BILBAO. El Gobierno de Rajoy, o lo que es igual, Génova, lanzó ayer un claro y sólido mensaje de respaldo al proyecto político que Arantza Quiroga quiere implantar en el PP de la CAV y que disiente de la cúpula que antes del mandato de Antonio Basagoiti dirigió la sucursal vasca, crítica con sus postulados, y de quienes permanecen anclados dentro y fuera de la formación en el mismo discurso de cuando la violencia de ETA aún imperaba en Euskadi. Arropada por la plana mayor de sus compañeros de filas, así como por la vicepresidenta del Ejecutivo español, Soraya Sáenz de Santamaría; la líder popular, que ve así allanada su ratificación en el congreso asambleario que se desarrollará a comienzos de marzo, recurrió a una tesis de José María Arizmendiarrieta, sacerdote católico que fundó el Grupo Mondragón, para recalcar su propósito de que el PP se amolde a los nuevos tiempos: "El signo de la vitalidad no es durar, sino renacer y adaptarse". Otro recado a quienes comparten las tesis y escenario de personas como María San Gil, porque, como incidió Quiroga durante su exposición en el Fórum Europa celebrado en Bilbao, en el PP existe ahora "un relevo". "Unos se van y otros siguen, es ley de vida, pero el partido no se diluye ni pierde sus principios", zanjó.

El escudo de Sáenz de Santamaría no pudo ser más férreo, considerando el planteamiento del PP de la CAV "más necesario que nunca" en un horizonte donde "la democracia ha derrotado al terrorismo con firmeza". Para desterrar reproches evocó que la política de su Gobierno siempre ha sido "no bajar la guardia", traducido esto en que desde 2012 han sido detenidos 96 miembros de ETA, tanto en el Estado español como en otros países. El aviso a la banda fue rotundo: solo le queda una salida, "la disolución sin condiciones ni concesiones". Y para que el porvenir de Euskadi no quede mediatizado por quienes "tomaron las armas contra la democracia o les respaldaron", los populares vascos se erigen, a su juicio, en "referente de la libertad y la alternativa". La número dos del Gabinete Rajoy esbozó un retrato de la carrera política de Quiroga que trascendió del formalismo habitual en una presentación al uso, enfatizando que "continúa defendiendo las mismas ideas y proyecto que le llevaron a afiliarse al partido con 19 años" a finales de los noventa, y que les ha "costado la vida a tantos compañeros" de la formación.

"No pudieron silenciar su palabra, ni entonces, ni ahora, porque la perseverancia de muchos populares vascos es la garantía de que su voz se sigue escuchando con más fuerza que nunca, puesto que el tiempo ha demostrado que tenían entonces razón", recalcó Sáenz de Santamaría, que evitó referirse a la fricción abierta tras los últimos desaires de Mayor Oreja o del propio José María Aznar. Episodios que Quiroga desafió recurriendo a la hemeroteca, esa que nadie puede soportar cuando su pensamiento entra en contradicción comparando posiciones pretéritas y presentes. Y es que cuando se le cuestionó acerca de la supuesta complacencia y búsqueda de acuerdos con el PNV, la líder del PP de la CAV rememoró que el expresidente español y actual presidente de honor de sus partido logró su primera investidura gracias al apoyo de los jeltzales, con Xabier Arzalluz al frente. "No hacemos nada que no requiera el momento. Ahora hay mucho ruido y poca memoria", lamentó.

el relato sobre eta Frente a la soflama de algunas asociaciones de víctimas o sectores mediáticos que se empeñan en engordar la situación de ETA, la dirigente vasca volvió a desmarcarse e insistir en que la banda "está derrotada y solo le queda su final", algo que el PP tratará de su-brayar en la convención que arranca hoy en Valladolid, amén de "poner en valor" el bienio del Gobierno de Rajoy. Tanto Sáenz de Santamaría como Quiroga compartieron que PNV, PSE y PP deben mostrar "liderazgo" y exigir a ETA "su disolución total a cambio de nada", aunque ésta última espera del lehendakari Urkullu que no diga "que tiene mucho más en común con Bildu que con el PP o con los victimarios, por su sentido de pertenencia, que con las víctimas". A su juicio, es el momento de mostrar "altura de miras" y de "contar lo que ha pasado en el País Vasco y cerrar definitivamente esa página negra de la historia de España que tanto dolor nos ha causado".

En el comportamiento político que demanda, Quiroga aseveró preferir la crítica por lograr un pacto "que lograr el aplauso fácil de los charlatanes", reclamando "visión para entender que no podemos enfrentarnos en el terreno de lo emocional al nacionalismo, sino en el del pragmatismo". No en vano, según su prisma, el "gran problema que tenemos son los nacionalismos", de ahí que sea sin embargo "curioso cómo algunos levantan la voz para enredarse en criticar al Gobierno por su política antiterrorista". "El nacionalismo solo habla de su meta pero no nos dice qué pasará cuando la hayamos cruzado", describió, empeñada en que los ciudadanos saben que el PP de la CAV "tiene un proyecto para el siglo XXI, abierto y para una Euskadi que sabemos es moderada", aunque para ello su partido debe "afrontar una nueva realidad", la "evolución" de la que ya habló anteayer sin tener que "reinventarnos".

Interpelada respecto a si contará con Iñaki Oyarzábal para la secretaría general, se limitó a destacar que el único requisito que pedirá "a las personas que quieran acompañarme en esta etapa es su compromiso con Euskadi, defender los intereses del País Vasco". A Quiroga no le inquieta de cara al futuro electoral del partido la competencia de Vox y UPyD en feudos como Araba porque "bastante miedo hemos pasado durante muchos años, y la política no hay que ejercerla desde el miedo sino desde la convicción".

Tal fue el arrope a la líder del PP de la CAV que además de Sáenz de Santamaría, que aterrizó en la capital vizcaina la víspera de un Consejo de Ministros y del inicio del cacareado cónclave popular, de sus filas asistieron a su discurso, entre otros, el propio Oyarzábal, Alfonso Alonso, Borja Sémper, Javier Maroto, Javier de Andrés, Carlos Urquijo o Leopoldo Barreda; con la presencia añadida del socialista José Antonio Pastor, la presidenta del BBB del PNV Itxaso Atutxa o la secretaria del EBB Pilar García de Salazar, así como gente del mundo empresarial.