acuerdos para la estabilidad de la cav
Los partidos encauzan la aprobación de los Presupuestos en todas las instituciones
Míriam Vázquez
Bilbao. Buena parte de los análisis coinciden en que la CAV ha tocado fondo y en que, aunque muy lenta y tímidamente, 2014 podría marcar el inicio del largo camino hacia la recuperación. Las principales instituciones vascas podrán afrontar ese año clave con la tranquilidad de contar con unos Presupuestos aprobados, adaptados a las necesidades del momento, y no prorrogados. La incógnita ya ha quedado totalmente despejada en el caso de las Cuentas del Gobierno, que saldrán adelante tras haberse comprometido PSE y PP a no obstaculizar su aprobación. Como un efecto dominó, esa renovada sintonía entre el PNV y el socialismo ha propiciado, a su vez, que otras plazas jeltzales de primer orden como la Diputación de Bizkaia y el Ayuntamiento de Bilbao hayan recabado el apoyo del PSE. La postura conciliadora de los populares ante las Cuentas de Lakua, por su parte, podría predisponer favorablemente a los jeltzales y desbloquear la negociación en la Diputación de Araba y el Ayuntamiento de Gasteiz, dos bastiones de la formación de Arantza Quiroga.
Aunque EH Bildu se haya descolgado del acuerdo sobre los Presupuestos del Ejecutivo presentando una enmienda a la totalidad, el PNV no pagará con la misma moneda a Martin Garitano en la Diputación de Gipuzkoa. De hecho, en consonancia con su apuesta por facilitar la aprobación de las Cuentas en todas las instituciones -propuesta que ya puso sobre la mesa Iñigo Urkullu en 2009-, ha optado por implicarse en las negociaciones, y la propia coalición aber-tzale ha constatado su buena marcha. En Donostia, el equipo de Bildu liderado por Juan Karlos Izagirre podría llegar a un acuerdo con los socialistas, con quienes ya encauzó varias ordenanzas fiscales, aunque la negociación está muy verde porque aún no se han presentado las Cuentas. Pese a la fragmentación del mapa institucional -con un partido diferente gobernando en cada territorio-, las formaciones parecen haber encarrilado los acuerdos.
Lakua escenificó ayer su pacto con el PP, que no incluye compromisos concretos de gasto, sino de control del déficit y la deuda. Aunque los populares se reservan el derecho a evaluar semestralmente el nivel de ahorro y la estrategia de redimensionamiento, el acuerdo solo abarcará 2014. Los populares intentaron extenderlo a toda la legislatura, y que se fijara como meta reducir el déficit al 0% en 2016 en lugar de quedarse en el 0,2% exigido por Madrid. Antón Damborenea rechazó que el acuerdo oculte en realidad la intención de ganarse el favor del PNV en Araba. Las negociaciones entre los jeltzales y el diputado general Javier de Andrés no han entrado aún en una fase decisiva, y el PP necesitará arrancar el apoyo expreso de los jeltzales y no solo su abstención si el resto de la oposición optara por el veto. En Gasteiz, el PNV se ha abierto a negociar con Javier Maroto.
De la prórroga al acuerdo La fotografía resulta más significativa aún si se tiene en cuenta que hace tan solo unos meses el Gobierno se vio obligado a decretar una prórroga presupuestaria ante el veto de la oposición, y que Bizkaia y Araba también se asomaron al abismo después de que PSE y Bildu enmendaran a la totalidad las Cuentas forales para este año. Una negociación cruzada entre el PNV y el PP logró evitar la prórroga in extremis en territorio vizcaíno y, aunque sí hubo veto en Araba, acordaron varias medidas para hacer más llevadera la gestión a De Andrés. A la vista de los precedentes y las deterioradas relaciones, la negociación de los Presupuestos de 2014 auguraba más de un sobresalto, pero las formaciones han podido reconducir la situación: el lehendakari activó una mesa de partidos que desembocó en la firma de un pacto global con el PSE y en la incorporación del PP al apartado fiscal, un entendimiento que posibilitará la aprobación de las Cuentas del Gobierno, y que repercutirá en Bizkaia y Araba.
El PNV se ha situado en la centralidad en el juego de alianzas, y lo ha hecho en el Ejecutivo, en las tres diputaciones y en los ayuntamientos de Bilbao y Gasteiz. Más allá de que fuera quien activó la mesa de partidos que marcó un punto de inflexión, ha optado por facilitar los Presupuestos desde la oposición y, allí donde gobierna, ha podido forjar consensos para aprobar su proyecto, incluso cuando no necesitaba más votos que los suyos. Así ha sucedido en el Ayuntamiento de Bilbao. El equipo de Iñaki Azkuna goza de mayoría absoluta, pero ha amarrado un acuerdo con el PSE mirando quizás a la próxima legislatura: en el supuesto de que el PNV volviera a ganar las elecciones pero con mayoría simple, necesitaría un socio y allí podría encontrarse al socialismo una vez engrasadas sus relaciones.
El PSE, por su parte, ha tratado de introducir compromisos plurianuales en buena parte de las negociaciones. Su apuesta por atar medidas que abarquen toda la legislatura podría convertirlo en el interlocutor preferente del partido que gobierne en esa institución, y garantizarle así cierta capacidad de influencia tras haber visto cómo su representación quedaba reducida a ocho alcaldías tras las últimas elecciones municipales y forales. Paralelamente, ha tratado de amarrar las plazas en las que ya gobierna rascando inversiones para Portugalete, Barakaldo y Ermua en la negociación de los Presupuestos de Bizkaia.
alianzas El PSE también ha apostado por facilitar la aprobación de las Cuentas en todos los territorios, pero presentará una enmienda a la totalidad en Gipuzkoa, que se sumará a la del PP. Sin embargo, aun en ese supuesto, a Garitano le bastaría con que el PNV se abstuviera. Por ello, al no ser decisiva la enmienda del PSE, técnicamente no incumple su promesa de facilitar la aprobación de las Cuentas. Fuentes socialistas explicaron que lo más probable es que se abstengan en la votación de los Presupuestos de Urkullu. Tras haber renunciado el PP a vetarlos, no sería indispensable que el PSE votara a favor. Bildu ha optado por quedar al margen de los acuerdos en las principales instituciones, salvo que sea ella quien las gobierna. Ya ha anunciado su enmienda a la totalidad en Bizkaia y Araba. El PP se ha decantado por el veto en Bizkaia y Gipuzkoa, pero se ha prestado a acordar los Presupuestos de Lakua.
El 'popular' Antón Damborenea y el consejero de Hacienda, Ricardo Gatzagaetxebarria, ayer. Foto: efe
La sintonía de PNV y PSE ha allanado las Cuentas de Bizkaia y Bilbao, y los jeltzales ya negocian
con EH Bildu en Gipuzkoa