La crisis ha erosionado el europeismo de muchos europeos, también vascos, que desde hace unos años a esta parte ven en Bruselas el origen de todos su males. Por la burocracia que rodea a un gigante de 28 países y 500 millones de ciudadanos pero, sobre todo, por una troika que ha obligado a realizar recortes sin cesar a base de recetas que han llevado a una caída generalizada de la calidad de vida, especialmente en los países del sur. Hay, sin embargo, quien ve y vive la capital comunitaria como una fuente de oportunidades, de diversidad y de riqueza fuera de la cual haría "mucho más frío". Entre ellos ocho vascos, residentes desde hace años en Bélgica, que explican a este periódico cómo ven las instituciones europeas y su trabajo ante unas elecciones claves frente a la ola de eurodesencanto que triunfa en Europa.
Amaia Egoskozabal Nazabal: "No se informa lo suficiente sobre Europa a nivel nacional"
Lleva una década vinculada a las instituciones europeas, primero a la Comisión y ahora al Parlamento Europeo, una casa en la que trabaja en comunicación. Muy consciente de los sondeos que auguran una fuerte abstención, considera que la desafección de la ciudadanía se debe sobre todo a que "no se informa lo suficiente sobre Europa a nivel nacional" lo que genera "una falta de interés por parte de la población" que no percibe el trabajo que realizan las instituciones europeas.
Una situación que se ha visto acentuada por la crisis. "Las medidas de rescate adoptadas por la UE y el Banco Central Europeo no han restablecido la confianza de los ciudadanos en los países en crisis y la popularidad de la Unión ha ido disminuyendo", admite. La campaña de comunicación que ha puesto en marcha la Eurocámara y que le toca muy de cerca busca precisamente eso: transmitir que el poder de decisión está en los ciudadanos. Frente al escepticismo que impera en Europa cree que "es importante que todos los ciudadanos vayamos a votar el 25 de mayo".
Xabier Atutxa: "La abstención puede rondar el 60%, es preocupante"
Este bilbaino, con casi dos décadas en Bélgica, es de los que piensa que no se informa bien a la ciudadanía sobre el trabajo que desempeñan las instituciones europeas, ni siquiera en un país en el que se presupone un conocimiento mayor como es Bélgica por sede de las mismas. "Deberían de conocer más pero muchas veces no depende solo de las instituciones, también de la prensa. "Un ejemplo, desayunando esta mañana y viendo el telediario matinal estaban hablando de las previsiones económicas de primavera de la Comisión con una foto de fondo de Christine Lagarde que es la presidenta de una institución que no tiene nada que ver con la UE. Se empieza mal, informando de forma confusa", critica. "La prensa también debería ponerse las pilas". Y no solo la prensa. También reprocha a los gobiernos el no hacerlo por interés. "Muchas veces las instituciones europeas son el chivo expiatorio. Cuando hay algo bueno lo he conseguido yo, cuando hay algo malo, viene de Bruselas". Sobre los candidatos, dice que es bueno porque dará visibilidad pero admite que hay muchos desafíos en el horizonte y entre ellos la abstención. "Puede rondar el 60%, es preocupante".
Fidel Sesumaga: "En Bélgica nadie pone en cuestión el no ir a votar"
El círculo en el que se mueve en Bruselas, ciudad en la que reside desde hace catorce años, hace que esté muy al tanto de la actualidad comunitaria. Eso y el leer varios periódicos al día y escuchar la radio. "Siempre he sido muy proeuropeo pero la gente está muy desencantada con el proyecto y con cómo la Unión Europea se ha gestionado, no solo las instituciones europeas sino también los países y los gobiernos que han dado una imagen muy dividida". Reconoce que no es lo mismo hablar de Bruselas que de Bélgica, uno de los pocos países de la UE donde votar es un deber. "Aquí no se pone en cuestión el no ir a votar, sino cual va a ser la opción", explica sobre un país en el que también percibe un cierto hartazgo. "Puede haber un desencanto con las instituciones pero como tienen la cultura de votar pues votan". En su opinión la brecha que se ha abierto entre los ciudadanos y los políticos no se debe solo a un problema de información pero cree positivo el hecho de que los partidos políticos hayan presentado candidatos a presidir la Comisión Europea. "La idea es loable, la verdad es que es una buena iniciativa pero sin estar dentro -de la burbuja comunitaria- tengo la presión de que al final va a ser mentira y que terminarán eligiendo Merkel y el resto. Aunque si lo hicieran mandarían un mensaje positivo".
Eva Bidania: "El modelo actual no representa la realidad europea"
A esta asesora política del grupo Alianza Libre Europea, natural de Okondo, las próximas elecciones del 25 de mayo le tocan de lleno. Lleva nueve años en Bruselas en los que no ha perdido su europeismo aunque piense y defienda que es posible otra Europa. "El modelo actual no representa la realidad europea sino la rigidez de unos Estados miembros absolutamente centralistas cuyas fronteras no representan su realidad plurinacional interior", sostiene. Incansable defensora de la independencia -hoy solo los estados miembros tienen la palabra y desde que estoy aquí he visto cada vez con más claridad que la única opción que nos queda a los vascos es la de ser soberanos e independientes-, advierte que la abstención es el mejor aliado del status quo y que el hecho de nombrar a candidatos a presidente de la Comisión Europea no cambia nada. "Mientras la elección no se haga de forma directa seguirá contando con muy poca legitimidad democrática. Con el cambio lo único que se ha intentado es dar un barniz democrático a algo que va a seguir siendo decidido a puerta cerrada y en función de intereses y negociaciones de los grupos de más peso a nivel europeo". Aunque considera "irresponsable" decir que todos los males vienen de Bruselas sí percibe "un déficit de información y comunicación brutal" y confía en que la gestión de la crisis le pasará factura a los dos grandes partidos que han creado un sistema para perpetuar el bipartidismo.
David Pineda: "Las cosas están cambiando, el parlamento tiene más poder"
Su trabajo como consultor y asesor en regulación de alimentos le hace estar muy pendiente de cómo legisla la UE. Reconoce que no es fácil saber cómo funcionan las instituciones, especialmente para el ciudadano de a pie que en general tiene nociones muy básicas, porque es "un sistema complejo" pero cree que la clase política se juega su credibilidad en las próximas elecciones. "Al principio era algo superficial porque quien tomaba las decisiones eran los gobiernos nacionales pero las cosas están cambiando. El Parlamento tiene más poder y un poder de escrutinio importante", opina. También cree que en regiones como Cataluña o Euskadi se hace un mayor esfuerzo por explicar y destacar los beneficios que tiene el tomar parte en la UE y reprocha a los políticos estatales el no interesarse por explicar Europa. "En todos los mítines se echan los trastos a la cabeza pero no hablan de Europa, lo hacen muy en general", lamenta. Como ex Erasmus que es -estudió en Suecia antes de terminar en Bélgica- cree que programas como este han ayudado a extender la idea de Europa. "Habría que incentivarlo todavía más y que más jóvenes participaran de este tipo de becas".
Juan Urbieta Gandiaga: "A pesar de lo que se diga el proyecto europeo es necesario"
De Donostia a Bruselas, pasando por Bilbao y Luxemburgo. Es el periplo que ha recorrido Juan Urbieta, funcionario europeo, espectador y protagonista excepcional de casi tres décadas de construcción europea en las que ha aprendido que la diversidad es una de las riquezas más grandes del proyecto. 28 años de trabajo que no han restado ni un ápice su europeísmo. "¡No quiero idealizar las cosas! Por supuesto que se tienen y se pueden hacer mejor pero para las dificultades que existen, es un milagro. Pese a lo que se diga, el proyecto europeo es algo necesario", dice frente a los dardos envenenados que reciben las instituciones europeas.
Reconoce que para el ciudadano de a pie Europa queda lejos, que una cosa es la realidad y otra muy distinta cómo la percibe la gente. "No piensan que tan importante como votar a un alcalde, a un Lehendakari o a un presidente es votar a quienes les representan aquí". Es más, "el problema es que muchos consideran a Europa una cosa exterior, decorativa, que no tiene influencia en sus vidas" pero "la realidad es que el 60% de la legislación se hace prácticamente aquí". Desde acuerdos comerciales con terceros países, importantes para cualquier empresa vasca que quiera exportar, hasta política económica o de consumidores. Sobre la influencia de la crisis en el proceso, reconoce que los sondeos apuntan a un auge de los partidos más extremistas pero opina que la crisis no se debe a que Europa no haya hecho nada sino a que simplemente no había Europa en el ámbito económico.
Maixa San Sebastian Zuriarrain: "Lo fácil siempre es culpar a Europa"
"¡Por supuesto que soy consciente de que hay tejemanejes, pero dónde no los hay!", responde Maixa San Sebastian a la pregunta de si está satisfecha de cómo gestionan las instituciones europeas las políticas. Médico de profesión, llegó a Bélgica hace ya dos décadas para estudiar una especialidad y como muchos otros ha terminado por hacer su vida en un país en el que entorno al 11% de sus habitantes son inmigrantes.
"Lo fácil siempre es culpar a Europa de todo. Es verdad que se ve muy lejos en la mayoría de los países y que Bruselas parece otro planeta pero por eso es importante que los políticos de aquí vayan allí. Juntos se puede hacer mucho más que cada uno por su parte", sostiene. Aunque está al margen de la burbuja comunitaria conoce perfectamente quienes son los candidatos a presidente de la Comisión Europea. Considera que es importante que hagan campaña en toda Europa para "mostrar cercanía" y está convencida de que estas próximas elecciones "son igual de importantes que las locales". ¿Entre los positivo de Europa?, la diversidad, responde. "Nuestros hijos hablan dos, tres y cuatro idiomas. Para ellos tener conciencia europea es normal".
Vizcaína, desde hace 23 años en Bruselas: "Hay que explicar más porque hay un déficit de comunicación"
Prefiere no dar su nombre, no por secretismo, sino más bien por apuro. Trabajar en las instituciones europeas dice que no le ha hecho más europeista aunque admite que es más fácil serlo en Bruselas porque se está más en contacto con otras culturas y se ven de cerca las ventajas y no solo las desventajas. Aún así también tiene reproches. Para empezar, cree que "se necesita un mayor control democrático de las instituciones y aumentar la proximidad hacia los ciudadanos en la toma de decisiones", y también "explicar más porque hay un déficit de comunicación". "Se debe informar al ciudadano de que con su participación o no se está decidiendo directa o indirectamente el modelo europeo de los próximos años", explica.