bilbao - La homilía de Antonio María Rouco Varela durante el funeral de Estado por el expresidente español Adolfo Suárez ha tenido la virtud de unir a la práctica totalidad de las fuerzas de la oposición, indignadas por la alusión del arzobispo de Madrid a "actitudes" en la política actual española, en referencia al proceso soberanista catalán, que "pueden causar" otra guerra civil. La excepción, una vez más, fue el Partido Popular, que trató por todas las maneras de restar importancia a la lectura prebélica del cardenal, vio "únicamente el aspecto religioso" en su discurso e incluso negó que quisiera decir lo que dijo. El portavoz de los populares en el Congreso de los Diputados, Alfonso Alonso, llegó a interpretar que lo que Rouco quiso exponer fue una "reflexión" acerca de que la libertad debe "defenderse todos los días" y que "nunca" debe asumirse como "cosa hecha".
El expresidente de la Conferencia Episcopal Española caldeó los ánimos en la ceremonia del lunes, en la que estuvieron representados todos los poderes del Estado español y los presidentes autonómicos, incluidos el lehendakari, Iñigo Urkullu, y el president catalán, Artur Mas, al aludir a la "concordia" que fue posible con Suárez, al tiempo que se preguntaba por qué no era posible ahora, también en la vida "de sus comunidades históricas". Esta acotación y su emplazamiento a la unidad de España se han interpretado como una referencia directa a la confrontación política abierta entre Catalunya y el Gobierno español, que según sus palabras "puede" generar una guerra civil como la de 1936, apreciación que ha molestado en especial a las fuerzas catalanas y al Gobierno de la Generalitat.
El portavoz del Ejecutivo catalán, Francesc Homs, consideró que la palabras del prelado "no fueron afortunadas". "Es un estilo que no compartimos y que se aleja del talante que ha tenido la Iglesia catalana y que tiene el nuevo Papa", afirmó. CiU fue más allá al acusar a Rouco de hacer un "alegato político" y "justificar" el golpe militar de 1936. Así lo afirmó el portavoz adjunto de CiU en el Congreso, Pere Macias, quien señaló que habría que preguntar al arzobispo madrileño si con ese supuesto ambiente prebélico estaba refiriéndose a las tensiones territoriales o a los incidentes que se han registrado en algunas manifestaciones. Pero lo más "grave" del discurso de Rouco fue, a juicio de Macias, que achacó la contienda civil a determinados "avatares de la social y política" y vino a "justificar" el golpe militar.
El portavoz de ERC en el Congreso, Alfred Bosch, consideró "muy poco cristiano" que Rouco aprovechara la homilía en memoria de Suárez para invocar "el espectro" de la guerra civil. "Desde un punto de vista personal, como persona educada en la tradición cristiana, me pareció muy poco cristiano invocar la guerra, la herencia de la guerra o el espectro de una guerra", aseveró.
Para el diputado del PNV Emilio Olabarria, la advertencia de Rouco es "grave" pero "irrelevante". "Puesto que Rouco carece de relevancia alguna, no le doy mayor consideración", manifestó. Argumentó que las guerras civiles requieren de una "gran fractura social" y un "ambiente prebélico" que no se corresponden con la situación actual del Estado español.
El diputado de Amaiur en el Congreso de los Diputados Sabino Cuadra se destacó por la dureza de sus críticas al cardenal, del que dijo ha demostrado "su carácter fascista" y que denostó porque, a su juicio, "parece sacado de Atapuerca".
Las palabras de Rouco causaron "indignación" en el PSOE. "Fueron unas declaraciones claramente inadecuadas, inapropiadas, fuera de lugar y fuera de la realidad", manifestó la portavoz parlamentaria socialista, Soraya Rodríguez. Si Rouco hubiera querido hablar "de la realidad del país en el que vive", podría haberlo hecho con "caridad cristiana" sobre los "millones" de españoles que están sufriendo por la crisis, abundó la diputada socialista.
El portavoz de IU, José Luis Centella, incidió en que ni la jerarquía de la Iglesia Católica es la "apropiada" para pronunciarse sobre la guerra civil, ni el arzobispo de Madrid debería "levantar fantasmas". También fue contundente la portavoz de UPyD, Rosa Díez, que tachó de "absolutamente impresentable" la homilía de Rouco. Además, sacó a colación un nuevo argumento, al considerar "inapropiado" que sonara el himno español durante la consagración.
desmarque de quiroga Además de Alfonso Alonso, otros representantes populares trataron de quitar mordiente a la homilía del arzobispo. El vicepresidente primero del Senado, Juan José Lucas, afirmó que únicamente vio el aspecto religioso en la homilía. Eso sí, reconoció que Rouco se hizo eco de "algunas inquietudes" que le preocupan como responsable en la Iglesia madrileña. Por su parte, el fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce, enmarcó en la "libertad de expresión" las referencias del prelado a la guerra civil.
Solo hubo una excepción a esta defensa numantina del PP. Los populares vascos se salieron del guion al negar con contundencia que la democracia esté cuestionada. La presidenta del PP de la CAV, Arantza Quiroga, confesó en una entrevista en Onda Cero que "no" le gustaron las palabras de Rouco. "Cuando uno tiene un micrófono delante debe ser muy cuidadoso con lo que dice", recomendó Quiroga, quien apeló a ser "responsables". A su juicio, pese a que el Estado español pueda sufrir "tensiones", la democracia "está asentada".