MADRID. Don Juan Carlos, acompañado por la Reina y los Príncipes de Asturias, reaparecerá así ante las cámaras en el Palacio Real seis semanas después de abandonar el Hospital Quirón Madrid, donde el cirujano Miguel Cabanela completó la segunda fase de la intervención quirúrgica para implantarle una prótesis definitiva en la cadera izquierda, tras eliminar una infección.

Como es tradicional, en esta conmemoración oficial que acogerá a partir de mediodía el Palacio Real, el Gobierno estará representado por el jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, y los ministros de Defensa, Pedro Morenés, y de Interior, Jorge Fernández Díaz.

Al igual que ocurrió el año pasado por vez primera, con el fin de favorecer el proceso de recuperación de don Juan Carlos tras la intervención quirúrgica de noviembre de 2012, mañana no habrá revista a la tropa en el Patio o Plaza de la Armería del palacio y la línea de saludos a representantes militares en el interior adoptará un formato reducido.

Así, previsiblemente, el Monarca llegará en automóvil al Zaguán de Embajadores, en el interior del palacio, y caminará -ayudado por muletas o un bastón- hasta una alfombra roja situada en el Patio de la Armería a pocos metros de la denominada Puerta del Príncipe, donde presidirá la ceremonia militar al aire libre, en caso de que el mal tiempo no impida su celebración.

Los Reyes y los Príncipes, que serán recibidos a pie de automóvil por Rajoy, Morenés, Fernández Díaz y el Jefe de Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), Fernando García Sánchez, utilizarán tras la parada militar el ascensor bautizado como "de Carlos III" para llegar a la saleta Gasparini y saludar allí al resto de la cúpula militar y otros representantes de Defensa y la Guardia Civil.

Con el precedente de 2013, tampoco formará parte de la línea de saludos el conjunto de representantes de las Reales y Militares Órdenes de San Fernando y San Hermenegildo, de la Guardia Civil y de la Hermandad de Veteranos, de modo que los Reyes y los Príncipes se reunirán con el resto del centenar de invitados en el Salón del Trono.

En ese lugar, tomará asiento para seguir la tradicional alocución del ministro de Defensa y, a continuación, pronunciará su discurso de pie ante un atril, antes de trasladarse todos al Salón de Columnas para asistir a una breve recepción ofrecida por el Rey.

Este año, el Monarca tampoco impondrá en su calidad de Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas las condecoraciones concedidas a miembros de las comisiones militares, una tradición que desapareció hace un año "para simplificar el acto", según explicó entonces la Casa del Rey.

Un portavoz de la Casa ha insistido ahora en dejar claro que la repetición de este formato reducido de la Pascua Militar no obedece a la necesidad de adaptar la ceremonia a las actuales condiciones físicas del Rey y ha precisado que, una vez modificado el protocolo hace un año, quedó consolidado como el que se aplicaría a partir de entonces en todas las ediciones de esta conmemoración.

Tras el alta hospitalaria, don Juan Carlos reapareció ante los medios el 4 diciembre, con muletas y buen aspecto, para presidir la jura o promesa de los nuevos vocales del Poder Judicial, y desde entonces se le ha podido ver en varias actividades oficiales celebradas en la Zarzuela, donde realiza además trabajo de despacho y avanza en sus sesiones de rehabilitación.

El objetivo de este proceso de recuperación física y progresiva reincorporación a su actividad habitual es empezar a caminar sin muletas ni bastón, algo que, según los cálculos expuestos por Cabanela tras la última operación, podrá hacer en primavera.

La celebración de la Pascua Militar arranca en el siglo XVIII, cuando Carlos III felicitó a las tropas españolas que recuperaron la localidad menorquina de Mahón, que estaba en poder de los ingleses, el 6 de enero de 1782.

Como prueba de aprecio a sus Ejércitos, Carlos III ordenó a virreyes, capitanes generales y demás jefes que en el día de la Epifanía reuniesen a las guarniciones para felicitarles en su nombre.