vitoria. El movimiento de última hora del PP de la CAV para negociar un acuerdo global con PNV y PSE no le ha dado los resultados pretendidos al partido dirigido por Arantza Quiroga, que ayer se dio de bruces con la realidad de que el pacto que será rubricado oficialmente por las dos formaciones este lunes tiene unas bases sólidas. Una vez esté formalizado pasado mañana, las dos formaciones firmantes se pondrán en contacto con EH Bildu y los populares para tratar de llegar a acuerdos exclusivamente en materia fiscal, dado que jeltzales y socialistas no cuentan con la mayoría suficiente para sacar adelante por sí solos en las Juntas Generales de Araba y de Gipuzkoa la reforma impositiva que han pactado.
Así las cosas nada ha cambiado en las previsiones del lehendakari, Iñigo Urkullu, el presidente del EBB del PNV, Andoni Ortuzar, y el secretario general del PSE, Patxi López, quienes se han citado el lunes a las once de la mañana en la sede de Lehendakaritza, en Gasteiz, para firmar el pacto que lleva por título Acuerdo para conseguir una Euskadi más moderna, solidaria, eficiente y competitiva, tras lo cual habrá una comparecencia conjunta ante los medios de comunicación. El protagonismo del lehendakari en la rúbrica, así como el escenario escogido, responde al hecho de que el acuerdo PNV-PSE no solo comprende la reforma impositiva sino también la reactivación económica y el empleo, el mantenimientos de los servicios públicos y la revisión del entramado institucional, y por consiguiente afecta al destino de los recursos extra que se obtendrán de la misma, así como a proyectos plasmados en los Presupuestos de la CAV de 2014 que deberá empezar a elaborar en las próximas semanas el Gobierno que preside Urkullu.
La reunión mantenida ayer en el Parlamento Vasco por una delegación al máximo nivel del PP de la CAV con representantes de PNV y PSE sirvió para constatar que en el acuerdo global alcanzado por ambos partidos no caben grandes cambios como los que propuso la presidenta de los populares vascos, entre otras cosas porque el Comité Nacional del PSE aprobó el jueves por unanimidad el texto pactado. Quiroga llegó a la cita no con la intención de llegar a entendimientos en la reforma fiscal, sino que propuso en puridad un nuevo pacto desde sus cimientos, que pretendería acordar la "estabilidad económica, social y política" de las instituciones allá donde gobiernan los tres partidos y con el objetivo temporal de toda la legislatura.
En una nota conjunta emitida con posterioridad al encuentro por PNV y PSE, ambas formaciones destacaron que la propuesta popular es "más amplia" que la negociada por esos partidos durante los últimos tres meses, y que de la misma se concluyen algunas "discrepancias", en concreto en medidas fiscales. Y es que en las últimas semanas el diputado general de Araba, el popular Javier de Andrés, ha defendido una reforma fiscal en el sentido contrario al propuesto por PNV y PSE de aumentar la presión fiscal a las rentas más altas. Por el contrario, reclama una menor presión impositiva.
la foto de familia En todo caso, jeltzales y socialistas trasladaron a Quiroga que cualquier acuerdo al que se pueda llegar a futuro no puede ir en dirección contraria a lo ya pactado. La nota de prensa apelaba precisamente a que el acuerdo está abierto a contribuciones que puedan "mejorarlo", pero precisaba que han se ser "compatibles con los principios que lo inspiran". Asimismo, recordaba que ambas formaciones han manifestado su disposición a que "se involucren en esta tarea de país otras instituciones, partidos y agentes sociales".
Si el PP fue a la reunión de ayer con la intención de abrir una brecha entre los firmantes del acuerdo, se encontró con que el protocolo de la cita ya evidenciaba que los acuerdos deberán negociarse con ambas formaciones conjuntamente o no serán. Pese a que finalmente Quiroga consiguió una foto de familia con los miembros de las comisiones negociadoras -por el PP, además de su presidenta, estuvieron Iñaki Oyarzábal y Antón Damborenea; por parte del PNV, Pilar García de Salazar y Joseba Aurrekoetxea; y en representación del PSE, Rodolfo Ares e Iñaki Arriola-, la delegación popular se sentó frente a la bancada en la que se situaron codo con codo los representantes jeltzales y socialistas.
Al término de la reunión, PNV y PSE optaron por un comunicado conjunto, mientras que Quiroga explicó a los periodistas que considera "difícil" que el PP se sume al acuerdo tras constatar en la reunión que está "cerrado", por lo que criticó lo que denominó "doble juego". Quiroga, que durante el encuentro se comprometió a enviar a los otros dos partidos sus propuestas concretas el lunes, precisó no obstante que la disponibilidad de entendimiento de su formación sigue adelante ya que "por necesidad" habrá de alcanzarse algún tipo de acuerdo para sacar adelante la reforma fiscal en las Juntas Generales. En este sentido, apeló al lehendakari para que medie y "lidere un acuerdo entre diferentes".
El propio Iñigo Urkullu incidía ayer en sus declaraciones a Radio Euskadi en que desde el principio EH Bildu "ha intentado desmarcarse radicalmente, sustancialmente y con un discurso de que su modelo es absolutamente diferente", defendiendo unos "modelos contrapuestos" sobre los que "es difícil acercar posturas". Respecto al acuerdo con los socialistas, destacó que se siente "absolutamente identificado", y precisó que las consecuencias de su aplicación no se empezarán a ver hasta 2015.