euskadi debido al incremento de jóvenes que salen al extranjero. En concreto, el 19% de los egresados en 2009 de la UPV/EHU con empleo cambió de residencia: el 7,5% fue a un territorio histórico diferente al suyo; el 3,5% a otra zona del Estado español (con una de las tasas de paro más altas de la UE); el 7,3% a otro país europeo; y el 2,7% a otro país fuera de la órbita del Viejo Continente. A esta mayor movilidad contribuyen la participación en programas como Erasmus y otros estudios de postgrado, asociados a una mayor proyección internacional. Por otro lado, la incertidumbre ante las pobres expectativas laborales ha trastocado en un solo año el perfil de esta movilidad. Por primera vez, es mayor el número de salidas al extranjero que los cambios de residencia internos. Solo una promoción antes, el 13,5% de los titulados ocupados trabajaba fuera de la CAV: el 9,6% en el Estado y el 3,8% en el extranjero, fundamentalmente en la UE. Algo que permanece completamente imperturbable al paso cíclico de las crisis es el enchufe como primera vía para encontrar empleo. Si ha hecho algo la crisis, eso ha sido apuntalar aún más el sistema endogámico que preside las relaciones laborales en este país, a diferencia de otros lugares del planeta que funcionan en términos de mérito. La meritocracia se aleja un poco más de Euskadi, igual que retrocede el papel de la universidad en el acceso al empleo a través de las prácticas en empresa. Según el estudio de Lanbide, se refuerza el entorno social (familia, amigos, red personal y profesional) como el principal canal de inserción laboral de los jóvenes. Si en 2012 el 21% de los licenciados lograba de este modo un puesto de trabajo, el año pasado lo logró el 24%. Es decir, uno de cada cuatro universitarios tiene trabajo por el canal más antiguo del mundo, la influencia del entorno. La autocandidatura (presentaciones, envío de CV o anuncios en prensa) también resulta eficaz, 20% se empleó de este modo. El 13% logró insertarse en el mercado vía internet, la misma proporción que se presentó a oposiciones o bolsas de trabajo. Solo el 12% trabaja en una empresa a través de la universidad, un punto menos que en la promoción de 2008. El emprendizaje sigue siendo una opción residual entre los recién licenciados, aunque creció del 3 al 4%.
El informe tiene aspectos más positivos. Se gana estabilidad laboral, aunque se ha experimentado una rebaja salarial. Según Lanbide, el peso del empleo estable (incluye contratos indefinidos, autónomos y socios cooperativistas) sobre el total es del 45%, lo que implica un incremento de 3 puntos respecto al estudio anterior. Los sectores con trabajos más estables son los de las ramas técnicas y económico-juirídicas.
Por otro lado, el salario medio neto ha pasado de 1.511 euros en 2012 a 1.493 euros en 2013, calculado para 14 pagas anuales y jornada completa. Desde 2006 ha crecido 10 puntos los empleos con jornada reducida (21%) y se dispara al 26% entre las mujeres, frente al 11% de los chicos. Ellas, además, cobran de media 168 euros menos que los hombres (1.422 euros por 1.590 euros) y tienen una tasas de actividad y de empleo encajado menores a las de los chicos. Los trabajos mejor pagados son los relacionados con la rama sanitaria (1.691 euros) y los peores pagados los ligados a las ciencias experimentales (1.269 euros) Por lo general, los jóvenes están a gusto con el trabajo que desempeñan dentro de su empresa. De 1 a 10, los licenciados con empleo de la promoción de 2009 dan un 7 a su puesto. Lo que más valoran son las funciones que realizan en él y lo que menos, con un 5,9, las posibilidades de promoción. Los egresados de hace cinco años valoraban positivamente la labor de la UPV/EHU en su formación.
De uno a 10 la UPV/EHU obtiene una nota de 6,4, un bien más cerca del notable que del suficiente. El aspecto mejor valorado, con una nota de 7,3, son los conocimientos del profesorado, su accesibilidad y capacidad pedagógica.
UPV/EHU y trabajo. La Universidad del País Vasco (UPV/EHU) obtiene de sus recién licenciados una nota de 6,4. El aspecto peor valorado guarda relación con su baja utilidad para encontrar empleo. Solo el 12% de los egresados en 2009 encontraron empleo a través de la universidad. De ahí que la mayoría de las sugerencias que recibe (41,9%) están ligadas a la relación entre la formación y el mundo laboral.
Sugerencias. Casi la mitad de la promoción de 2009 (44%) considera que la universidad pública debería hacer un esfuerzo en mejorar su relación con el sector empresarial y ajustar más los contenidos que se imparten en la carrera con la realidad profesional.