vitoria. El malestar del PP, que se siente agraviado por verse como un segundo plato en el proceso negociador de los últimos meses que ha fructificado en un acuerdo entre PNV y PSE, va más allá de las discrepancias en materia fiscal que, presumiblemente, se verán reflejadas en el pleno monográfico del jueves en el Parlamento Vasco. Los populares evidenciaron ayer que su apuesta negociadora pasa por pactar no solo los ingresos, vía impuestos, sino también en qué se invertirán estos. Y quieren más infraestructuras estratégicas para su feudo, Araba, donde gobiernan las dos principales instituciones, la Diputación y el Ayuntamiento de Gasteiz. A su juicio, este territorio ha quedado "postergado" en el pacto PNV-PSE en "infraestructuras estratégicas importantes" en comparación con Bizkaia y Gipuzkoa.
Esta advertencia, realizada por el portavoz del PP de Araba y parlamentario, Carmelo Barrio, no es baladí teniendo en cuenta que el PP siempre ha hecho gala de forzar que las diversas instituciones incluyan inversiones para las localidades allí donde gobiernan. El último ejemplo, el acuerdo del canon de Gasteiz con el Ejecutivo de Urkullu, que reportará a la ciudad 20 millones de euros a lo largo de esta legislatura.
En concreto, Barrio reprochó a jeltzales y socialistas que "desaparece" el "esfuerzo inversor" en Araba -citó la ampliación del tranvía o la construcción de nuevos quirófanos en el Hospital de Txagorritxu-, mientras que, a su juicio, la inversión favorece a Bizkaia y Gipuzkoa. Más crudo fue el alcalde de Gasteiz y también parlamentario del PP, Javier Maroto, que aseguró que el pacto se traducirá en una "subida de los impuestos" a los gasteiztarras para "pagar infraestructuras" a vizcainos y guipuzcoanos.
En ese sentido, adelantaron que el PP presentará una batería de preguntas al Gobierno de Urkullu para que este explique la "desaparición" de infraestructuras en Araba. En relación con la reforma fiscal que forma parte del pacto rubricado por PNV y PSE la semana pasada, Carmelo Barrio no dio demasiadas pistas de cuál es el sentir de los populares pero sí dejó claro que, para el PP, el pleno monográfico de fiscalidad del jueves "no es un punto final", porque "fundamentalmente las cuestiones de política fiscal -incidió- hay que negociarlas, debatirlas y aprobarlas en los territorios históricos".
Así las cosas, la expectativa de que el pleno monográfico del jueves pudiera ser la antesala de la ampliación a otras formaciones del acuerdo PNV-PSE empieza a perder enteros. La reunión de ayer con EH Bildu fue clarificadora. Mientras, el PP sigue aferrado al modelo de fiscalidad que presentó a principios de mes el diputado general de Araba, Javier de Andrés, quien pide "no castigar" a las clases medias y bajar los impuestos. Así pues, nada se ha avanzado desde que el pasado día 13 la presidenta del PP de la CAV, Arantza Quiroga, trasladara a PNV y PSE una ambiciosa propuesta de pacto para la legislatura, en vez de centrarse en el acuerdo fiscal. Según fuentes populares, el diálogo está en punto muerto -aunque nadie habla de romper los puentes- ya que el PP cree que son PNV y PSE los que deben mover ficha y "reorientar" el acuerdo si quieren contar con los de Quiroga.